jueves, 31 de julio de 2008

Moyashimon (Tales of agriculture)

  • Título: もやしもん -Moyashimon- (Tales of agriculture)
  • Autor: Masayuki Ishikawa
  • Editorial: Evening
  • Revista: Kôdansha
  • Años publicación: 2004-?
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 7 (en curso)
Hacía ya un tiempo que le tenía echado el ojo a este manga, puesto que lo veía muy destacado en las librerías japonesas, y eso es señal indudable de que es un manga que está gustando y que está consiguiendo éxito entre los lectores. Pero claro, con tantos manga que comprar, uno tiene que ser selectivo y siempre me había resistido a comprarlo... Y es que, si uno lee el argumento (las aventuras de unos estudiantes en una universidad de agricultura, uno de los cuales tiene la facultad de "ver" bacterias y otros microorganismos a ojo desnudo), tampoco es que acabe ardiendo en deseos de comprar ese manga y meterse en el primer Starbucks, Doutor Coffee o similar que haya por la zona para leérselo. Pero cuando uno se entera de que la obra ha ganado este año 2008 el Gran Premio de los Premios Tezuka de Manga (que sería como el equivalente en manga al de "mejor película" de los Óscars) y el Premio Manga Kôdansha ya no puede seguir mostrándose reacio y acaba adquiriéndolo.
Y, cómo no, ha resultado ser una obra divertida, educativa, entretenida y entrañable. Sí señor, Moyashimon es uno de los manga más curiosos que he tenido el placer de leer últimamente, pero a la vez es un manga que se deja leer y entretiene. El argumento va de un par de chavales de provincias que entran como estudiantes a una universidad de agricultura de Tokio. Tadayasu Sawaki es hijo de una familia de tanekôji-ya (un negocio que consiste en criar todo tipo de levaduras y bacterias que se usarán luego en la confección de productos tan básicos para la cocina japonesa como el miso, la salsa de soja, el sake, el shôchû o el mirin). En esa región, a los tanekôji-ya se los llama moyashimon (moyashi son "brotes de soja" y mon sería algo como el sufijo "-ero", así que sería algo como "brotadesojeros"), y de ahí viene el título del manga. La gracia es que Tadayasu es capaz, desde muy pequeño, de ver bacterias y todo tipo de microorganismos sin necesidad de microscopio. Su amigo de la infancia, con el que entra a la Universidad Agrícola de Tokio, es Kei Yûki, hijo de una familia de fabricantes de sake.
Cuando ambos entran a la universidad, acaban en el seminario del excéntrico profesor Keizô Itsuki, conocido de los padres de ambos y gran estudioso del proceso de la fermentación. El tipo es el típico profe loco de universidad (me recuerda a uno que tuve yo en Osaka) capaz de enterrar una morsa en cuyo interior se han colocado decenas de gaviotas muertas y, tras un período de varias semanas, desenterrarla, sacar las gaviotas y beberse a través de su ano sus entrañas podridas y deshechas en lo que, según él, es el kiviak, un "plato" esquimal (aquí la foto de un friki japo comiendo kiviak, "una comida que le encanta" (sic.))

El niño que veía microbios caricaturescos, ideales para hacer peluches de ellos...

En fin, sin entrar en más detalles de las excéntricas comidas de Itsuki, lo importante es que Sawaki puede ver a simple vista las bacterias y microorganismos, lo que le permite detectar por ejemplo qué tipo de sustancia es la que tiene delante o cuándo una comida está intoxicada solo con ver las bacerias que la pueblan. La gracia es que "ve" a estas bacterias como pequeñas caricaturas súper monas, cada una distinta de la otra (ver página de muestra). El autor detalla al margen, com comentarios jocosos, el nombre real de estas bacterias y nos da una indicación de su "carácer". Ejemplo: "A. Aceti: se tranquiliza cuando se cristaliza" o "A. Orizae: Se cree que puede hacer casi de todo".
En cualquier caso, la historia se estructura en torno a la acción de las bacterias o microorganismos que ocurren alrededor del seminario del profesor Itsuki, formado por Tadayasu y Kei, la guapa y fuerte de carácter estudiante Haruka, los "frikis" redomados Misato y Kawahama y la también nueva Hazuki Oikawa. A destacar por ejemplo el episodio de cuando Misato y Kawahama intentan hacer sake ilegalmente, a escondidas de todo el mundo, pero se les fastidia el invento cuando sufren una invasión de bacterias "hiochi", letales para el sake; o el episodio del conato de intoxicación alimentaria por curry de los nuevos estudiantes de la universidad, un desastre que Tadayasu logra evitar en el último momento gracias a que "ve" en el curry unas bacterias que no deberían estar allí, etc.
Moyashimon también ha sido adaptado al anime, concretamente en una serie de solo 11 episodios emitida en Fuji TV entre octubre y diciembre de 2007. No he tenido el placer de ver el anime, pero estoy seguro de que es una muy buena serie, ya que el manga en el que está basada es de lo más curioso, bizarro y a la vez entretenido.

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lunes, 28 de julio de 2008

666 Satan

  • Título: 666〜サタン〜 (666 Satan)
  • Autor: Seishi Kishimoto
  • Editorial: Square-Enix
  • Revista: Shônen GanGan
  • Años publicación: 2001-07
  • Clasificación: shônen
  • Tomos: 19


Esta es otra de esas reseñas que escribo "medio por encargo", debido a que en los comentarios de alguna de las entradas, algún lector ha expresado su deseo de que la reseñe. La verdad es que, como ocurrió con mi reseña de Hunter X Hunter, hace tiempo que leí este manga (aunque en este caso, solo leí el tomo 1), así que no recuerdo exactamente el argumento ni las situaciones, pero sí que puedo expresar mis impresiones al leerlo, que recuerdo claramente.
En primer lugar, tenemos que remontarnos a hace cinco o seis años, cuando vi destacado en la librería que tenía cerca de casa, en Ishibashi (Osaka) el tomo 1 de esta obra. Fue una de esas típicas situaciones en las que ves una cosa, alucinas, vuelves a mirarla, y sigues quedándote perplejo hasta, por fin, reaccionar. Y es que por el estilo del dibujo en la portada y el nombre del autor, al principio pensé que estaba ante una segunda obra del autor de Naruto, Masashi Kishimoto. ¿Cómo era posible que no me hubiera enterado de que Kishimoto publicaba otra obra? ¿Y cómo lo hacía, teniendo que dibujar 20 páginas para la Shônen Jump cada semana? ¡Y encima para otra editorial (algo casi impensable para un autor de la Shônen Jump debido a su política de formación y contratación de autores)! Hasta que por fin caí en la cuenta de que el autor de ese manga era otro, un tal Seishi Kishimoto. No me extraña que al principio me confundiera, fijaos en cómo se escriben sus nombres: 岸本斉史 (Kishimoto Masashi) y 岸本聖史 (Kishimoto Seishi). Como podéis comprobar, de cuatro caracteres que conforman cada nombre, solo difiere uno: 斉 vs. 聖.
¿Y quién es Seishi? Pues ni más ni menos que el hermano gemelo de Masashi, el autor de Naruto. Sí, el mismo que, según cuenta Masashi en el tomo 7 de Naruto, iba desde buen principio para artista: "En mi pueblo existe una tradición que yo no acabo de entender muy bien. Es la siguiente: cuando un niño cumple el año, se le pone pasta de arroz en la espalda y se colocan tres objetos ante él. El objeto que el niño elija determinará su futuro. Mis padres colocaron delante de mi hermano y de mí un ábaco, un pincel y un puñado de dinero. Parece ser que yo, sin pensármelo dos veces, agarré el dinero y empecé a reírme. ¡Menudo era yo! Por su parte, mi hermano dudó un poco y acabó cogiendo el pincel. Pero a medida que fui creciendo y a pesar de haber elegido el dinero en su momento, me fui interesando cada vez más en dibujar... Igual que mi hermano." (Naruto, tomo 7)
Otra cita: "En la pared del que fue nuestro cuarto había un manchón de color marrón. Un día le preguntamos a nuestros padres de qué era aquella mancha y nos contaron que, cuando éramos pequeños, nos pusimos a pintar en la pared con la caca del pañal y que por mucho que lavaron la pared, la mancha marrón nunca se fue del todo. Entonces supe que me gusta dibujar desde que nací. Literalmente." (Naruto, tomo 7)
En fin, queda claro que los dos iban para artistas, ¿no? XD

Dragon Ball, 2ª parte

Las similitudes entre Masashi y Seishi van más allá de ser hermanos gemelos: ambos han acabado dibujando manga y ambos han acabado haciéndolo con un estilo muy-muy-muy similar y con argumentos muy-muy-muy similares. Se nota de dónde han mamado ambos: exactamente de las mismas fuentes. Y la fuente principal de toda la actual generación de mangakas es, cómo no, Dragon Ball. Si el estilo de Naruto (tanto de dibujo como argumental) ya tiene muchas similaritudes con Dragon Ball, lo de 666 Satan es el no va más. Leo por ahí que al principio criticaron mucho a Seishi por hacer una copia de Naruto, ya que tanto el dibujo como el argumento (niño huérfano muy poderoso que lleva un demonio dentro) se parecen mucho a la obra de su hermano gemelo. Yo me atrevo a ir un poco más allá y a decir que ¡nunca había visto una fotocopia tan descarada de Dragon Ball!
Naruto bebe muchísimo de la fuente de Dragon Ball, a veces de forma más que evidente, pero es que 666 Satan lo hace mucho más. Y si no, mirad de qué va. La obra se ambienta en una especie de futuro post-apocalíptico donde muchos siglos antes había existido una avanzada civilización. Actualmente, la gente vive de forma bastante precaria, pero existen unos aventureros que, en plan Indiana Jones, buscan unos objetos llamados "o-parts", que son ni más ni menos que aparatos de tecnología avanzada que dejó atrás esa civilización. Estos o-parts son bastante variados: hay desde armas hasta cualquier cosa.
En estas, empieza el manga y se nos presenta a una chica, llamada Ruby, que es una de esas buscadoras de o-parts. En un momento dado, se topa con un chaval arisco, de nombre Jio, que resulta ser muy poderoso y en cuyo interior reside una especie de personalidad alternativa: Satan, que pretende conquistar el mundo. Tras un pequeño rifirrafe inicial, Ruby y Jio deciden viajar juntos para buscar o-parts y, en el camino, tendrán que enfrentarse a todo tipo de rivales. Algo así.
Solo leí el tomo 1 y por lo tanto no sé cómo siguió la historia en los 18 volúmenes siguientes, así que mi crítica podría ser injusta. En cualquier caso, sustituye Ruby por Bulma, o-parts por bolas de dragón, Jio por Goku y directamente compara la ambientación del mundo en el que se desarrolla 666 Satan por el de Dragon Ball y tienes una idea muy clara de la impresión. con la que me quedé Peeeero, tampoco voy a ser del todo crítico y diré que, pese a que me pareció una copia descarada, también me pareció un manga bastante entretenido, trepidante y con un dibujo bastante atractivo. La verdad, es uno de esos mangas que extraña que no esté licenciado todavía. Y es que obras mucho peores se han visto por estos lares. Ya tardan, ¿no?

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viernes, 25 de julio de 2008

Maid Café Blossom

  • Título: メイドカフェぶろっさむ –Maid Café Blossom–
  • Autor: S.A.A.
  • Editorial: Gentôsha
  • Revista: Magna (revista on-line)
  • Años publicación: 2008
  • Clasificación: shôjo, moe
  • Tomos: 1

La última vez que estuve en Japón, en abril de este año, aproveché para saldar una cuenta pendiente y me metí en un par de "maid cafés" para ver de qué iba la cosa. Como sabéis, los maid café son unos establecimientos que se han puesto muy de moda desde hace tres o cuatro años y consisten en cafeterías donde las camareras van vestidas de sirvienta clásica: grandes faldas, muchos "frufruses", diademas, etc. ¿Una tontería? Pues sí, pero a los otaku japoneses les ha hecho gracia, hasta el punto de que han proliferado mucho estos establecimientos, sobre todo en la zona de Akihabara, la Meca de la electrónica y el otakismo. Cuando entras en un maid café, las chicas te saludan con un okaeri nasaimase, goshujin-sama (bienvenido de vuelta a casa, señor), como si fueras el amo de la mansión donde las sirvientas se encargan de hacer tu vida más fácil. En fin, no comment.
Mis dos experiencias fueron curiosamente muy distintas. La primera fue en Akihabara, donde fui solo. Era un establecimiento bastante pequeño y además, con mucho humo (en Japón se permite fumar en casi todos los establecimientos, aunque en general la gente es muy respetuosa). Las camareras, vestidas de "maid", por supuesto, me parecieron muy simpáticas, pero francamente no eran las más bonitas del mundo. El precio de la consumición me pareció francamente barato; había oído que en estos sitios suelen cobrar muy caras las consumiciones, pero en este caso no era así. Curiosidades: me pedí un café y la chica puso el azúcar y lo mezcló con el café con la cuchara por mí con actitud "servicial" (XD); si querías sacar una foto, te cobraban 500 yenes por una Polaroid hecha por ellas (¡vaya negocio!); y lo más friki fue que, en un momento dado, una maid se subió a un pequeño escenario que había al fondo y se puso a cantar una canción otakki en plan karaoke (cantar, no cantaba muy bien, pero las poses kawaii y tal que ponía eran para fliparlo). Luego, viendo más a fondo la carta, vi que si pagabas un precio (no recuerdo cuánto, pero era carillo), podías designar a la maid que quisieras para que cantara una canción para ti. ¡Uofh!
El segundo maid café al que fui estaba en Ikebukuro, y fui acompañado por Alberto, amigo desde hace años y coautor de la serie Kanji en viñetas (¡ey, acaba de salir el segundo tomo! ¡No os lo perdáis!). Aquí la cosa fue muy distinta. Para empezar, el sistema era muy diferente. Pagabas una "entrada" de 2500 yenes (bastante caro para el capricho, la verdad) y, durante una hora y media, podrías tomar todas las bebidas que quisieras. En fin, entramos y aquí la cosa fue más curiosa. Primero, porque ese día las chicas (bastante más monas que en el otro sitio) no iban de maids. Nos contaron que un día al mes celebraban un "día cosplay" en el que iban disfrazadas de lo que sea (se ve que lo decidían entre ellas por turnos): justo aquel día era el "día cosplay" e iban todas con vestidos clásicos chinos... ¡Tremendo! En fin, aquí el ambiente era muy distinto: más acogedor, más espacioso y más silencioso. La carta era una preciosidad, llena de dibujos hechos a mano por las chicas y también con textos, fotos y auto presentaciones de las maids (en plan "¡hola! Me llamo Kei y nací el tal del tal del año tal. Mi comida favorita es el curry y me encanta jugar al tenis", etc.). Las camareras iban visitando las mesas asiduamente y daban conversación a los clientes, lo que estaba muy bien para poder hablar con ellas y preguntarles cosas (¡Alberto, el próximo día no te cortes tanto! ¡Que no muerden! ^_^). ¿Y la clientela? Pues igual que en el otro sitio: todo chicos, de entre 20 y 40 años, y más raros que un perro verde, con una pinta de frikis que tiraba de espaldas. Había uno que se debió de gastar un montón de pasta ese día: se sacaba fotos con ellas (cada foto, 500 yenes), jugaba a las damas con ellas (cada partida, muchos yenes), pedía postres súper caros hechos a mano y con corazoncitos escritos, etc. ¡Madre mía, el tío!

Una página del manga que me da la excusa para hablar de las maids

En fin, que fueron dos experiencias francamente interesantes para conocer más de cerca uno de los aspectos "raritos" del Japón moderno. ¿Recomendado? Sí, claro, pero aseguraos de que si vais, o habláis japonés o vais con alguien que sepa japonés. Si no, no se vive igual la bizarrada. Y a lo que iba: en la carta tan mona del segundo establecimiento, el de Ikebukuro, había caricaturas muy bien hechas de las maids y se me ocurrió preguntarle a una que de dónde habían salido. Y ella me dijo que las había hecho una chica que había trabajado ahí, que de hecho acababa de publicar su primer manga. E inmediatamente vino con un tomo del manga que reseño en esta ocasión.
Efectivamente, Maid Café Blossom es un manga sobre maids realizado por una ex maid. Me pareció tan interesante la cosa que al día siguiente no pude resistirme a buscar y comprar el único tomo del que consta. El manga es bastante chorras, pero no está mal. Nos cuenta la historia de Sakura, una chica de pueblo que decide ir a probar suerte a Tokio, la gran capital. Nada más llegar, sin sitio adónde ir, acaba en Akihabara y allí se desmaya por no haber comido ni bebido nada en muchas horas. Un chico bastante rancio la recoge y le da un poco de comida en su establecimiento, una cafetería de las de antes. El caso es que la cafetería, pese a estar en Akihabara, va muy mal y el chico se está planteando cerrar. Ni corta ni perezosa, Sakura decide que le ayudará, toma una pila de panfletos de la tienda, y sale a la calle a repartirlos. Allí, tiene la suerte de conocer a una chica vestida de maid que reparte panfletos del maid café en el que trabaja. Esa chica (que no vuelve a salir), le presta un traje de maid y le enseña a repartir los panfletos de modo que los transeúntes los cojan.
Pronto, cómo no, la cafetería se llena de clientela y, aunque rehacio al principio, el chico decide convertirla en un maid café. Poco a poco, entre los dos van fichando a más chicas para aumentar la plantilla de maids y, entre todas, vivirán "grandes aventuras" (nótense las comillas y léanse con tono irónico). Como he dicho antes, el manga no es la octava maravilla del mundo pero se deja leer. Su principal atractivo es que su autora, que firma con el seudónimo S.A.A., fue maid en su tiempo y retrata fidedignamente el día a día de las maid, lo que lo hace una lectura interesante. Las historietas en sí son regularcillas pero entretenidas.

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lunes, 21 de julio de 2008

Ishi no Hana (Partisan)

  • Título: 石の花 –Ishi no Hana– (Flores de piedra) Partisanos
  • Autor: Hisashi Sakaguchi
  • Editorial: Ushio Shuppansha
  • Revista: Comic Tom
  • Años publicación: 1983-86
  • Clasificación: seinen, bélico
  • Tomos: 6


Una de las traducciones más complicadas que he hecho jamás... No, vuelvo a empezar. La traducción más complicada que he hecho jamás fue la de la obra Ikkyû, de Hisashi Sakaguchi. Fue un verdadero tour de force traducir esa obra, que narra la vida del carismático y excéntrico monje budista Sôjun Ikkyû allá por los siglos XIV y XV. Primero, por las temáticas que trata: budismo zen, filosofía, historia, política, teatro nô, etc, lo que requiere un nivel de documentación monstruoso. Segundo, por las extensas y abundantes notas a pie de página del propio autor, repletas de nombres propios con kanji complicadísimos y sin su correspondiente lectura al lado (toca buscarlos todos, uno por uno) y de conceptos antiguos. También, por la evidente dificultad de tener que trasladar al idioma de llegada una serie de matices, idiosincrasias de modo de hablar, etc. y de darle al texto una pátina de "lenguaje antiguo" que case bien con la temática de la obra y su contexto.
En fin, fue un trabajazo monumental que me hizo sudar mucho (además, me tocó durante el verano del año pasado, así que sudé por partida doble ^_^), pero del que estoy más que orgulloso. Sobre todo después de compararlo con la versión antigua, cuyos dos primeros tomos tenían una traducción que, siendo finos, diremos que "deficiente es poco". La traducción española fue realizada del francés y por lo tanto no es culpa del traductor español, sino del francés, que no captó nada bien los matices de las frases, entendió la mayoría de elas mal (a veces, directamente al revés), y se comió un montón de conceptos y la mayoría de las notas a pie de página de Sakaguchi. Afortunadamente, la editorial francesa seguramente se dio cuenta del desaguisado y contrató a un traductor mejor para los dos últimos tomos. En estos tomos 3 y 4, la traducción era mucho mejor y, ahora sí, no se comía casi ninguna nota. En fin, os reto a comparar las versiones nueva y antigua de Ikkyû y encontrar no las diferencias, sino las similitudes.
Como siempre, me voy por las ramas. Ikkyû me pareció una obra maravillosa y la disfruté muchísimo. Primero, porque ya de por sí me encantan los retos y "tú ponme algo difícil, que yo sacaré lo mejor que llevo dentro". Segundo, porque la historia en general me gusta mucho, y por supuesto la japonesa también. Tercero, porque el hecho de tener que traducirla me obligó a documentarme muchísimo y a explorar cada referencia y cada nombre mucho más allá de lo que se menciona en el manga, con el consecuente hecho de que pude comprender y asimilar la historia a gran profundidad. Porque no nos engañemos: Ikkyû es una obra muy densa que ofrece mucha información muy complicada de asimilar si viene toda de golpe y es nueva, y además está plagada de nombrecitos japoneses a cuál más complicado. Por eso entiendo que haya gente que no disfrute de Ikkyû a pesar de que, como manga (¡como obra literaria!) es una maravilla.
Con el manga que reseño esta vez pasa tres cuartos de lo mismo. Ishi no Hana (Flores de piedra) nos narra la historia entera de la II Guerra Mundial en la antigua Yugoslavia, desde el principio hasta el final. Muchos personajes pululan por sus páginas, aunque el eje central se sitúa sobre Krilo y Fee, dos adolescentes que viven la guerra de forma trágica y a través de cuyas experiencias se nos narra la crueldad de las hostilidades en la Yugoslavia de los primeros años 40. Se trata de una obra con mucho texto, muchos nombres y datos y bastante densa. Tengo que decir que no es tan densa como Ikkyû (para empezar, en Ishi no Hana apenas hay notas a pie de página), pero aun así se hace difícil de digerir. Como lector ocasional y tras hacer una lectura simple (sin desviarme a ampliar la información por otros lados), tengo que decir que a veces se me ha hecho difícil de seguir y que en ocasiones me he perdido.
Dibujo sublime e historia densa y con mucho contenido

Aun así, el manga es francamente muy bueno. Por un lado, tenemos el tremendo dibujo de Sakaguchi, maravilloso. No tan maduro como el de Ikkyû, ya que Ishi no Hana fue dibujada diez años antes que la historia del monje zen, pero aun así sobresaliente. El argumento, tremendo. Sakaguchi nos cuenta en los seis tomos del manga toda la historia de la II Guerra Mundial en la antigua Yugoslavia, desde la invasión alemana en abril de 1941 hasta la liberación del país en 1945. En sus páginas, nos cuenta las vicisitudes de la guerra en todas sus vertientes. Por un lado, los rifirrafes entre serbios, croatas, bosnios, eslovenos, etc. que fragmentaban el país (luego comento más), por otro, la organización de la resistencia en dos grupos -que se llevaban a matar-: los chetniks y los partisanos. También nos cuenta la tragedia de los campos de concentración donde se encerraba a judíos, gitanos y demás "razas sucias" y se les obligaba a hacer trabajos forzados o directamente se les mataba, aplicando la llamada "solución final". En fin, un manga muy duro y sobrecogedor.
Francamente, antes de leer esta obra poco conocía de la historia de Yugoslavia, y he acabado con la sensación de haber aprendido mucho. Lo más sorprendente es que este manga, publicado entre 1983 y 1986, casi podría haber estado ambientado a principios de los años 90, ya que las situaciones de malos rollos y puñaladas en la espalda entre las etnias que conformaban la antigua Yugoslavia (serbios, croatas, bosnios, etc.) se podrían haber aplicado perfectamente a la situación de la Guerra de los Balcanes. Es sorprendente que Sakaguchi hubiese podido captar tan bien esta particularidad, y más siendo japonés. Los japoneses sienten su país como "un único todo" y la noción de una "nación de naciones" en la que conviven diferentes etnias y culturas les cuesta muchísimo de captar. Para un japonés, el hecho de que en España haya regiones donde, además del español, se hablen otros idiomas y se tengan culturas distintas es algo que no es fácil digerir. Por eso mismo, no puedo dejar de quitarme el sombrero ante la agudeza de Sakaguchi al hacer un retrato tan fidedigno de una época, la de la II Guerra Mundial, en un país cuyo destino era el de acabar fragmentado 50 años después. El hecho de que Sakaguchi recibiera una condecoración del antiguo gobierno yugoslavo por esta obra demuestra, por si algunos lo dudaban, de la veracidad y la rigurosidad de lo que nos cuenta en sus páginas.
El título de la obra, Ishi no Hana, significa literalmente "Flores de piedra", y hace referencia a las bellísimas formas y florituras de las estalagtitas y estalagmitas de las cuevas de Postojna, un motivo subyacente en la obra desde el principio. Su título alternativo, por el que es más conocida internacionalmente, es Partisan (Partisano), el nombre de las tropas de la resistencia que, al mando del general Tito, consiguieron liberar el país de las tropas nazis casi sin ayuda internacional. Krilo, uno de los protagonistas más destacados de la obra, acaba formando parte de los partisanos y por lo tanto se nos muestra las dificultades y tormentos que sufrieron estos guerrilleros hasta conseguir liberar su país.
Hisashi Sakaguchi nos dejó en el año 1995, muy poco después de haber finalizado Ikkyû y con solo 49 años de edad. En sus primeros años de carrera, se formó a las órdenes de Osamu Tezuka y dedicó sus esfuerzos sobre todo al anime. Como empleado de Mushi Productions, la empresa de animación de Tezuka, trabajó en las series de TV de Astroboy, El rey de la jungla, etc. hasta que en un momento dado volcó sus fuerzas en el manga. Sobre todo hizo historias cortas, de modo que las únicas largas que tiene son esta Ishi no Hana (la más extensa, de 6 tomos), Ikkyû (4 tomos de 300 páginas) y Version (3 tomos). Ikkyû está íntegramente publicada en España, mientras que Version fue publicada parcialmente por Glénat en los 90. Ishi no Hana, ¡ay!, permanece inédita. Por un lado, deseo fervientemente que la licencien, ya que es una maravilla. Por el otro, temo que lo hagan y que me encarguen la traducción a mí: tanto nombrecito yugoslavo en katakana tiene que ser mortal de traducir, y el esfuerzo en documentación requerido tiene que ser brutal para hacer un buen trabajo... Pero oye... ¡Como he dicho antes, me encantan los retos, así que trae, trae! ^_^
Un último apunte: la versión de Ishi no Hana que he leído es la original, publicada en 6 tomos por Ushio Shuppansha en los años 80, pero al parecer, por lo que veo, en 1988, Sakaguchi decidió sacar una versión "remasterizada" en la que retocó bastante el dibujo y que se recopiló en 5 tomos. Esta edición retocada es la que actualmente se encuentra en las librerías japonesas. Concretamente lo más sencillo de encontrar sería la versión de bolsillo en 2 gruesos tomos de la editorial Kôbunsha. Tengo curiosidad por ver qué retoques hizo Sakaguchi, a ver si algún día tengo la oportunidad de comprobarlo.

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miércoles, 16 de julio de 2008

Neko ramen (Ramen gatuno)

  • Título: 猫ラーメン –Neko ramen– (Ramen gatuno)
  • Autor: Kenji Sonishi
  • Editorial: Mag Garden
  • Revista: Comic Blade Masamune / Comic Blade
  • Años publicación: 2004-?
  • Clasificación: humor
  • Tomos: 3 (en curso)

Tengo que decir que normalmente no soy muy amante de los manga de cuatro viñetas (yon-koma), aunque es cierto que son tremendamente populares en Japón. Muchos de estos cómics, generalmente humorísticos y que constan de solo cuatro viñetas ,se publican únicamente en revistas de tipo quincenal o mensual dedicadas casi en exclusiva a este género, lo que significa que son muy pocos los que consiguen salir de las páginas de la revista y ser publicados en forma de tomo. Durante un año o dos, mientras vivía en Osaka, un editor que trabaja en una editorial japonesa me suscribió a la revista en la que él trabajaba y la recibí en casa cada quince días. La verdad sea dicha, de la revista solo me gustaban un par de series; las demás las encontraba más bien anodinas. También es verdad que el target eran principalmente mujeres jóvenes casadas o a punto de casarse, pero es que a muchas historias no les veía ninguna gracia ni aunque intentara ponerme en la piel del público a la que iban dirigidas.
En todo caso, de vez en cuando sí hay alguna serie de yon-koma que me llama la atención, como esta que reseño ahora. Ahora mismo no recuerdo dónde obtuve la noticia de que algo así existía, pero un día leí un artículo o una reseña en la que se hablaba de un manga protagonizado por un gato que tiene un restaurante de ramen (tallarines en sopa muy populares en Japón). Hay muchas cosas que me gustan y disfruto; de hecho, si me pusiera a hacer una lista, creo que me quedaría bastante larga. Y precisamente, tanto los gatos como los ramen figurarían en esta lista ^_^. Así que no lo pensé dos veces y me agencié el que, por aquel entonces, era el único tomo disponible (actualmente ya hay tres).

Un ejemplo de una página

En fin, el manga es una chorrada, tiene un dibujo bastante malillo, pero la verdad es que tiene algunos gags bastante divertidos. Al fin y al cabo, la calidad del humor prima sobre el dibujo en este tipo de historietas (ver Shin-chan, sin ir más lejos, que no es un yon-koma, pero se acerca bastante al concepto). La cosa va de que un día, un oficinista joven llamado Tanaka ve un restaurante de ramen que se llama "Neko Ramen" (Ramen gatuno), le pica la curiosidad y entra. ¡Cuál es su sorpresa al ver que detrás de la barra está realmente un gato con una cinta para el pelo y un delantal que le da la bienvenida en perfecto japonés! Así es, la premisa es tan tonta como esta: un gato que habla (con los dejes garrulos y expresiones propias de un cocinero de ramen XDD) sirviendo ramen a los clientes. Lo que pasa es que el gato es un poco torpe y no se le da muy bien lo de cocinar los fideos, pero eso no impide a Tanaka visitar con frecuencia el restaurante e interesarse por los progresos de su felino amo. Un amo que, por cierto, es el único gato parlante en el mundo en el que se ambienta la obra, hecho al que nadie (a excepción de Tanaka) parece darle importancia.
La broma es tan tonta como esta, y en esta ocasión parece que la idea ha caído simpática entre el público y el manga se vende muy bien. Los yon-koma tienen este peligro: pueden caer simpáticos y gustar a la gente, o bien pasar totalmente desapercibidos y servir únicamente para rellenar el cupo de páginas que tiene que tener una de las tantas revistas de manga que existen en Japón (305 cabeceras en total, según un recuento de 2005). Neko Ramen es de los primeros, hasta el punto de que se han realizado algunos cortos animados en estilo Flash y se ha anunciado la creación de una película (sin fecha de estreno anunciada aún). Podéis ver las animaciones en la web oficial de la obra (muy currada, por cierto), si hacéis clic encima de la tele, luego en 始める(empezar) y finalmente seleccionáis uno de los episodios de la lista de la izquierda (parece que solo ponen dos a la vez). Ojo, porque si hacéis clic en トップに戻る (volver al inicio), volveréis atrás. ¡Venga, a disfrutar de la chorrada!

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lunes, 14 de julio de 2008

Sazae-san uchiakebanashi / Nitamono ikka (Confesiones sobre Sazae-san / De tal palo, tal astilla)

  • Título: サザエさんうちあけ話・似たもの一家 –Sazae-san uchiakebanashi / Nitamono ikka– (Confesiones sobre Sazae-san / De tal palo, tal astilla)
  • Autor: Machiko Hasegawa
  • Editorial: Asahi Shinbun-sha
  • Revista: Periódico Asahi Shinbun
  • Años publicación: 1978 (Sazae) y 1949 (Nitamono)
  • Clasificación: costumbrista
  • Tomos: 1


Este tomo lo adquirí como recuerdo de mi visita al Museo de arte de Machiko Hasegawa el año pasado, en Tokio. ¿El museo de quién? Buena pregunta. El nombre de Machiko Hasegawa (1920-92) es uno de los más prominentes en la historia del manga. De hecho, rompe el propio marco del manga y va más allá: es uno de los nombres más famosos de la posguerra japonesa y uno de los personajes más influyentes en la sociedad japonesa moderna. No sé muy bien si a Hasegawa se la puede considerar mangaka en el sentido más habitual de la palabra, puesto que su obra estuvo siempre centrada en las tiras humorísticas en periódicos, así que no es una autora "típica", de las que publica en revistas de manga. Por lo tanto, está situada un poco entre lo que sería el manga, lo que sería la caricatura y lo que sería el "periodismo costumbrista inocente".
Machiko Hasegawa, mujer modesta por naturaleza, empezó a hacer sus pinitos dibujando historietas y en 1946 empezó a dibujar unas tiras diarias de periódico tituladas Sazae-san. En 1949, la serie Sazae-san pasaría a las páginas del periódico nacional Asahi Shinbun y no las abandonaría hasta 1974, cuando la autora quiso, por decisión propia, terminar la serie. Sazae-san se convirtió en un icono de la cultura popular japonesa y a menudo se la menciona como un verdadero documento de la posguerra japonesa y su posterior "milagro económico". Así, en las primeras tiras, Sazae tiene que sufrir para conseguir cupones de racionamiento y recurrir a la picaresca para superar la miseria y la carestía de comida y mercancías, mientras que con el paso del tiempo se casa, tiene un hijo y se enfrasca en conseguir las "tres joyas de la corona" (televisor en blanco y negro, lavadora y nevera). En definitiva, va evolucionando junto a la propia sociedad japonesa.
Sazae-san es uno de los manga más queridos por los japoneses, si no el que más. La popularidad de esta serie se pone de manifiesto sobre todo en su serie animada, en antena desde el año 1969 (y sigue en antena), récord absoluto de longevidad para una serie animada, y encima siempre se coloca como líder absoluto de audiencia cuando se emite, semana tras semana, los domingos por la tarde. Como anécdota personal, cuando le digo a algún japonés o japonesa de cuarenta o cincuenta años para arriba que me dedico a traducir manga y anime, hay muchos números de que una de las primeras preguntas que me haga sea "¿Y Sazae-san no la vas a traducir?" Lógicamente, ellos no se dan cuenta de que este anime es tan y tan costumbrista y "soso" para el gusto occidental que ninguna distribuidora se atrevería a comprar sus derechos, y tampoco ninguna televisión se atrevería a emitirlo por temor a un descalabro importante en las audiencias.
Cuando fui al Museo de arte de Machiko Hasegawa me esperaba encontrar un museo dedicado sobre todo a su obra, especialmente enfocado a Sazae-san, pero cuál fue mi sorpresa al encontrar un museo pequeñito pero muy acogedor en el que se mostraban obras pictóricas de artistas europeos y japoneses. La única mención a Hasegawa como artista de manga se podía encontrar en una pequeña sala adyacente donde se podían ver algunos de sus originales y algunas de sus herramientas, así como un breve recuento de su vida. Machiko Hasegawa y su hermana mayor eran grandes aficionadas al arte y también viajaron bastante al extranjero; una de las cosas que más les gustaban era invertir parte de los pingües beneficios obtenidos con Sazae-san en la adquisición de obras pictóricas que les gustaran. Con el objetivo de conservar apropiadamente estas obras y también para que no se quedaran en su casa y todo el mundo pudiera disfrutarlas, decidieron abrir este museo en Sakura-Shinmachi (Tokio) en 1985, que perdura hasta nuestros días.

Páginas de muestra del libro, en las que se pueden ver las peculiares técnicas narrativas (a la derecha) y las viñetas con denso texto escrito de puño y letra de Hasegawa

Pese al chasco que me di al entrar en un museo normal y corriente con pinturas normales y corrientes (algunas de ellas muy bonitas, cierto, pero no era eso lo que había ido a ver), la pequeña exposición sobre la Machiko Hasegawa mangaka me gustó bastante. Unos paneles que había en la pared en los que la propia Hasegawa contaba su vida usando una curiosa técnica de combinación de dibujo y texto me llamaron la atención. Observé bien y me fijé que debajo ponía "extraído del libro Sazae-san uchiakebanashi", con lo que se podía deducir que existía un libro con una autobiografía de Machiko Hasegawa. Poco después, en la minúscula tienda de recuerdos del museo, localicé y compré el libro, una edición moderna en formato bolsillo que además incluye las tiras de la serie Nitamono ikka (Una familia en la que todos sus miembros se parecen o, dicho de forma más castiza, De tal palo tal astilla), publicada originalmente en 1949.
Hasta hace muy poco no tuve ocasión de leer este libro: me echaba para atrás su reducido tamaño en contraposición a la enorme cantidad de texto que contiene (y que, al reducir las planchas para adaptarlas al tamaño pequeño del libro, cuesta horrores leer). Pero como cuando viajo tengo mucho tiempo del que habitualmente no dispongo y que un libro de bolsillo es ideal para leerlo en un avión, un tren, o donde sea, decidí que esta sería mi lectura durante mi más reciente viaje. Y la verdad es que me gustó mucho. No sé, quizás debido a mi vocación como investigador del manga, o quizás debido a que la era Shôwa (1926-1989) en general me atrae mucho, me gustan las biografías en manga de autores de manga. Ya disfruté con la biografía de Osamu Tezuka, con Nonnonbaa to ore y ahora con este libro. Hasegawa nos cuenta aquí su vida; sus primeros pinitos como ayudante del gran Suihô Tagawa (autor de Norakuro); las vicisitudes y dramas de la guerra; sus inicios como dibujante de manga; el establecimiento de su empresa Shimaisha (Empresa "Las hermanas") junto con sus hermanas; sus viajes; su familia; la figura de su enérgica madre, etc.
Las técnicas que Hasegawa utiliza en este libro son curiosas: en ocasiones, presenta una ilustración en color que ocupa media página y escribe el texto en la restante media página, en ocasiones recurre a texto con dibujos intercalados (una técnica curiosa y que resulta intraducible por el uso en dibujo de expresiones propias de la lengua japonesa -ver muestra más arriba-) y a veces recurre a viñetas normales y corrientes con mucho texto de narrador y algunos bocadillos. En general, es una obra que, pese a sus 130 páginas, se hace muy laboriosa de leer por la gran densidad de texto (escrito a mano, por cierto) que contiene. A pesar de todo, a mí me dejó muy buen sabor de boca porque aprendí mucho del modesto y dicharachero carácter de Machiko Hasegawa, así como de la figura francamente curiosa de su madre (¡toda una temeraria matriarca!). Dudo mucho, sin embargo, que esta obra pueda interesar a nadie en Occidente.
La segunda mitad del libro la ocupa la serie Nitamono ikka, que nos cuenta el día a día de una familia media bastante acomodada en plena posguerra. Algunos chistes son graciosos, pero en general el humor es muy suave e inocente. Algunas situaciones, francamente, se me escaparon porque estaban basadas en conceptos o sucesos de finales de los años 40 que desconozco, y por tanto, sin medios para investigar más en profundidad, es imposible descifrar dónde está el chiste. Nitamono ikka es un extra, una curiosidad para rellenar el libro y una ventana abierta a la obra de Machiko Hasegawa más allá de Sazae-san. Me pareció muy curioso y me alegro de haberla leído.

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viernes, 11 de julio de 2008

Shônen Jump, 40 años de éxitos

Tal día como hoy, hace 40 años, aparecía en los kioscos japoneses el primer número de la revista Shônen Jump, verdadero pilar del manga actual. Como homenaje, he decidido colgar en el blog el artículo que escribí para la exposición sobre los 40 años de Shônen Jump en el pasado Expomanga de Madrid y que se presentó también en el Salón del Cómic de Granada. ¡Espero que os guste!

Shônen Jump, 40 años de éxitos
por Marc Bernabé


No hay ningún aficionado al manga que no conozca la palabra “Shônen Jump”, sinónimo del mejor shônen manga y sello bajo el cual han surgido los éxitos más sonados del manga de las últimas décadas, como Dragon Ball, Dr. Slump, Mazinger Z, Naruto, Bleach, Capitán Tsubasa (Oliver y Benji), Saint Seiya (Caballeros del Zodíaco), One Piece, Death Note y tantas otras famosísimas series de manga cuya versión animada llenó, llena y llenará las parrillas de televisiones de medio mundo.

¿Pero qué es exactamente “Shônen Jump”? En realidad, es una revista semanal en la que se serializan múltiples series de manga, a razón de unas veinte páginas por serie, englobando unas veinte series por ejemplar. Esta revista, de unas 500 páginas y editada por la poderosa editorial Shûeisha, aparece cada lunes en los kioscos, librerías y tiendas de conveniencia de Japón por el módico precio de 230 yenes (menos de 1,5 euros), proporcionando entretenimiento a millones de jóvenes –y no tan jóvenes– japoneses. El bajo precio no viene sin peaje, por supuesto, ya que se justifica con una mala calidad del papel y de la impresión –en riguroso blanco y negro para reducir costes– que convierten a estos verdaderos “listines telefónicos” en productos de ocio de leer y tirar.

Casi todas las series publicadas en la Jump terminan recopilándose en tomos, llamados tankôbon. Se trata de tomos de unas 200 páginas, con sobrecubiertas y una mayor calidad de papel y de impresión; es en esta forma en la que nos llegan a Occidente los manga publicados en la revista. Por supuesto, de las series de mayor éxito se suelen realizar series de anime, videojuegos, novelas y todo tipo de productos derivados...

El mítico número 1 de la Shônen Jump

Después de su aparición el 11 de julio de 1968, este año se celebra el 40º aniversario de la revista Shônen Jump, lo que la convierte en una de las cabeceras más longevas del manga. Este mismo año se celebra también el medio siglo (que se dice pronto) de historia de sus principales rivales en el mercado nipón: Shônen Sunday y Shônen Magazine. Debido a la ventaja de diez años que estas y otras revistas de manga tenían sobre ella, Shônen Jump tuvo problemas en sus inicios para encontrar buenos artistas con cuyas historias llenar sus páginas. Sin embargo, una de sus primeras apuestas fue el fichaje del jovencísimo Gô Nagai, que crearía el primer gran hit de la revista: Harenchi Gakuen (La escuela indecente) y, pocos años más tarde, realizaría en sus mismas páginas la legendaria Mazinger Z. Este primer golpe de suerte de la Jump fue crucial para consolidarse en el difícil mercado del shônen manga. A partir de ese momento, su trayectoria iría en clara ascendencia hasta llegar a su “época dorada”, cuando, al mismo tiempo, se publicaban en sus páginas, semana tras semana, leyendas del manga tales como Dragon Ball, Slam Dunk, Saint Seiya, Yû Yû Hakusho, Video Girl Ai, Dragon Quest, Bastard, JoJo no kimyô-na bôken, etc.

El pico máximo de tiraje de la revista fue alcanzado a principios de 1995, concretamente en el número conjunto 3/4, con un total de 6.530.000 ejemplares, lo que probablemente la convierte en la publicación semanal más vendida de la historia. Desde aquel momento, las publicaciones en forma de revista de manga empezaron un declive importante en ventas y actualmente la misma Shônen Jump no alcanza los tres millones de ejemplares a la semana, menos de la mitad que 13 años atrás. No obstante, esto es debido a un cambio de tendencias entre los lectores japoneses; los que antes leían muchas series semana a semana en las revistas, ahora leen solamente las series que les interesan en formato tomo.

Shônen Jump sigue liderando con mano de hierro el shônen manga y en sus páginas se siguen publicando algunas de las series más memorables del género. En esta exposición veremos una pequeña muestra de los más de 2000 números publicados hasta el momento, con portadas dedicadas a las series más famosas y conocidas que se han publicado en sus páginas.

CURIOSIDADES
  • La Shônen Jump no fue siempre semanal. Durante su primer año de vida fue quincenal.
  • En 1973 consiguió superar a la Shônen Magazine y colocarse como líder en su género.
  • El manga más longevo publicado en sus páginas es Kochira Katsushika-ku Kameari kôen mae Hashutsujo (KochiKame) que, desde 1976, no ha fallado ni una sola semana y lleva ya recopilados la friolera de 160 tomos (¡y sigue!)
  • El sello “Jump” se ha trasladado a otras revistas afines, como Young Jump, Business Jump, Super Jump, Ultra Jump, V-Jump, Akamaru Jump y Jump SQ, aparte de las ya difuntas Fresh Jump (1982-1989) y Shônen Jump Mensual (1970-2007).
  • Los tres lemas de la revista son “amistad”, “esfuerzo” y “victoria”.
  • Nadie sabe exactamente de dónde proviene el logo del pirata que define a la revista. Hay quien dice que es la caricatura de uno de sus primeros editores...
  • Shônen Jump tiene una edición americana, con el mismo título. También llegó a publicarse bajo el mismo nombre en Suecia y Noruega, y bajo la cabecera Banzai! en Alemania, pero estas tres últimas ediciones fueron cerradas.

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jueves, 10 de julio de 2008

¡Otro manga licenciado!

¡Pues nada, tal como me acaba de avisar jullei en los comentarios y como puedo comprobar en Animangaweb, ya vamos por el tercero licenciado de los que he comentado en este blog!
Tendremos la suerte de leer en España, a finales de octubre (Salón del Manga) nada menos, la escalofriante Bradherley no basha (Los carros de Bradherley), del grandísimo Hiroaki Samura (La espada del inmortal). La editorial que se ha llevado el gato al agua ha sido ni más ni menos que Dolmen.
Felicidades pues a Dolmen y a Miguel, su editor manga, por conseguir este "peazo" título. Miguel, si lees esto, acuérdate de mí, que me gusta mucho el pirao del Samura, polfavoldelamolhelmoso, onegaishimasu! ^_^

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martes, 8 de julio de 2008

Adivina qué mangaka es (VII)

Menuda manera de empezar el mes de julio llevo, enterrado en trabajo y compromisos varios. En fin, ya regresado de la enooorme Japan Expo de París, a la que me invitó la editorial que publica Japonés en viñetas en francés para hacer unas sesiones de firmas junto a JM Ken Niimura (actualmente, parisino de adopción), y ya casi cerrada la súper entrega de traducciones que hemos tenido que preparar en Daruma para las novedades del Salón del Manga (faltan algunos flecos, pero ya está todo muy perfilado, ¡buf!), puedo volver al blog a ritmo normal.
Y para empezar, ¿qué mejor manera de hacerlo que con un "Adivina qué mangaka es"? Ya sabes cómo funciona la cosa: primero ves la foto del año de la polka y luego haces clic en el link "Leer el post entero" para ver una foto más actual y comprobar si has adivinado el mangaka. Este hombre da un poquito de miedo, ¿no? ¿Quién será?


¿Lo has adivinado? ¿No? Bueno, haz clic aquí debajo, en "Lee el post entero", para salir de dudas:

Time machine: 35 años más tarde...

¡Uno de los grandes!

Pues, para los que no lo hayáis adivinado, estáis ante Sanpei Shirato. No se le puede considerar el "padre" del seinen manga (en su época llamado "gekiga"), porque ya lo inventó otro (en concreto, el gran Yoshihiro Tatsumi), pero sí que es su gran impulsor. A finales de los años 50 y durante todos los 60, Shirato consiguió un gran éxito entre los adolescentes y adultos jóvenes que, ya hartos del manga infantiloide con el que habían crecido, buscaban algo con más cuerpo.
Además, sus ideas más bien cercanas al tema comunista y tal (un poco radicales para el Japón de la época) cuajaron muy bien entre una juventud convulsa y protestona que organizó graves disturbios en los años 60. Sus obras más conocidas son Ninja bugeichô y Kamui-den (La leyenda de Kamui), ambas de temática ninja y publicadas en las páginas de la mítica revista Garo.
Se ve que este hombre tiene un carácter particularcete y que es bastante fanático del tema supervivencia. Incluso ha escrito varios libros bastante frikis sobre el tema. Tengo que investigar un poco más sobre su persona, porque me temo que es uno de esos excéntricos tan divertidos de los que vale la pena saber más..
La primera foto está sacada de una edición de Kamui-den de 1968, cuando Shirato tenía 36 años y ya era un autor consagrado. La segunda, en cambio, es del año 2003 y la he encontrado por internet. Se ve que al amigo Shirato le encanta pescar y le sacaron esta foto, a los 71 años, en una de estas salidas. Está bastante desmejorado en la foto, pero conserva esa expresión de mala leche, ¿verdad?
Planeta deAgostini publicó parte de La leyenda de Kamui en la primera época del manga en España, en los años 90, pero desde entonces nada más de este mítico autor ha sido publicado en nuestro país. ¡Esto no puede ser! ¡Editoriales, ¿qué hacéis?! ^_^

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