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jueves, 10 de septiembre de 2009

Gekiga baka-tachi!! (¡¡Los tontos del gekiga!!)

  • Título: 劇画バカたち!! –Gekiga baka-tachi!! – (¡¡Los tontos del gekiga!!)
  • Autor: Masahiko Matsumoto
  • Editorial: Seirin Kōgeisha
  • Revista: Big Comic Zōkan
  • Años publicación: 1979-84 (publicación en revista) / 2009 (libro)
  • Clasificación: seinen, autobiografía
  • Tomos: 1


Hace unos meses reseñé la obra Gekiga Hyōryū de Yoshihiro Tatsumi, un manga autobiográfico lanzado en conmemoración del 50º aniversario de la acuñación de la palabra gekiga (“dibujos dramáticos”, más o menos –hay muchas variaciones, pero para que se entienda– lo que actualmente se conoce como “seinen manga”). En aquel momento no lo sabía, pero Gekiga Hyōryū ya había sido licenciado por Astiberri y no creo que su versión española tarde mucho en aparecer por estos lares. Antes de seguir con esta reseña, por cierto, recomiendo releer la de la obra de Tatsumi ya que daré cosas por sabidas.

Lo que prácticamente nadie sabía es que antes de Gekiga Hyōryū ya existía otro relato en forma de manga sobre los inicios del gekiga y que precedía al de Tatsumi en 16 años, ya que fue publicado entre 1979 y 1984 en las páginas de la revista Big Comic Zōkan por Masahiko Matsumoto. La obra nunca fue publicada en forma de tomo hasta que, en abril de este año 2009, seguramente gracias al éxito cosechado por la biografía de Yoshihiro Tatsumi, la misma editorial Seirin Kōgeisha decidió rescatar la obra de Matsumoto del olvido.

Masahiko Matsumoto (1934-2005) fue uno de los principales integrantes del movimiento gekiga, junto con Yoshihiro Tatsumi (el que inventó la palabra), Takao Saitō (autor de Golgo 13, Survival, Breakdown, etc.) y otros autores. Esta obra se centra básicamente en los inicios de estos tres autores desde su debut en Osaka hasta que se mudaron a Tokio después del éxito de publicaciones como Kage, Machi o Kagi. Así, nos cuenta lo mismo que Gekiga Hyōryū, solo que empieza después y acaba antes. Mientras que Gegiga Hyōryū se inicia con la infancia de Tatsumi y su hermano y nos cuenta su trayectoria durante los años 50 hasta llegar a principios de los 60, Gekiga baka-tachi!! se centra solamente entre los años 1953 y 1957 aproximadamente. El final, por cierto, es abrupto y da la sensación de que se podría haber seguido perfectamente con la historia, pero que alguien (no necesariamente el autor) decidió dejarla aparcada. Aun así, esto no resta importancia al evidente valor documental de este libro.

Saitō, Matsumoto y Tatsumi currando en Osaka

Aunque ambas obras se solapan y básicamente cuentan la misma historia, es interesantísimo compararlas y observar el cambio de punto de vista entre los dos autores. Es decir, en esta ocasión tenemos el raro privilegio de poder “escuchar” dos versiones de la misma historia, con algunas situaciones descritas de forma radicalmente distinta según las cuenta Tatsumi o Matsumoto (un poco como en la película Rashōmon XD).

Matsumoto, Tatsumi y Saitō debutaron a principios de los años 50 con la editorial de Osaka Hinomaru Bunko, para la cual dibujaban historias para su publicación y distribución en la red de librerías de alquiler (kashihon’ya). En un momento dado, ante la dificultad que tenía un solo dibujante para realizar historias largas para recopilarlas en un solo tomo, se les ocurrió la idea de colaborar unos cuantos autores con historias cortas para formar una especie de “libro-revista” de periodicidad mensual titulada Kage (Sombra). Aunque al principio costó un poco, Kage obtuvo un gran éxito por lo innovador de su concepto y por lo transgresor de sus contenidos, en los que figuraban detectives, pistolas, persecuciones, asesinatos... en una época en la que el manga en general se nutría básicamente de contenidos muy blancos para niños.

El éxito de Kage propició que salieran muchas publicaciones que imitaban su estilo, algunas de ellas, como Machi (Ciudad) o Kagi (Llave), dibujadas o incluso directamente editadas por los propios autores de Kage. Con tal de desmarcarse del manga más infantil y también para responder a las críticas de asociaciones de padres y demás por la crudeza de sus historias, estos autores buscaron una denominación alternativa, ya que, según ellos, lo suyo era “manga que no es manga”. Así, Matsumoto propuso en 1956 la denominación “komaga” (dibujos de piezas), que no llegó a cuajar; al final fue la palabra “gekiga” (dibujos dramáticos), propuesta por Tatsumi, la que se impuso en 1957, y poco después estos autores formaron el llamado Gekiga Kōbō (Taller Gekiga) para canalizar su obra.

Según se puede leer en el artículo explicativo que acompaña a Gekiga baka-tachi!! (una verdadera rareza que se agradece mucho), esta obra fue propuesta por el exitoso Takao Saitō a su editor en la revista Big Comic. El editor, pues, aceptó contratar a Matsumoto, que por aquel entonces había caído en la más absoluta de las oscuridades y se dedicaba a dibujar manga pornográfico con el seudónimo de Takashi Inaga, para que hiciera esta obra en los números extra (zōkan) de Big Comic. Big Comic, por cierto, es donde, desde 1969, se publica Golgo 13, la obra magna de Takao Saitō, por lo que seguramente por esto Matsumoto decidió enfocar Gekiga baka-tachi!! de modo que explicara varias anécdotas de la juventud de Saitō (menudo pillo estaba hecho el tío, por cierto) para complacer a los lectores de Golgo 13.

Al final de la obra, además, se incluye un texto de Takao Saitō en el que aclara varias cosas sobre su modo de ser, su actitud hacia la profesión de mangaka, su relación con Matsumoto y Tatsumi, etcétera. También dice expresamente que él no piensa crear nunca su autobiografía, con lo que lamentablemente no vamos a poder conocer nunca una tercera versión de los hechos que rodearon al nacimiento del manga para adultos.

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viernes, 22 de mayo de 2009

Ijiwaru baasan (La abuela tocanarices)

  • Título: いじわるばあさん –Ijiwaru baasan– (La abuela tocanarices)
  • Autor: Machiko Hasegawa
  • Editorial: Shimai-sha
  • Revista: Periódico Sunday Mainichi
  • Años publicación: 1966-71
  • Clasificación: humor, costumbrista
  • Tomos: 6
Ijiwaru baasan (La abuela tocanarices) es la segunda obra más emblemática de Machiko Hasegawa después de la icónica Sazae-san. Solo se publicó durante cinco años y solo los domingos, en la edición dominical del periódico Mainichi, por lo que su recopilación original se realizó en seis tomos de unas 100 páginas (existe una edición en formato bolsillo con cuatro tomos). Actualmente ambas ediciones se encuentran descatalogadas, pero no creo que tarden en reeditar la serie en estos u otros formatos (un tomo de 600 páginas con la obra completa sería fantástico, por ejemplo).
A pesar de su relativamente corta duración, esta serie ha conseguido hacerse con un lugar en el corazón de los japoneses, y ha sido convertida varias veces en serie de imagen real y anime. ¿Y de qué va? Pues son tiras de cuatro viñetas protagonizadas por una abuela con muy mala baba. Y es que la señora Ishi Ijiwaru, pese a su avanzada edad, tiene un gusto por tocar las narices ajenas al que resulta difícil... ¡Resistirse! Y es que los chistes son divertidísimos.
Seguro que todos conocéis alguna vieja de vuestro pueblo o vecindario que está amargada y se dedica a tocar las narices o a despotricar de los demás. Pues en Japón, y supongo que en todo el mundo, también existen las viejas amargadas. Ijiwaru baasan nos cuenta las peripecias de una de ellas, que básicamente se dedica a tocar las narices al personal en plan Daniel el travieso versión sénior. Los chistes son divertidísimos y con muy mala leche, aunque es justo decir que todos ellos tienen un humor bastante blanco. Y es que da la sensación de que Hasegawa estaba un poco cansada de tanta “buena persona” y tanta moralina en sus obras y quiso buscar un revulsivo. ¡Y vaya si lo encontró! XD

Viñeta 1: Amarás a tus enemigos, ¿de acuerdo? / Sí.
Viñeta 2: ¡Ya sé! Haré las paces con Oyae.
Viñeta 3: Ahí está.
Viñeta 4: ¡Oyaeee! ¡Oyaeeee! / Cartel: Casa de empeños

Sin embargo, el mérito de la serie no es solo presentar las gamberradas de la vieja Ishi sin más, y es que hay veces en las que la tira sorprende al lector con escenas en las que a la abuela le sale el tiro por la culata, o la vemos triste porque todo el mundo la evita o le echa las culpas (incluso cuando no tiene la culpa de algo), o hace alguna buena acción (generalmente por error, pero a veces incluso de buen grado). Por otro lado, Ishi adora a los animales, especialmente a los gatos, o sea que tiene una faceta buena también.
Al contrario que Sazae-san, Ijiwaru baasan me parece una obra perfectamente exportable ya que el humor que protagoniza es muy universal y no se basa en hechos concretos de un momento histórico ni nada. Es simple humor sin complicaciones. Otra cosa, claro, es que los herederos de Machiko Hasegawa den su consentimiento para publicarla fuera de Japón, que por lo que se puede deducir de lo celosos que parecen ser que probablemente es complicado...
En definitiva, estamos ante una serie muy divertida y familiar de humor blanco que, si hubiese sido americana y no japonesa, ahora tendría una edición estupenda en España al igual que la tienen tiras de periódico americanas como Peanuts, Popeye, Garfield, Rip Kirby, Terry y los piratas, Flash Gordon o tantas otras. Y es que aunque parezca que el manga se esté comiendo el mundo del cómic, aún hay muchísima poca cultura sobre los verdaderos clásicos japoneses en Occidente. Cabe decir, sin embargo, que al menos un volumen de esta serie fue publicado en la colección de manga en versión bilingüe (texto en bocadillos en inglés, al margen en japonés) de Kōdansha International en el año 2001, con el título de Granny Mischief, por lo que el dique no está seco del todo.

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miércoles, 20 de mayo de 2009

Sazae-san

  • Título: サザエさん –Sazae-san–
  • Autor: Machiko Hasegawa
  • Editorial: Shimaisha
  • Revista: Periódicos Fukunichi y Asahi, entre otras publicaciones
  • Años publicación: 1946-74
  • Clasificación: costumbrista, tiras de periódico
  • Tomos: 68

¡Seguimos con la “Semana Machiko Hasegawa"! Ya en el post sobre Sazae-san uchiakebanashi hablé bastante sobre Sazae-san, LA serie japonesa de tiras de periódico por antonomasia, por lo que igual repito algunas ideas aquí.
Machiko Hasegawa, natural de Fukuoka, en la sureña isla de Kyūshū, empezó a dibujar una serie de historietas de cuatro viñetas para el periódico local Fukunichi en 1946, cuando tenía 26 años. En aquella época, era muy infrecuente que hubiera mujeres que se dedicaran al cómic, y de hecho seguiría siéndolo durante al menos una década más, si no dos, lo que convierte a Hasegawa en la gran pionera de las dibujantes de manga.
La serie Sazae-san se centraba en historietas humorísticas protagonizadas por Sazae, un ama de casa bastante pizpireta y espabilada, aunque por otro lado lo cierto es que Sazae, dentro de todo, era una mujer bastante normal y tenía muchísimo en común con la mujer media de la época (mejor dicho, de las épocas, en plural, ya que el personaje evolucionó junto con la sociedad), y lo mismo se puede decir de su familia. Dicho de otro modo, todo el mundo, hombres y mujeres, podía identificarse con ella.

Tira de 1946. Sazae a estudiantes: Eh, chicos, no podéis apoyaros en el escalón. / Cartel: A la estación. / Sazae: ¡Que uno no se puede apoyar en el escalón! (y resulta ser el revisor, que tiene un uniforme muy parecido al de los estudiantes).

Aunque el área donde se desarrolla Sazae-san empieza siendo la ciudad de Fukuoka, de donde era la autora, cuando esta última se mudó a Tokio, en 1949, Sazae se mudó con ella a la capital. Previamente, en el último capítulo publicado en Fukuoka, Sazae se había casado con el que le acompañaría desde entonces hasta el final de sus aventuras, el bueno de Masuo. Así, Sazae pasó de ser conocida por el apellido Isono a adoptar el apellido de su marido, Fuguda (aunque el apellido Isono seguiría muy vigente en la serie por sus hermanos pequeños Katsuo y Wakame y sus padres Namihei y Fune), e incluso tuvo un hijo, Tarao (huelgan comentarios sobre el nombrecito XD). Por cierto, todos estos nombres tienen que ver con cosas del mar: Sazae es una especie de caracola marina muy grande, Fugu (de Fuguda) es “pez globo”, Isono sería “campo de arrecifes”, Katsuo es “bonito” (el pez), Wakame es un tipo de alga comestible, Namihei sería “olas”, Fune “barco” y Tarao viene de “bacalao”.
En fin... Casualidades de la vida, en casa tengo, cómo no, el número 1 de la serie y, por fortuna, uno de los últimos, el 65, ambos de la edición original de la editorial Shimaisha (empresa “Las hermanas”). Para confeccionar esta reseña he decidido leerlos los dos, y me alegro muchísimo de haberlo hecho, puesto que he podido ampliar mucho mis miras respecto a la serie. Por cierto, la Shimaisha fue la empresa fundada por Machiko Hasegawa junto a su hermana Mariko, que hacía las veces de mánager de Machiko (que, por cierto, nunca se casó ni formó familia).
Para empezar, desde el punto de vista de un occidental, las historias de Sazae-san son generalmente... muy japonesas. Se centran mucho en festividades, maneras de actuar o comportarse, dichos, juegos de palabras, etcétera. Por otro lado, desde el punto de vista del siglo XXI, se puede decir que es una serie extremadamente centrada en su tiempo (no es de extrañar, ya que se publicaba en un periódico a diario). Es decir, aparecen chistes relacionados con sucesos muy concretos de su tiempo, sucesos muy de la vida diaria, como por ejemplo el aumento de 30 a 40 yenes del precio de los autobuses en 1972 y cosas así... Es decir, incluso a mí, que me considero bastante conocedor de la historia japonesa desde la posguerra, se me han escapado muchos chistes por falta de contexto y en muchas tiras me he quedado con un gran interrogante en la cabeza.

Tira de 1972. Sazae: ¡Señora, ¿cómo puede permitir que ese gamberro cochino se le cuele?! / Señora: ¡Es mi hijo! ¡¡Había ido a por tabaco!!

Cabe decir, sin embargo, que estoy hablando de la edición original de la Shimaisha, que viene “pelada”, con las tiras y punto, en tomos de unas 100 páginas. Sin artículos ni nada. Por no tener, el primer tomo ni siquiera tiene una mención sobre las fechas de publicación original de las tiras (por suerte, el tomo 65 sí la tiene). Sin embargo, por lo que he podido ver, la edición actualmente disponible de mano de la editorial del periódico Asahi (de 45 tomos en formato bolsillo) contiene artículos explicativos que complementan a la obra y la hacen más entendible. ¡Menos mal! También existe una edición bilingüe inglés-japonés editada por Kōdansha en los años 90 con el título The wonderful world of Sazae-san (de 15 tomos, aunque por supuesto no incluye todas las tiras), que imagino que también tiene muchos artículos de este tipo... O bien ha sido editada a lo bestia para omitir las tiras más “oscuras” y poner solo las más neutras y entendibles, que seguramente es lo que hicieron.
Al leer dos tomos cuyas historietas fueron realizadas con más de 20 años de diferencia he podido ver muy claramente la evolución del estilo de dibujo de la autora (más tosco al principio y mucho más fino hacia el final), así como el cambio tremendo en la actitud de Sazae respecto a su entorno. Esto se puede comprobar perfectamente en las dos tiras de ejemplo que pongo, una del tomo 1 (1946) y la otra del tomo 65 (1972). En el primer tomo, la familia de Sazae se escandaliza cuando ven que la chica prefiere vestirse a lo occidental en vez de llevar kimono, mientras el propio personaje hace picaresca en los mercados negros y con los cupones de racionamiento, interacciona tímidamente con algún que otro soldado americano del ejército de ocupación, etcétera. Sin embargo, a principios de los años 70, Sazae se queja de la inflación, viste totalmente de estilo occidental, está en contra de la guerra de Vietnam, interacciona con los hippies y en general vive de forma muy distinta a como vivía en sus inicios. Francamente interesante la evolución del personaje junto a la propia sociedad japonesa.
Como ya sabéis, Sazae-san tiene anime, un anime que este octubre de 2009 celebra su 40º aniversario (¡desde 1969!) de emisión ininterrumpida los domingos por la tarde y que además siempre, absolutamente siempre, se corona en el primer puesto de los programas de anime más vistos de la semana. Increíble, ¿verdad?

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miércoles, 4 de febrero de 2009

Ningen Kôsaten (Human Scramble / Encrucijadas humanas)

  • Título: 人間交差点 Ningen Kôsaten (Human Scramble / Encrucijadas humanas)
  • Autor: Masao Yajima (guión) / Kenshi Hirokane (dibujo)
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Big Comic Original
  • Años publicación: 1980-90
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 27


Ya hace tiempo que me llaman la atención las obras de Kenshi Hirokane, uno de los autores más prolíficos y brillantes de los últimos 25 años; por ejemplo, me fascina la capacidad que tiene de enganchar al lector con las aventuras de Kôsaku Shima, un salaryman japonés al que ha ido ascendiendo en su empresa desde el puesto de jovenzuelo recién incorporado a la misma hasta el puesto de director ejecutivo (pasando por todos los estadios intermedios, claro). Las historias de Kôsaku Shima llevan años y años publicándose en Japón, en varios arcos argumentales de decenas de tomos cada una. Aunque tengo toda la primera serie de Kôsaku Shima en casa, aún no he podido hincarle el diente; pero sí he leído a veces historias sueltas y realmente es un manga muy bien construido y de los que instan a leer sin parar. Shima es el ejemplo más vistoso del subgénero “salaryman manga”, que se dedica a explorar y explicar la vida de personajes oficinistas (igual que sus lectores), con sus aventuras y desventuras, sus éxitos y fracasos.
Además, Hirokane también es el autor de Like Shooting Stars in the Twilight, considerado el primer manga enfocado expresamente a gente de cincuenta años para arriba (el llamado “silver manga” -“silver” (plata) se asocia en Japón a la tercera edad, por lo del pelo “plateado” (canoso)), con historias que pueden atraer a este sector de público lector de manga cada vez más abundante en Japón. De Like Shooting... sí he leído algún tomo y es una obra muy interesante, a ver si la reseño alguna vez.
El caso es que, como seguidor de la trayectoria de Hirokane, siempre había tenido interés por leer algo de Ningen Kôsaten (Human Scramble), el manga que reseño en esta ocasión. Es cierto que había leído historias sueltas alguna vez y me habían encantado, pero estaba esperando a poder conseguir el tomo 1 de la versión en tomo original para hacer la reseña. Ya sabéis que soy un poco fetichista y, aunque podría conseguir fácilmente este manga en formato de bolsillo, que es como está disponible actualmente en las librerías japonesas, he esperado hasta poder encontrar el tomo 1 de la versión original, ya descatalogada.

Amor, odio, rabia, alegría, ira.. Sentimientos a flor de piel

Ningen Kôsaten, con un total de 27 tomos, es un manga compuesto por historias autoconclusivas muy emotivas que tratan sobre las emociones humanas. Son historias que llegan al corazón del lector; algunas son duras, otras consiguen emocionar, otras resultan repulsivas, otras son simplemente maravillosas. Pero todas ellas son muy humanas. El guión en esta ocasión corre a cargo de Masao Yajima, mientras que Hirokane se encarga del dibujo con su maestría habitual. El dibujo es atractivo y aguanta perfectamente el paso del tiempo a pesar de ser un manga que empezó en el año 1980, o sea que ya tiene sus años.
Para haceros a la idea de qué tipo de historias podemos encontrar en esta “Encrucijada humana”, voy a resumir algunas del tomo 1. Una trata sobre una mujer que da a luz en la cárcel al hijo del hombre que la traicionó, y al que, en un arrebato de ira, asesinó. En la cárcel, la mujer enloquece y quiere maltratar al niño, acabar con esa vida cuyo origen tanto detesta (algo así como Lady Snowblood pero al revés). Viendo que el caso es complicado, el médico de la cárcel se lo quita para que no consiga matarlo. Así, pasan ocho años, ella se calma y sale de la cárcel, pero sigue negándose en rotundo a ver a su hijo. Finalmente, el médico (que en ese momento se descubre que lo había adoptado) se lo pone delante y ella, emocionada y rota por dentro al descubrir sus verdaderos sentimientos ante su hijo, carne de su carne, solo acierta a decir, anegada por la emoción del momento, “¿cómo te llamas?”
Otras historias: una mujer despechada que huye muy lejos al descubrir que su amado le estaba siendo infiel y, muchos años después, se encuentra a su ex amante -que no la reconoce- y se acuesta con él por dinero como venganza; una arisca delincuente reformada gracias al buen hacer de un trabajador de un centro de menores; un prestigioso arquitecto que hace muchos años mató a su novia para poder casarse con la hija de su mentor, un gran arquitecto; la triste historia de un condenado a muerte y su relación de confianza con su carcelero...
Resumiendo, grandes historias, grandes argumentos y un manga muy emotivo, excelentemente trazado y dibujado. Una de estas obras de arte del seinen costumbrista que es complicado que veamos por aquí, al menos a corto plazo. Por si tenéis curiosidad, he podido averiguar que existen series de televisión de imagen real, películas también de imagen real e incluso un anime de 13 episodios de 2003 basados en historias de este muy recomendable manga.

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domingo, 1 de febrero de 2009

Bakuman

  • Título: バクマン。(Bakuman)
  • Autor: Tsugumi Ohba (guión) / Takeshi Obata (dibujo)
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Shônen Jump
  • Años publicación: 2008-?
  • Clasificación: shônen
  • Tomos: 1 (en curso)


Después del sonado fiasco de Obata con Blue Dragon Ral Ω Grad (guionizado por Tsuneo Takano), la nueva serie de los creadores de Death Note ya está aquí. Bueno, en forma de tomo, claro, porque en la Shônen Jump hace meses que se publica y todo cristo se la ha leído ya por scans o a través de la página internacional de Shônen Jump, disponible en inglés, francés y alemán, aparte de japonés. Se la habían leído todos menos yo, claro, que prefiero leer en papel en vez de en la pantalla.
No creo que reseñando esta obra al estilo habitual diga nada nuevo a los miles de fans que ya conocen la historia, pero si eres uno de los pocos que todavía no han sleído lo que hay publicado de Bakuman, solo diré que es una historia que poco o nada tiene que ver con Death Note, y que va de dos chavales que deciden convertirse en dibujantes de manga. Así, con una trama de fondo que mezcla ciertas dosis de romanticismo y problemas de juventud típicos de un gakuen manga, los autores nos presentan el proceso de crear un manga a dúo. El objetivo último de Moritaka (apodado Saikô) y Akito (apodado Shûjin*) es crear un manga que se publique en la Shônen Jump, la revista de manga de referencia, y que llame la atención de alguna productora de anime para que se haga un anime basado en ella. Un anime en el que la voz de la protagonista debe estar interpretada por su tímida y guapísima compañera de clase Miho Azuki, cuyo sueño es llegar a ser seiyû (actriz de doblaje). ¡Y todo eso antes de cumplir los 18 años! Solo entonces se hará realidad el sueño de Saikô, que le arranca a Azuki el compromiso de que, si esto se hace realidad, se casarán (ejem).
Pero donde quiero centrar la atención de esta reseña es en los detallitos que quizás al lector superficial se le habrán escapado o en los que no habrá reparado. El primer tomo de Bakuman, el único que hay disponible actualmente en Japón, me ha parecido muy interesante porque es una especie de “manual” de cómo hacer un manga, solo que disfrazado de manga de entretenimiento con guión entretenido y resultón. En ningún caso, al menos de momento, se nos explica cómo dibujar ojos grandes y brillantes o líneas cinéticas, sino que el contenido didáctico es mucho más sutil que eso, y por consiguiente mucho más interesante que un simple libro de “cómo dibujar”, de los cuales hay a punta pala en el mercado.

Las ideas de Shûjin sobre el manga que van a crear

El primer tomo, de hecho, es más un “cómo guionizar” que otra cosa, ya que sobre todo se centra en el aspecto creativo del guión y los procesos que deben realizarse, tanto si el dibujante es también el guionista como si las tareas se reparten entre dos personas, una que guioniza y la otra que dibuja. Este segundo caso es el de los propios creadores del manga, así como el de sus personajes Saikô y Akito.
Así, aquí los dos personajes discuten sobre la temática que debe tener un manga según lo que esté de moda en ese momento, el estilo que debe tener y lo que hay que tener en cuenta para crear una historia que consiga el éxito. También se nos detalla la manera de trabajar el manga, con un proceso que incluye primero un borrador preliminar (que realiza el guionista con dibujos toscos y separación en viñetas) y luego el propio dibujo. Por cierto, es muy interesante que al final de cada capítulo se nos ofrece un montaje en el que se nos presenta el proceso de creación de una página del capítulo que acabamos de leer: podemos ver el borrador preliminar de Ohba, el borrador adaptado de Obata y luego el dibujo finalizado.
No se esconde en ningún momento la importancia del trabajo del editor, una figura vital en el mundo del manga, y que en Occidente al parecer es totalmente desconocida. Del editor depende en gran parte el éxito o fracaso de un manga. Por supuesto, la pericia del dibujante y del guionista debe ser excelente, pero el editor es realmente el que corta el bacalao. ¡Una figura capital en el manga! Y otra cosa que tampoco se esconde, de hecho se presenta con un “¡zas!” en toda la boca, es que no es fácil llegar a ser un dibujante de manga. Es un trabajo que requiere muchísimo esfuerzo y dedicación, y solo un porcentaje muuuuy pequeño (uno entre cada 100.000 dicen en Bakuman) logra el suficiente éxito como para poder vivir toda la vida del manga. Por si había dudas, vamos, y presentando el tema de forma realista, tal como es y sin que nadie se llame a engaño.
Es muy interesante que en la historia se referencien en otras obras reales, sobre todo de la Shônen Jump, como Dragon Ball, One Piece o Naruto, pero también grandes clásicos del pasado como Ashita no Joe. También tiene un papel muy relevante en la historia la figura de Ikki Kajiwara, considerado el mejor guionista de la historia del shônen y el que puso las bases de lo que es una buena historia en lo que el guión se refiere. Asimismo, también me parece muy interesante el punto de vista de Shûjin, que afirma que quiere dedicarse al manga para conseguir el máximo de fama y dinero. Y cuando Saikô le dice que por qué no intenta ser novelista, Shûjin le replica diciéndole que hay muchas más probabilidades de tener suerte con el manga que con la novela. ¡Vamos, igual que en España, donde los dibujantes de cómic se tienen que comer los mocos!
Viniendo del dueto creativo del que viene, ni más ni menos que los autores de Death Note, no me cabe duda de que veremos esta historia publicada en España en un futuro, así que estad atentos.

* Moritaka se escribe 最高, una palabra que normalmente se lee “Saikô” y que significa “lo más”, “genial”, “fantástico”. En cuanto a Akito, se escribe con unos kanji, 秋人, que también pueden leerse Shûjin. De ahí los dos apodos.

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martes, 13 de enero de 2009

Piano no mori (El bosque del piano)

  • Título: ピアノの森 –Piano no mori– (El bosque del piano)
  • Autor: Makoto Isshiki
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 1998-?
  • Clasificación: seinen, costumbrista
  • Tomos: 15 (en curso)

El ganador del prestigioso Gran Premio Media Arts en la categoría de Manga del año 2008 fue este Piano no mori (como curiosidad, uno de los accésits recayó sobre Munakata Kyôju Ikôroku, un título que me encanta, y el ganador del año pasado no fue otro que la genial Moyashimon), y ni corto ni perezoso me dispuse a comprar el primer tomo para probar a ver qué tal. A pesar de que el título se traduce directamente por El bosque del piano, su título oficial en inglés es The perfect world of Kai.
La verdad, no entiendo el porqué de este premio, porque al menos el tomo 1 no es tan especial, a mi entender. Pero no avancemos acontecimientos. Los protagonistas de este manga son Kai, un chico que es una verdadera incógnita, y Shûhei, un chaval de ciudad que al principio del manga se muda al pueblo en el que se desarrolla la historia. El taciturno Shûhei aspira a ser pianista y de hecho tiene bastante destreza tocando el piano; por su parte, Kai es un chico más bien alocado.
En medio de un bosque cercano se encuentra un piano abandonado y Kai afirma que es perfectamente capaz de tocarlo. ¡Y de hecho, lo toca de maravilla! Shûhei, sin embargo, intenta tocarlo y no consigue que salga ningún sonido del piano, que lógicamente está estropeado debido a las vicisitudes de la intemperie. Otro misterio es que Kai en realidad no sabe tocar el piano, ya que posteriormente Shûhei le deja probar el suyo y el resultado es poco menos que una verdadera cacofonía. ¿Por qué Kai consigue que un piano estropeado suene de maravilla y en cambio no es capaz de tocar bien un piano normal?

Los dos chicos y el piano del bosque

El manga parece ser una de esas historias tan emotivas y poéticas y probablemente llega a ser muy y muy bueno en tomos posteriores (por algo le habrán dado el premio), pero francamente el primer tomo a mí me dejó bastante frío. Supongo que es una especie de Nodame Cantabile, aunque protagonizado por niños (aunque parece que luego crecen) y en plan poético/misterioso. Aunque se inició en 1998, Piano no mori tuvo que sufrir un parón debido a que la revista en la que se publicaba, la Young Magazine Uppers, cerró. Después pasó a la Morning y, al cabo de un tiempo, dejó de publicarse de nuevo hasta que en diciembre de 2006 se reanudó su publicación. A día de hoy, 11 años después de su inicio, este manga acumula 15 tomos y ha sido adaptado en forma de película de anime que ha recibido muy buenas críticas.

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sábado, 3 de enero de 2009

San gatsu no lion (March comes in like a lion / León de marzo)

  • Título: 3月のライオン -San gatsu no lion- (March comes in like a lion / León de marzo)
  • Autor: Chica Umino
  • Editorial: Hakusensha
  • Revista: Young Animal
  • Años publicación: 2007-?
  • Clasificación: seinen, costumbrista
  • Tomos: 2 (en curso)

Todo lo bueno se acaba y ya es mi último día en Japón. De aquí me llevo muchos recuerdos, muchos encuentros, muchas experiencias y muchos manga descubiertos y leídos. De todo esto iré escribiendo poco a poco en este blog en cuanto tenga un rato para ponerlo por escrito. Pero bueno, tampoco es para montar ningún drama, porque como decía el amigo Schwartzie, "I'll be back".
Me gustaría despedirme del viaje a Japón de esta vez con una preciosa historia muy especial para mí: San gatsu no lion. Siento decir que esta es la primera historia de Chica Umino que leo, y eso a pesar de que Honey & Clover está siendo traducida por Daruma. Simplemente, son demasiados tomos al mes los que pasan por la oficina y desgraciadamente no puedo leérmelos todos; así, Honey & Clover es una de las historias que han pasado por la oficina de Daruma, tanto en manga como en anime, que no he tenido el placer de leer ni tampoco de ver en forma de anime. Y después de leer los dos primeros tomos de San gatsu no lion, los únicos que de momento están disponibles, imagino que es algo que tendré que solucionar pronto, porque esta nueva historia de Umino me está gustando mucho.
Cuando voy a Tokio, suelo alojarme en una zona muy cercana al río Sumida, un sitio donde confluyen varios canales que entran o salen del río, y donde hay dos o tres islas con muchísimo encanto, concretamente la isla de Shinkawa (que no parece una isla, porque los canales que la rodean son pequeñitos), y la de Tsukuda/Tsukishima, que es mucho más grande. Una de las actividades que hago por las mañanas es levantarme muy temprano e ir a correr un poco por el lado del río, bajando por el lado “continental” hasta el mercado del pescado de Tsukiji, atravesando el río Sumida por el puente Kachidoki, y volviendo a subir por la isla de Tsukishima y Tsukuda hasta finalmente atravesar el precioso puente colgante y volver a Shinkawa (mapa con el itinerario). La verdad es que es una pasada de circuito para salir a correr, con un paisaje impresionante gracias al río y los imponentes edificios de Tokio, así como gracias al área tradicional de Tsukishima-Tsukuda, con sus canales, sus casas antiguas y su pequeño santuario sintoísta.

¡El precioso puente Chûô Ôhashi!

Tsukishima es una isla con mucha solera, habitada desde hace siglos, y forma parte del llamado “shitamachi” o, en mi traducción adaptativa, “área castiza”. El vocablo “shitamachi” se refiere a zonas populares ya pobladas en tiempos de los samuráis, donde vive gente sencilla y de toda la vida. En las “shitamachi” se suelen encontrar casas de madera antiguas, templos y cosas así, en contraste con las nuevas zonas residenciales, que solo tienen casas unifamiliares y poco más.
Pues bien, haciendo footing y pasando por la zona comercial de Tsukishima-Tsukuda (famosa por sus tortas al estilo de Tokio llamadas monja-yaki) vi que había publicidad de este manga por todas partes y la verdad es que me preguntaba por qué, aunque no le di más importancia. Sin embargo, un día, en un Book Off, me topé con este manga y ya que estaba decidí echarle un vistazo (en Book Off los manga no están precintados). ¡Cuál fue mi sorpresa al ver que está ambientado precisamente en esta zona que me gusta tantísimo! Aunque Umino no menciona en ningún momento ninguna referencia topográfica real, las viñetas en las que aparece el río, el puente, las casitas, el santuario, etcétera, no dejan lugar a ninguna duda. ¡San gatsu no lion se ambienta exactamente en el área donde salgo a correr todos los días cuando estoy en Tokio! Así, no me extraña que en la calle comercial de Tsukishima hayan decidido darle un homenaje a este manga.
En fin, ¿y de qué va el manga? Pues nos cuenta la historia de Rei Kiriyama, un solitario joven de 17 años que sufrió la desgracia de perder a toda su familia en un accidente de tráfico. Sin embargo, Rei tiene el don de jugar maravillosamente al shôgi (una especie de ajedrez a la japonesa); de hecho, juega tan bien que a sus 17 años ya es jugador profesional, de quinto dan, y puede permitirse vivir solo en un apartamento. Pero debido a su carácter hermético y a la terrible pérdida que sufrió de pequeño, Rei es un chico extremadamente introvertido que no se relaciona con nadie.
Todo cambia cuando, por una casualidad, una chica llamada Akari se lo encuentra y lo lleva a su casa, donde conocerá a las dos hermanitas de Akari: Hinata y la pequeña Momo. Las tres hermanas viven con su abuelo ya que también perdieron a sus padres, pero eso no les impide formar una familia de lo más alegre y cálida, con muchos gatos. A destacar los gatos, ya que al parecer a Umino le encantan los adorables felinos y a veces les caracteriza y les “pone voz” con una gracia y un cariño que solo un verdadero amante de los gatos puede conseguir.
Así, Rei empezará (al principio con muchas reticencias) a aceptar la hospitalidad de esta familia y a inmiscuirse en su día a día mientras sigue estudiando en la escuela secundaria y se dedica a preparar torneos y partidas de shôgi en su carrera como profesional. Estamos ante un manga más bien costumbrista, muy bonito, en el que no suceden grandes cosas, pero que aun así relaja y consigue hacer sentir bien al lector. El dibujo es muy tierno, en la línea de Honey & Clover. La verdad es que parece mentira que esta serie se esté serializando en la revista Young Animal de Hakusensha, junto a otras obras como Berserk o Detroit Metal City. ¡Es que no tiene nada que ver!
Otra curiosidad del manga son las explicaciones que el jugador profesional de shôgi Manabu Senzaki ofrece al término de cada capítulo. Son explicaciones muy simples, que evitan los tecnicismos y las frases farragosas, y que consiguen despertar el interés en el shôgi en el lector, ya que no pretenden “enseñar” a jugar al shôgi, sino solo a comprender algunos detalles sobre este juego que aparecen en el manga (siempre detalles nimios que no requieren en ningún caso que el lector tenga nociones del juego para saber lo que está ocurriendo). Respecto al título, se ve que proviene de la expresión inglesa "March comes in like a lion and goes out like a lamb" (Marzo viene como un león y se va como un cordero). Ignoro el porqué de esta elección de título.
En resumen, un gran manga pero de nuevo uno de esos títulos que, aunque salga en España (espero que sí), dudo que consiga mucho éxito a pesar de ser mucho mejor que el 90% de lo que se publica actualmente.

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miércoles, 10 de diciembre de 2008

Tetsu no Ji (Iron Butt)

  • Título: 鉄の字 -Tetsu no ji- (Letra "Tetsu" / Iron Butt)
  • Autor: Shinya Ohmori
  • Editorial: Magazine House
  • Revista: Brutus / Comic Are!
  • Años publicación: 1993-94
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 1

Curiosísimo manga este Iron Butt, un solo tomo que me dejó muy buen sabor de boca. El manga nos explica episodios de la vida de un flipado por el motocross, concretamente por saltar lo más alto posible con una moto. Pero nos lo cuenta con mucha gracia y con la originalidad de hacer que cada episodio se enmarque en una fase de la vida del protagonista, Tetsumi.
Así, los primeros tres capítulos del manga nos muestran al Tetsumi niño, un mocoso muy parecido al Shiro de Tekkon Kinkreet tanto en expresión facial como en comportamiento y carácter, que va con su bici por las calles de su pueblo, haciendo tonterías, y descubre el mundo de las motos y del motocross. Concretamente, ve a alguien que realiza un salto espectacular con su moto y, a partir de aquel momento, su obsesión será la de conseguir realizar los mayores y más espectaculares saltos con una moto.
En los próximos capítulos, Tetsumi ya ha crecido y se ha convertido en un adolescente que empieza a hacer sus primeros pinitos con el motocross, con la ayuda de un abuelo del vecindario que antes de jubilarse trabajó como ingeniero en una modesta fábrica de motos. Vemos cómo se va introduciendo en el mundillo y cómo reta a otros corredores de la especialidad. Y, finalmente, en el último capítulo, Tetsumi ya es un corredor retirado de unos 30-35 años y tiene hasta un hijo pequeño que... ¡Resulta estar tan o más pirado que él!

Shiro... Digo, Tetsumi intentando hacer motocross con una scooter

Aunque parezca que la historia está muy condensada y que intenta contar mucho en muy pocas páginas (el tomo tiene poco más de 200 páginas), eso no es así porque el autor no ha querido contar muchos detalles, sino solo simples episodios. Lo que pasa entre medio hay que deducirlo (o no, tampoco importa).
Estamos ante un manga muy entretenido sobre... motocross. Sí, en el manga hay todo tipo de temáticas, ya lo hemos dicho mil veces. Pero esto es más que un manga sobre motocross, es un manga sobre la vocación, sobre el esfuerzo y ese punto de locura que hay que tener para llevar a cabo con éxito los sueños, por más alocados que estos sean. Además, lo hace de forma muy entretenida.
El estilo de dibujo resulta curioso porque es muy similar al estilo de Taiyô Matsumoto (o Matsumoto Taiyou, como se le acredita en Occidente), el autor de la genial Tekkin Konkreet, entre muchas otras obras que no han llegado todavía a España. No sé hasta qué punto esta similitud de estilo es coincidencia o no (Matsumoto debutó en 1988, pero no creo que obtuviera mucha notoriedad en sus primeros años, mientras que Iron Butt empezó en 1993). No hay prácticamente información sobre Shinya Ohmori, el autor de este manga, en la red, solo que tiene otro manga también de tipo motociclístico, así que resulta bastante misterioso de dónde salió y adónde fue un autor capaz de realizar un manga tan notable como Iron Butt. Yo hasta sospecho que podría ser un "alter ego" de Matsumoto, porque que un autor a priori tan bueno como este Ohmori solo tenga dos obras menores en el mercado resulta un poco raro. Pero claro, esto es solo una cábala personal mía, yo qué sé.
A propósito, el título es curioso, ya que en japonés es Tetsu no Ji, o sea "letra tetsu" (le letra tetsu (鉄) significa "hierro/metal/acero), supongo que porque el protagonista se llama 鉄美 Tetsumi. Sin embargo, el título inglés es Iron Butt o sea "Culo de Hierro", una mención explícita al culo que hay que tener cuando uno monta en una moto de motocross XDD.

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viernes, 21 de noviembre de 2008

Daitôkyô binbô seikatsu manual (Manual de la vida de pobre en la gran Tokio)

  • Título: 大東京ビンボー生活マニュアル -Daitôkyô binbô seikatsu maual- (Manual de la vida de pobre en la gran Tokio)
  • Autor: Tsukasa Maekawa
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 1988-89
  • Clasificación: seinen, costumbrista
  • Tomos: 5


Para variar, voy a comentar un manga "raruno", una de esas cosas que probablemente solo a mí me interesan. Este manga tiene bastante historia para mí. Me explico: antes incluso de empezar a aprender japonés, conseguí unos libros titulados Mangajin's Basic Japanese Through Comics que explicaban varios conceptos de la lengua japonesa tomando viñetas de manga como ejemplos (no es ningún secreto que me inspiré en estos libros al crear Japonés en viñetas, por cierto, fueron una gran influencia para mí. Antes de que salten los típicos criticones, diré que aunque JeV se inspira en estos libros, el concepto es totalmente distinto y es una obra radicalmente diferente. Que conste en acta XD).
Pues bien, en Basic Japanese Through Comics usaban viñetas de mangas muy diferentes, pero siempre había unos cuantos que salían de forma bastante frecuente, imagino que porque al autor o autores les gustaban especialmente. Uno de estos que salen siempre es este Daitôkyô Binbô Seikatsu Manual (Manual de la vida de pobre en la gran Tokio) y siempre había tenido curiosidad por leerme la historia. Ya veis, una chorrada de motivo.
En todos estos años, a pesar de que a veces pensaba en este cómic y reafirmaba mi idea de querer leerlo, nunca lo había conseguido (tampoco lo había buscado especialmente, la verdad), pero hace poco, cuando volví a pensar en él, se me ocurrió que podría intentar hacerme con él, tuve éxito en mi empeño y por fin me lo leí.

Pobretón hasta las últimas consecuencias

El protagonista del cómic es un chaval llamado Kôsuke que no sabemos muy bien a qué se dedica. Vive en un pequeño apartamento tipo Maison Ikkoku y su filosofía es la de llevar el concepto de "vida de pobre" a su extremo más radical. Así, las primeras 20 o 30 páginas a mí me irritaron bastante porque mostraban actitudes tan radicales como pedirle prestado un cazo al vecino para cocinarse algo o chorradas por el estilo. Como si los cazos costaran tanto dinero... A Kôsuke le ayuda bastante su novia, una chica muy positiva que no sé muy bien qué hace con ese vago, pero le suele invitar a tomar café, o a ir de paseo, etc. Siempre pagando ella. Sí, es un rollo muy raro, ya lo sé, pero es que el manga es raro.
Pero al poco, el cómic sufre una transformación curiosa y se convierte en un manga costumbrista, de tipo contemplativo y hasta poético, que se centra en los pequeños placeres de la vida, en aquellos pequeños detallitos que pueden hacernos felices aunque no tengamos el último modelo de ordenador o de teléfono móvil. Tiene algunas escenas muy bonitas, la verdad.
En cuanto a guión, el manga es bastante anodino, ya lo hemos visto. En cuanto a dibujo, tiene un estilo bastante minimalista y feísta y desde luego rompe el gran mito de que todo el manga japonés tiene personajes de ojos enormes (los ojos del prota son dos simples puntos, si os fijáis). Desde luego, el mundo del manga es muuuuuuucho más que ojos grandes y superpoderes. Si vais leyendo este blog desde hace un tiempo, espero que os hayáis dado cuenta ya de la enorme variedad de estilos de dibujo y temáticas que podemos encontrar en el cómic japonés.

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sábado, 23 de agosto de 2008

Sarusuberi (Espumilla)

  • Título: 百日紅 –Sarusuberi– (Espumilla)
  • Autor: Hinako Sugiura
  • Editorial: Jitsugyô no Nihon-sha
  • Revista: Manga Sunday
  • Años publicación: 1983-88
  • Clasificación: seinen, histórico, costumbrista
  • Tomos: 3


Ahora hacía un tiempo que no ponía un manga "gafapasta", ¿verdad? ¡Pues nada, esto hay que remediarlo! Últimamente le estoy cogiendo el gustillo a esto de los manga de tipo costumbrista ambientados en el Japón feudal, y eso que no hace tanto que no me gustaba este tipo de obras. Hace poco, leí y disfruté muchísimo con Oo-oku y ahora es el turno de esta Sarusuberi. Voy a ser sincero y diré que me costó lo suyo entrar en esta obra. La adquirí tras leer una referencia a ella donde se la ponía por las nubes y se la describía como una obra maestra de la literatura manga. Lo cierto es que, en un primer momento, solo pude leerme medio tomo hasta que lo acabé dejando aparcado. Sin embargo, recientemente le he dado una segunda oportunidad y, ahora sí, he podido disfrutarla como se merece.
Sarusuberi nos cuenta retales de la vida del gran maestro del ukiyo-e (grabados tradicionales japoneses del período Edo) Hokusai Katsushika, de su hija Oei y de la gente de su alrededor, en la Edo (antigua Tokio) de mediados del siglo XIX, cuando el maestro ya era bastante mayor. Hokusai, como muchos sabréis, es el "inventor" de la palabra "manga": fue él quien publicó una serie de libros de bocetos semicómicos a los que tituló Hokusai Manga (Dibujos irresponsables de Hokusai), que obtuvieron un gran éxito y que provocaron que la palabra manga fuera asociada a partir de aquel momento con las caricaturas o dibujos cómicos y, con el tiempo, al propio cómic.
La autora de esta obra, Hinako Sugiura, tuvo una vida lamentablemente corta (falleció en 2005 a los 46 años), pero intensa. Apasionada del período Edo, inició su carrera en el mundo del manga especializándose en obras de cómic con estilo de dibujo "a lo ukiyo-e" en la histórica revista alternativa Garo, lo que le valió hacerse un nombre en el mundillo "gafapasta" del manga en los años 80. Tuvo una carrera muy corta como mangaka, ya que en 1993 anunció que dejaba la plumilla para dedicarse a la pasión de su vida, que era el estudio de la cultura popular del período Edo (1600-1868). Como investigadora y especialista, Sugiura también destacó mucho: escribió numerosos libros y ensayos y colaboró en programas de televisión, en los que a menudo aparecía vestida con kimono. En realidad, tras su muerte se descubrió que en 1993 se le había diagnosticado cáncer y sus médicos le recomendaron que dejara la estresante y agotadora profesión de mangaka para realizar otro tipo de tareas menos exigentes y poder dedicarse mejor a luchar contra la enfermedad.

El maestro Hokusai, dibujando un dragón

Sarusuberi es una obra un poco especial. Por un lado, nos cuenta pequeños episodios de la vida de Hokusai y su entorno, presentándonos al maestro como un viejo excéntrico, muy curioso y francamente genial; un verdadero torbellino de creatividad. No en vano, el título de la obra hace referencia a semejante torrente creativo: Sarusuberi es una planta de origen oriental que, según he podido investigar, en español recibe el nombre de "espumilla" o "árbol de Júpiter". Su nombre científico es Lagerstroemia indica. Al parecer, se trata de una planta que da flores grandes, en cantidad muy generosa, en un momento dado. Luego se les caen todas de golpe y a continuación vuelve a florecer de nuevo esplendorosa y abundantemente. Así pues, esta planta pasa a simbolizar la pasión creativa de Hokusai.
Las historias son curiosas: tal vez por esto me costó entrar en el manga la primera vez, ya que me esperaba otra cosa muy distinta (no sé exactamente qué esperaba, pero lo que me encontré me desconcertó e hizo que no pudiera entrar). Son pequeños relatos de tipo costumbrista, que nos narran episodios de la vida del viejo Hokusai. Lo que pasa es que, en ocasiones, mezcla pequeños detalles fantásticos en la historia (por ejemplo, en un momento dado, un hombre muerto cuyo rostro estaba inmortalizando Hokusai en su lecho de muerte se levanta y mira fijamente al pintor) que a mí personalmente me dejaron con un gran interrogante flotando sobre la cabeza. Sin embargo, también es verdad que, una vez entras y consigues que la obra te abra sus puertas, puedes disfrutar mucho más de su sutileza y su gracia.
El dibujo también en peculiar, ya que es bastante sencillo, pero tiene un aire "a lo ukiyo-e" muy interesante; difícil al principio, entrañable una vez te acostumbras. De hecho, las preciosas portadillas que abren cada historia están dibujadas con un estilo 100% ukiyo-e y realmente son estampas preciosas. En definitiva, esta es una obra recomendada para los "gafapastas" de pro, y más si están interesados en cómo se vivía en la primera mitad del siglo XIX en la antigua Edo y en conocer más sobre la figura del excéntrico Hokusai, su hija y sus discípulos. Los amantes del shônen, el shôjo romanticón o los seinen de acción, abstenerse. Solo recomendado para fans de Taniguchi y similares.

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lunes, 14 de julio de 2008

Sazae-san uchiakebanashi / Nitamono ikka (Confesiones sobre Sazae-san / De tal palo, tal astilla)

  • Título: サザエさんうちあけ話・似たもの一家 –Sazae-san uchiakebanashi / Nitamono ikka– (Confesiones sobre Sazae-san / De tal palo, tal astilla)
  • Autor: Machiko Hasegawa
  • Editorial: Asahi Shinbun-sha
  • Revista: Periódico Asahi Shinbun
  • Años publicación: 1978 (Sazae) y 1949 (Nitamono)
  • Clasificación: costumbrista
  • Tomos: 1


Este tomo lo adquirí como recuerdo de mi visita al Museo de arte de Machiko Hasegawa el año pasado, en Tokio. ¿El museo de quién? Buena pregunta. El nombre de Machiko Hasegawa (1920-92) es uno de los más prominentes en la historia del manga. De hecho, rompe el propio marco del manga y va más allá: es uno de los nombres más famosos de la posguerra japonesa y uno de los personajes más influyentes en la sociedad japonesa moderna. No sé muy bien si a Hasegawa se la puede considerar mangaka en el sentido más habitual de la palabra, puesto que su obra estuvo siempre centrada en las tiras humorísticas en periódicos, así que no es una autora "típica", de las que publica en revistas de manga. Por lo tanto, está situada un poco entre lo que sería el manga, lo que sería la caricatura y lo que sería el "periodismo costumbrista inocente".
Machiko Hasegawa, mujer modesta por naturaleza, empezó a hacer sus pinitos dibujando historietas y en 1946 empezó a dibujar unas tiras diarias de periódico tituladas Sazae-san. En 1949, la serie Sazae-san pasaría a las páginas del periódico nacional Asahi Shinbun y no las abandonaría hasta 1974, cuando la autora quiso, por decisión propia, terminar la serie. Sazae-san se convirtió en un icono de la cultura popular japonesa y a menudo se la menciona como un verdadero documento de la posguerra japonesa y su posterior "milagro económico". Así, en las primeras tiras, Sazae tiene que sufrir para conseguir cupones de racionamiento y recurrir a la picaresca para superar la miseria y la carestía de comida y mercancías, mientras que con el paso del tiempo se casa, tiene un hijo y se enfrasca en conseguir las "tres joyas de la corona" (televisor en blanco y negro, lavadora y nevera). En definitiva, va evolucionando junto a la propia sociedad japonesa.
Sazae-san es uno de los manga más queridos por los japoneses, si no el que más. La popularidad de esta serie se pone de manifiesto sobre todo en su serie animada, en antena desde el año 1969 (y sigue en antena), récord absoluto de longevidad para una serie animada, y encima siempre se coloca como líder absoluto de audiencia cuando se emite, semana tras semana, los domingos por la tarde. Como anécdota personal, cuando le digo a algún japonés o japonesa de cuarenta o cincuenta años para arriba que me dedico a traducir manga y anime, hay muchos números de que una de las primeras preguntas que me haga sea "¿Y Sazae-san no la vas a traducir?" Lógicamente, ellos no se dan cuenta de que este anime es tan y tan costumbrista y "soso" para el gusto occidental que ninguna distribuidora se atrevería a comprar sus derechos, y tampoco ninguna televisión se atrevería a emitirlo por temor a un descalabro importante en las audiencias.
Cuando fui al Museo de arte de Machiko Hasegawa me esperaba encontrar un museo dedicado sobre todo a su obra, especialmente enfocado a Sazae-san, pero cuál fue mi sorpresa al encontrar un museo pequeñito pero muy acogedor en el que se mostraban obras pictóricas de artistas europeos y japoneses. La única mención a Hasegawa como artista de manga se podía encontrar en una pequeña sala adyacente donde se podían ver algunos de sus originales y algunas de sus herramientas, así como un breve recuento de su vida. Machiko Hasegawa y su hermana mayor eran grandes aficionadas al arte y también viajaron bastante al extranjero; una de las cosas que más les gustaban era invertir parte de los pingües beneficios obtenidos con Sazae-san en la adquisición de obras pictóricas que les gustaran. Con el objetivo de conservar apropiadamente estas obras y también para que no se quedaran en su casa y todo el mundo pudiera disfrutarlas, decidieron abrir este museo en Sakura-Shinmachi (Tokio) en 1985, que perdura hasta nuestros días.

Páginas de muestra del libro, en las que se pueden ver las peculiares técnicas narrativas (a la derecha) y las viñetas con denso texto escrito de puño y letra de Hasegawa

Pese al chasco que me di al entrar en un museo normal y corriente con pinturas normales y corrientes (algunas de ellas muy bonitas, cierto, pero no era eso lo que había ido a ver), la pequeña exposición sobre la Machiko Hasegawa mangaka me gustó bastante. Unos paneles que había en la pared en los que la propia Hasegawa contaba su vida usando una curiosa técnica de combinación de dibujo y texto me llamaron la atención. Observé bien y me fijé que debajo ponía "extraído del libro Sazae-san uchiakebanashi", con lo que se podía deducir que existía un libro con una autobiografía de Machiko Hasegawa. Poco después, en la minúscula tienda de recuerdos del museo, localicé y compré el libro, una edición moderna en formato bolsillo que además incluye las tiras de la serie Nitamono ikka (Una familia en la que todos sus miembros se parecen o, dicho de forma más castiza, De tal palo tal astilla), publicada originalmente en 1949.
Hasta hace muy poco no tuve ocasión de leer este libro: me echaba para atrás su reducido tamaño en contraposición a la enorme cantidad de texto que contiene (y que, al reducir las planchas para adaptarlas al tamaño pequeño del libro, cuesta horrores leer). Pero como cuando viajo tengo mucho tiempo del que habitualmente no dispongo y que un libro de bolsillo es ideal para leerlo en un avión, un tren, o donde sea, decidí que esta sería mi lectura durante mi más reciente viaje. Y la verdad es que me gustó mucho. No sé, quizás debido a mi vocación como investigador del manga, o quizás debido a que la era Shôwa (1926-1989) en general me atrae mucho, me gustan las biografías en manga de autores de manga. Ya disfruté con la biografía de Osamu Tezuka, con Nonnonbaa to ore y ahora con este libro. Hasegawa nos cuenta aquí su vida; sus primeros pinitos como ayudante del gran Suihô Tagawa (autor de Norakuro); las vicisitudes y dramas de la guerra; sus inicios como dibujante de manga; el establecimiento de su empresa Shimaisha (Empresa "Las hermanas") junto con sus hermanas; sus viajes; su familia; la figura de su enérgica madre, etc.
Las técnicas que Hasegawa utiliza en este libro son curiosas: en ocasiones, presenta una ilustración en color que ocupa media página y escribe el texto en la restante media página, en ocasiones recurre a texto con dibujos intercalados (una técnica curiosa y que resulta intraducible por el uso en dibujo de expresiones propias de la lengua japonesa -ver muestra más arriba-) y a veces recurre a viñetas normales y corrientes con mucho texto de narrador y algunos bocadillos. En general, es una obra que, pese a sus 130 páginas, se hace muy laboriosa de leer por la gran densidad de texto (escrito a mano, por cierto) que contiene. A pesar de todo, a mí me dejó muy buen sabor de boca porque aprendí mucho del modesto y dicharachero carácter de Machiko Hasegawa, así como de la figura francamente curiosa de su madre (¡toda una temeraria matriarca!). Dudo mucho, sin embargo, que esta obra pueda interesar a nadie en Occidente.
La segunda mitad del libro la ocupa la serie Nitamono ikka, que nos cuenta el día a día de una familia media bastante acomodada en plena posguerra. Algunos chistes son graciosos, pero en general el humor es muy suave e inocente. Algunas situaciones, francamente, se me escaparon porque estaban basadas en conceptos o sucesos de finales de los años 40 que desconozco, y por tanto, sin medios para investigar más en profundidad, es imposible descifrar dónde está el chiste. Nitamono ikka es un extra, una curiosidad para rellenar el libro y una ventana abierta a la obra de Machiko Hasegawa más allá de Sazae-san. Me pareció muy curioso y me alegro de haberla leído.

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miércoles, 25 de junio de 2008

Dôsei jidai (La época en la que vivíamos juntos)

  • Título: 同棲時代 –Dôsei jidai– (La época en la que vivíamos juntos)
  • Autor: Kazuo Kamimura
  • Editorial: Futabasha
  • Revista: Manga Action
  • Años publicación: 1972-73
  • Clasificación: seinen, costumbrista
  • Tomos: 6

Impresionado. Esta es la palabra que resume cómo me quedé al leer este manga hace escasos meses. Me maravilla la profundidad que tiene el mundo del manga (como la puede tener el del cine, la literatura, etc, claro), en el que, cuando tienes la sensación de estar muy cerca del fondo, de conocer las obras más maravillosas que se han parido en la Tierra del Sol Naciente, vas y te encuentras otra perla, esta vez realizada hace más de tres décadas y media. Este tipo de encuentros son los que animan a uno a seguir adelante, a seguir escarbando, y lo cierto es que últimamente estoy siendo bastante afortunado, puesto que sigo encontrando obras que me dejan anonadado (junto a mucha morralla, que también es verdad que no todo es tan bonito ^_^).
Dôsei jidai es una obra fascinante en muchos sentidos. A mí me encantó, y eso que, como suelo hacer, solo me leí el primer tomo. Espero algún día poder leerme los otros cinco. La obra está ambientada en los años 70, es decir, en la misma época en la que se creó, justo después de los graves disturbios y protestas estudiantiles que definieron la segunda mitad de los años 60. Era una época en la que se empezó a poner de moda entre los jóvenes que empezaban a entrar en la edad adulta el hecho de irse a vivir juntos, es decir, el 同棲 dôsei. Esto que en Occidente ahora nos parece tan obvio, en Japón, incluso ahora, sigue estando relativamente mal visto, ya que la tendencia habitual es la de irse a vivir con la pareja solo después de haberse casado. De hecho, la palabra dôsei (cohabitar -un hombre y una mujer, y se entiende que como pareja, es decir, manteniendo relaciones sexuales y tal-) no tiene connotaciones positivas: se usa muy poco y se prefieren paráfrasis más "blandas" como por ejemplo issho ni sumu koto (vivir juntos). Como anécdota personal, una vez, durante mi primer año de estudios en Japón, allá en el 99, se me ocurrió en mi ignorancia decir que yo "dôsei" con mi pareja, y la verdad es que me miraron bastante raro, como si estuviese haciendo algún tipo de cosa mala.

Un sugerente dibujo y un poético pero trágico y oscuro guión

En cualquier caso, si incluso ahora hay pocas parejas japonesas que den el paso de ponerse a vivir bajo el mismo techo sin estar casadas, en los años 70, a pesar de que en la época fue un fenómeno que cuajó bastante, no era precisamente algo bien visto. Esta obra, dibujada y guionizada por Kazuo Kamimura, nos narra la historia de una de estas parejas; Kyôko, empleada en una empresa publicitaria, y Jirô, ilustrador freelance.
El manga es extremadamente poético, muy pausado, pero también de contenido muy duro. Vivir en pareja no es fácil, ni tampoco es todo precioso, bonito y de color de rosa. Y menos si se hace yendo contracorriente de la sociedad, es decir, compartiendo piso sin estar casados. Ya de por sí, encontrar un lugar donde vivir no es fácil, puesto que los propios propietarios de apartamentos de alquiler no se fían demasiado de las parejas no casadas (lo he puesto en presente porque es algo que todavía hoy, en el año 2008, sigue vigente), pero es que la incomprensión social y la falta de que te tomen en serio es realmente grave. Por ejemplo, hay un capítulo en el que Kyôko es tentada por su jefe en la empresa para irse de copas y "algo más". Ella se niega porque tiene pareja, pero él le dice "venga ya, si no estás casada ni nada". Esto implica que el jefe no cree que la relación de Kyôko sea seria ni estable, sino que la considera un simple pasatiempo y que es algo tan frágil que es prácticamente como si estuviera soltera. Esto es algo que, incluso hoy, sigue ocurriendo, aunque afortunadamente con menos intensidad; el hecho es que una pareja no casada no es tomada muy en serio.
La atmósfera del manga es más bien oscura, ya que Kyôko es una mujer muy taciturna y con muchos problemas internos, mientras que Jirô, a pesar de sus virtudes, tiene también muchos defectos como por ejemplo el de no ser demasiado "echado para delante" (vamos, que es un poco vago). Una obra tremendamente realista y adulta, dura, en la que seremos testigos de discusiones entre la pareja, incluso cosas tan duras como abortos y conatos de suicidio, pero también tiernas escenas de amor e incluso de sexo, con una ambientación maravillosa en la que el cuidado texto acompaña a la perfección la bella imagen, llena de metáforas visuales.
Cabe comentar que el actualmente tan famoso y apreciado (en Occidente, por lo menos) Jirô Taniguchi empezó como ayudante de Kazuo Kamimura, el autor de este manga. Ciertamente, leyendo Dôsei jidai me ha parecido entrever las raíces de Taniguchi en más de una ocasión. Ojalá alguna editorial descubra esta obra algún día y la traiga, ya que hará las delicias de las legiones de amantes del buen cómic costumbrista, poético, y calmado, pero lleno de sentimiento que, hasta ahora, solo se han podido refugiar bajo el paraguas de Jirô Taniguchi.

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lunes, 2 de junio de 2008

Maetel no kimochi (Los sentimientos de Maetel)

  • Título: め~てるの気持ち –Maetel no kimochi– (Los sentimientos de Maetel)
  • Autor: Hiroya Oku
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Young Jump
  • Años publicación: 2006-07
  • Clasificación: seinen, costumbrista
  • Tomos: 3


Otro manga sencillito de leer y de reseñar es este Maetel no kimochi, obra de Hiroyu Oka, ampliamente conocido en nuestro país por ser el creador de la violentísima Gantz; y también conocido en el mundillo del manga en general por sus dos comedias románticas tituladas ambas Hen (Raro). No quiero adelantarme a los acontecimientos, pero lo cierto es que los que esperéis que esta obra sea un segundo Gantz saldréis profundamente decepcionados. Si hacéis como yo y simplemente esperáis un manga entretenido, sin grandes pretensiones, entonces lo disfrutaréis y nada más, ya que no es nada del otro mundo. Más bien, yo diría que es totalmente prescindible y que habría pasado sin pena ni gloria si no llevase el nombre de Oku en la portada.
Este manga fue publicado en las páginas de la Young Jump al mismo tiempo que Gantz; esto no significa, como ya he dicho, que comparta temática. De hecho, es todo lo contrario. Da la sensación de ser un pequeño respiro de Hiroya Oku para desintoxicarse del violento mundo de Gantz. La historia es bastante absurda, en realidad. Imagino que sabéis qué son los hikimomori, esos jóvenes japoneses que se encierran en sus cuartos para aislarse del mundo. No voy a extenderme en este tema puesto que la Wikipedia, sin ir más lejos, lo explica mucho mejor que yo.
Pues bien, Maetel no kimochi nos cuenta la historia de la relación de Shintarô, un hikikomori de 30 años con... ¡Su madre adoptiva, más joven que él y con un par de tetas "made by Oku"! Bueno, ya he dicho que el manga era absurdo, o sea que es lo que hay... Sea como sea, el padre del hikikomori, un viudo calvo con gafas, feúcho y pusilánime, acaba ganándose el afecto de una joven y guapísima compañera de trabajo, llamada Haruka, que se casa con él. Al poco, el padre muere, con lo que Haruka se queda en la casa junto al hikikomori, que lleva 15 años sin salir de su habitación y que se niega por supuesto a salir.

- Hola, feo.
- ¿Qué tal, monada?
El hikikomori y su "mamá"

A partir de esta premisa tan poco realista, se desarrolla la historia como ya nos podemos imaginar (tampoco hay que ser un adivino): Haruka se esfuerza por sacar a Shintarô de su aislamiento, mientras Shintarô se empieza a enamorar de ella porque sencillamente es preciosa y amabilísima. En fin, la única pregunta es si Haruka conseguirá romper el grueso caparazón que ha construido Shintarô a su alrededor y si Shintarô conseguirá el amor (carnal, claro) de su madre adoptiva.
El título del manga me mosquea. Por un lado está la referencia a "Maetel", un nombre ampliamente conocido en el manganime por ser el de la coprotagonista de Ginga Tetsudô 999 (Expreso Galáctico 999), una obra maestra del space opera setentero de Leiji Matsumoto que ojalá nos llegue algún día. Maetel es una mujer alta, misteriosa, guapísima que, no se sabe muy bien por qué (ahí está su gracia y su misterio), acompaña al pequeño Tetsurô en su largo viaje en el expreso galáctico en busca de un cuerpo mecánico. ¿Será esta "Maetel" del título una alegoría a una mujer que cuida de alguien desvalido? No lo sé, ni tampoco Oku lo comenta en ningún lugar, así que supongo que es un detalle que quedará en la incógnita, al menos por el momento. Por otro lado, el título inglés del manga, como podemos ver en la parte inferior de la cubierta, es Love Laughs at Locksmiths, o sea, El amor se ríe de los cerrajeros, que como bien indica Raúl en los comentarios, es un proverbio inglés que viene a decir, más o menos, que el amor puede superar cualquier barrera o algo así (yo no lo conocía).
Como he comentado antes, sin ser del todo un mal manga, sí que para mí es una obra totalmente prescindible y solo recomendada a los muy fans de Hiroya Oku, ya que su dibujo sigue siendo tan bonito y limpio como en Gantz y Haruka es una verdadera monada.

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martes, 1 de abril de 2008

Keimusho no mae (Antes de la prisión)

  • Título: 刑務所の前 -Keimusho no mae- (Antes de la prisión)
  • Autor: Kazuichi Hanawa
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Big Comics
  • Años publicación: 2002-2007
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 3 (completa)
Si ya de por sí los japoneses en general tienen facetas poco comprensibles para los occidentales, los hay que son directamente raros y que tienen unos "senderos mentales" realmente retorcidos. En el manga tenemos varios ejemplos de tíos raros, como Suehiro Maruo, Shintarô Kago, Hiroaki Samura, Hideo Azuma... Pero se ve que este Kazuichi Hanawa se lleva la palma. Motofumi -Genbun- Kobayashi afirma conocerle bastante bien y, en su última visita a Granada, me contó que, en su opinión, a Hanawa le falta un tornillo (o dos) y que está para encerrar -en mi opinión, también Kobayashi está para encerrar, pero ése es otro tema XDDD-.
Confieso no haber leído casi nada de este autor, por lo que desconozco la mayoría de su obra. Sin embargo, no puedo dejar de recomendar 刑務所の中 (Keimusho no naka), editado en España por Ponent Mon con el título En la prisión. Se trata de un diario extremadamente detallado de la vida en una prisión japonesa, concretamente de Sapporo, al norte del país. Y es, por si os lo preguntáis, autobiográfico. El manga en sí no tiene argumento, sino que se dedica simple y llanamente a explicar con viñetas (y gráficos e ilustraciones) cómo es la vida en la cárcel japonesa. Fascinante, primero porque nos proporciona una descripción muy vívida del día a día (el trabajo, la hora de dormir, el baño, el tiempo libre, las comidas...) y segundo porque Hanawa usa un estilo de dibujo muy detallista y muy "años 30", no sabría cómo definirlo de otra manera.
Keimusho no naka tuvo un gran éxito en Japón, recibió incluso el premio cultural Osamu Tezuka (pero Hanawa lo rechazó alegando que un mangaka tan minoritario como él no tiene derecho a recibir ningún premio) y fue convertido en película.

La historia de una chica en la era de los samuráis... WTF!?

Poco tardaron las grandes editoriales en llamar a su puerta ofreciéndole suculentos tratos. De hecho, en Keimusho no naka (publicado por la pequeña editorial Seirin Kôgeisha) se nos cuenta solamente que el autor fue arrestado y encarcelado por posesión de armas, pero no se nos dan más detalles. Entonces, ¿exactamente qué pasó? Al final fue el gigante Shôgakukan quien convenció a Hanawa para que contara, en forma de manga, lo que le llevó a la cárcel, y de ahí surgieron estos tres tomos de Keimusho no mae (Antes de la prisión).
Se ve que Shôgakukan le dio carta blanca a Hanawa para que hiciera lo que le diera la gana... Y ciertamente, se lo tomó al pie de la letra. Porque el manga en sí es extrañísimo y desconcertante. A ver, ¿cómo lo pongo para que se entienda? Por un lado, Hanawa nos cuenta su propia historia: que le vendieron una pistola real hecha polvo que alguien había encontrado enterrada en una jungla del sudeste asiático, y que él decidió restaurarla. Por el otro, el 70% del primer tomo aproximadamente está ocupado por la historia de una chica que es hija de un forjador de fusiles en el Japón de la época de los samuráis (allá por el siglo XVI o XVII). ¿Qué tiene que ver la historia de la chica con la del propio Hanawa? No tengo ni idea, porque no he podido leer todavía los tomos 2 y 3, pero aparentemente nada...
De hecho, a mí personalmente la historia de la chica me pareció aburrida, y si aguanté hasta el final del tomo fue porque me moría de curiosidad y quería leer las partes en las que Hanawa cuenta su propia historia. Las transiciones entre las dos historias son brusquísimas, en una página puede de repente cambiar de una viñeta a otra sin previo aviso, lo que hace que la sensación sea más extraña todavía.
Sobre la historia autobiográfica... Ratifico lo que me contó Kobayashi: Hanawa está para ingresar en un frenopático de un momento a otro. El detalle con el que va contando cómo iba restaurando la dichosa pistola es bestial, y los conocimientos sobre armas de fuego que demuestra son increíblemente vastos. De hecho, se ve que Hanawa es un friki de lo militar (de ahí que Kobayashi -otro friki redomado- y él sean colegas) y le encantan las pistolas réplica (model gun). Absolutamente desconcertante el nivel de conocimiento que tiene y, como traductor, personalmente temblaría si tuviese que traducir eso, con tanta palabrita especializada en tema armamentístico y de ingenería de armas de fuego.

En las páginas autobiográficas, Hanawa se mata más con el dibujo. ¡El nivel de detalle es increíble! Me entra sudor frío al pensar que existe la posibilidad de que algún día alguien me encargue traducir esto... ¡Ugh, no, por favooor! ^_^

La verdad sea dicha, me he quedado con ganas de leer los otros dos tomos para saber cómo seguía restaurando ese montón de hierro oxidado al que llamaba "pistola", porque el tio poco a poco lo iba consiguiendo: limando aquí, pegando allá, golpeando acullá... Aunque la historia de la chica y sus peripecias, sinceramente, me sobra. También huelga avisar de que el dibujo en esta obra no es tan detallado y tan "retro" como en Keimusho no naka, lo que es algo a tener en cuenta (a mí me decepcionó un poco porque esperaba encontrarme con ese estilo de dibujo, pero supongo que no es lo mismo tener años y años para trabajar un tomo que tener sólo meses).
Sólo he leído el tomo 1, así que no sé los detalles, pero sí que se sabe que alguien denunció al amigo Hanawa por posesión de armas (en Japón es absolutamente ilegal poseer armas de fuego) y acabaron condenándole a tres años de cárcel. Sus abogados iban a recurrir alegando que es un castigo demasiado duro para alguien que no ha cometido ningún crimen aparte del de restaurar y poseer una pistola, pero se ve que él aceptó la pena sin rechistar (¿lo veis como es rarito-rarito?)
En resumen: Keimusho no naka (En la prisión), absolutamente recomendable. Una joya. Kemusho no mae (Antes de la prisión). Bastante prescindible, pero es interesante como espécimen de "manga raro".

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