viernes, 29 de febrero de 2008

Kinnikuman Ni-sei (Musculman II)

  • Título: キン肉マンII世 Second Generations -Kinnikuman Ni-sei- (Musculman II)
  • Autor: Yudetamago (Takashi Shimada y Yoshinori Nakai)
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Playboy
  • Años publicación: 1998-en curso
  • Clasificación: shônen / seinen
  • Tomos: 39 (en curso)


Hace pocos días terminé la traducción de Musculman (Kinnikuman), un verdadero parto debido a la necesidad de traducir cada mes 370 páginas llenas hasta la bandera de texto. “¿Cómo? Pero si es un manga de lucha”, me diréis algunos pensando que es imposible que haya tanto texto en un manga eminentemente de acción y piños. Bueno, por un lado tenemos al pelmazo del comentarista, que no calla ni para ir al lavabo. Por el otro, los personajes también parecen tener unas necesidades imperiosas de darle a la sinhueso, justificando, página sí, página también, todas sus acciones con giros argumentales que parecen sacados de la chistera del guionista más salvaje e irresponsable. En plan: dos personajes que no se conocen empiezan a luchar entre ellos. Al cabo de cien páginas, uno desarrolla una técnica que aterroriza al otro. Entonces, ese otro recuerda de repente su infancia, cuando el cuñado del primo segundo de su rival actual le hizo la gracieta de subirle la cremallera mientras estaba meando, con la consiguiente “pillada”. Esto traumatizó a nuestro héroe, que desde entonces, cada vez que ve una técnica con forma de cremallera (justamente la que le está lanzando su rival) se pone tenso y pierde los papeles. Pero luego aparece otro héroe de la nada, que se suponía estaba muerto (pero “no estaba muerto, lere”, como dice la canción, “estaba tomando cañas en el cementerio de superhombres”, me atrevería a decir) y, en contra de todas las normas de combate que se habían establecido 300 páginas más atrás, irrumpe en el ring y salva a su colega. Entonces, incluso los enemigos aceptan que ese nuevo héroe luche en esa pelea de grupos en la que se suponía que sólo podían luchar cinco contra cinco, pero que por el bando de los “buenos” ya llevamos ocho y contando...
En fin, todo esto me lo he inventado, pero no está muy lejos de la realidad. Me cuentan amigos japoneses, antiguos lectores de la serie, que precisamente esta falta de previsión de los autores, Yudetamago, junto con la necesidad de justificarlo todo con explicaciones peregrinas que a menudo caen en la contradicción (¡el horror del guionista!) era precisamente la gracia de esta serie. Efectivamente, yo disfrutaba como el que más de ella cuando la echaban, en su versión animada, hará unos 15 años o más en TV3. Era mega fan de Musculator y su tropa. Aunque os confesaré que Terryman y Menja-tallarines me caían gordísimos, yo siempre he sido fan del gran Warsman.

Por eso, me puse muy contento cuando me ofrecieron la posibilidad de traducir el manga, y de hecho he disfrutado bastante su traducción... Sin embargo, también debo confesar que la cantidad de texto que contiene y el hecho de que son 18 tomos dobles, uno al mes sin parar, hicieron mella en mi ánimo, al ver que traducía y traducía y no había manera de acabar cada uno de esos tochos interminables. Y cuando terminaba, ¡pues ya casi que tocaba el siguiente...! Desesperante, vamos. Además, el hecho de ir con tanta rapidez hacía que pillara enseguida todos estos errores conceptuales, en plan “¡joder, pero si hace un momento (250 páginas) había dicho A, y ahora resulta que se lo saltan a la torera y es B!”. Supongo que leyendo 20 páginas a la semana o incluso un tomo normal de 200 páginas cada tres meses (ritmo de publicación original), todo eso no se nota tanto, pero un tomo de 370 páginas al mes es un ritmo demasiado rápido. A veces ya no sabía cuáles son “los siete superhombres del apocalipsis”, cuáles son “los caballeros diabólicos” o “los superhombres perfectos”, ni nada, ¡me perdía!

Búfal con alguna canita luchando contra Terry The Kid

Para los que no seguisteis la serie en la tele o no seguís el manga (únicamente disponible en catalán), os diré que Musculman es una serie de humor tonto y lucha libre. Empieza como serie de humor, parodia de las series de “héroes que salvan el mundo” tipo Ultraman , pero luego la cosa va derivando hacia un manga bastante bruto de lucha libre entre “superhombres”. El protagonista es un luchador inútil que se llama Suguru Músculo (Kinniku Suguru) que al principio no sirve ni para pelar patatas pero que va evolucionando hasta convertirse en el líder de los “superhombres justicieros”, sobre todo gracias a su “fuerza bruta en el momento decisivo”, que le permite derrotar a tíos de 70 millones de unidades de poder contando él mismo únicamente con 950.000 (por cierto, que todo el último torneo se lo pasa casi enterito luchando sin esta “fuerza bruta” contra tíos de 70 millones de unidades y lo gana). En fin, la serie tiene bastante humor burro al principio (Musculator vuela con la “fuerza de propulsión” que le dan los pedos que se tira, ya no os digo más) y luego este humor, aunque se mantiene, va quedando en un segundo plano, siendo “la fuerza de la amistad” y la importancia de la justicia y bla bla bla el tema central de toda la segunda mitad de la obra. Esta serie fue un éxito tremendo en el Japón de los años 80, generó toneladas de merchandising y se convirtió en todo un hit generacional.
Llegando por fin al motivo original de esta entrada (vaya introducciones más largas me salen siempre), como soy así de masoca, una vez terminada la traducción me picó la curiosidad y me leí el primer tomo de Kinnikuman Ni-sei (Musculman Segunda Generación). Ahora Glénat va por el tomo 14 o 15 de los 18 de los que consta la obra y los que la seguís ya sabéis que los personajes están enfrascados en un mega torneo entre siete equipos de cinco superhombres cada uno, liderado cada equipo por uno de los “príncipes del destino”, siendo Musculator el líder del “Equipo Músculo”. El que gane el torneo será designado nuevo “gran rey del planeta Músculo” y patapim patapam. En fin, no creo que haga un gran spoiler a nadie si os cuento que finalmente es Musculator quien gana el torneo y es coronado rey, ¿no? Es algo que nos imaginábamos todos.
El manga original de Musculman se publicó entre 1979 y 1987 y fue la obra de Takashi Shimada y Yoshinori Nakai, apodados Yudetamago (literalmente “huevo duro” – en el epílogo del tomo 18 explican el porqué de este apodo, es una chorrada tan grande como que estaban pensando nombres para ponerse y justo en aquel momento estaban comiendo huevos duros... No comment). Su primer manga, Musculman, tuvo tanto éxito que entre 1982 y 1988 crearon también, simultáneamente a su serie más famosa, Tatakae! Ramenman, un spin-off centrado en la figura de Ramenman (Menja-tallarines), el secundario más popular de la misma. Después de unos años trabajando en otras series que no triunfaron (una de monstruos, una de judo, una de muay-thai y otra de kung-fu) la revista Playboy, en su edición japonesa, les ofreció en 1998 la posibilidad de publicar en sus páginas una historia corta que fuera una segunda parte de su serie más famosa.

Así, nació la idea de Kinnikuman Ni-sei Second Generations, que sólo tenía que durar dos o tres capítulos pero que tuvo tanto éxito que a día de hoy, diez años más tarde, sigue publicándose, habiendo sacado ya al mercado ya la friolera de 39 tomos, más otros 4 de una serie paralela titulada Kinnikuman Ni-sei All Chôjin Daishingeki. ¿Y de qué va esta serie? Pues se sitúa 28 años después de los hechos narrados en la serie original, con el universo en paz bajo la batuta de Musculator, actualmente gran rey de todos los superhombres.

Un envejecido Musculator, con barrigón y brazos y piernas de palillo, y Ronyona están casados y tienen un hijo, Mantarô, que se llama así por la siguiente coña difícil de explicar. Se ve que el hijo de Ultraman se llama Tarô, así que en japonés se llamaría Ultraman Tarô (en japonés se antepone el apellido al nombre de pila). Tarô es un nombre muy normal (demasiado normal) en Japón. El nombre original de Musculator es Kinniku Suguru, y su “nom de guerre” es Kinnikuman. Así, Mantarô se llama Kinniku Mantarô, y la coña viene de que, si se lee rápido, se tiende a pronunciar “Kinnikuman Tarô”, igual que lo de Ultraman. De hecho, durante el primer tomo Mantarô corrige varias veces a la gente que le llama “Kinnikuman Tarô”, ya que no le gusta nada que le llamen así.

En fin, Mantarô es un chavalín enclenque y parece un poco el Son Gohan de cuando era niño, en plan estudioso y mosquita muerta, incluso lleva gafas y todo. Aunque en realidad luego descubrimos que es tan o más inútil que su padre, y saca unas notas pésimas. Total, que como no podía ser de otra manera, de repente vienen unos superhombres malvados a tocar las narices. La larga era de paz ha hecho que no se hayan formado nuevas generaciones de superhombres justicieros capaces de hacer frente a la nueva amenaza, y los antiguos héroes ya están tan decrépitos que caen derrotados enseguida. Cuando parecía todo perdido, el líder de los malos rapta a Mantarô, que de repente, sin comerlo ni beberlo, se transforma en un tiarro musculado igual que su padre en sus años mozos y vence al malo con un “Muscle Buster” (sí, claro). Así, eso da tiempo a los superhombres justicieros para hacer una convocatoria de nuevos y jóvenes superhombres para, primero, someterles a un entrenamiento bestial en la “Heracles Factory”, de la que sólo diez se graduarán. Estos diez superhombres, entre los que se incluye Terry The Kid, el chuletilla hijo de Terryman, son destinados a diferentes puntos de la Tierra, donde se dedicarán a luchar contra los malos.
He encontrado esta secuela es bastante entretenida. Parece que los autores quisieron recuperar un poco del humor original del manga, dejado tan en segundo plano en la última de las sagas de la serie original, y eso es bastante positivo. Aunque en ningún momento se separan de lo que hizo famosa a la historia en primer lugar, es decir, los combates surrealistas, los personajes bizarros a más no poder y las técnicas más absurdas que uno puede imaginar. Yudetamago han hecho un buen trabajo a la hora de recuperar los antiguos personajes, ahora todos ellos cincuentones, y también de presentar a su descendencia (en este tomo 1, aparte de Mantarô y Terry The Kid, conocemos también al hijo de Robin de les Estrelles (Robin Mask), llamado Kevin Mask). Es decir, que han tomado ingredientes antiguos, los han mezclado con nuevos, y han presentado una historia que es “más de lo mismo”, pero que ha logrado reenganchar a la primera generación de lectores, una generación que ahora va por la treintena larga (en Japón) y que disfruta de estas luchas y esta épica estrambótica como la primera vez. Una lectura recomendada solamente para los muy fans de Musculman.

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miércoles, 27 de febrero de 2008

¡Adivina qué mangaka es! (I)

Los lectores asiduos de manga sabréis lo rematadamente tímido que llegan a ser los dibujantes, hasta el punto de que sus rostros son casi desconocidos. A algunos de ellos, como Takehiko Inoue o Naoki Urasawa, les encanta figurar y no paran de dar entrevistas, participar en conferencias, lo que sea, y no les importa en absoluto que les fotografíen. Pero son la excepción que confirma la regla. Por ejemplo, Yoshito Usui de Shin-chan tiene la superstición de que, si su imagen llega un día a ser conocida públicamente (en foto o vídeo), automáticamente dejará de tener éxito. No sé, los japoneses tienen facetas raras y difíciles de entender ya de por sí, pero en general los mangaka son especialmente raros, sinceramente.
Desde siempre, los tomos de la colección Jump Comics, por decir una colección famosa, siempre incluyen un mensaje del mangaka de turno en la solapa de la sobrecubierta, y justo encima hay un espacio reservado para una foto. Creo que fue Toriyama quien puso de moda el hecho de no poner foto, sino un dibujito (autorretrato o directamente chorrada). En cualquier caso, sobre los años 80 hasta nuestros días, casi no hay ningún mangaka que ponga su foto en los tomos (una excepción podría ser Takeshi Konomi, el de Prince of Tennis, al que le gusta posar con pose de guaperillas).
En cualquier caso, en los manga antiguos los dibujantes no se cortaban a la hora de poner su foto (en los tomos en los que el diseño de la colección lo permitía, claro está), ¡e incluso había alguno que ponía la dirección de su casa -¡sí, de su casa!- para que le escribieran! Por eso, en mi biblioteca tengo varias perlas en este sentido que voy a ir compartiendo poco a poco. Atención que hay algunas fotos que son para enmarcar.
Para empezar... ¿quién es este chavalín con aspecto de pardillo?


Time machine: 34 años más tarde...

¡Planeadoooor abaaaaaajo!

¡Pues ni más ni menos que el ínclito Gô Nagai!
La primera foto está sacada del tomo 1 de Mazinger Z editado por Shûeisha en 1973, cuando Nagai tenía 28 años. La segunda es de una entrevista para un periódico, del año 2007, cuando nuestro amigo gasta ya 62 tacos.
No sé si hace falta decir que Gô Nagai es uno de los autores más influyentes de la historia del manga, siendo el autor de Mazinger Z, Devilman, Cutie Honey, Grendizer, Harenchi Gakuen y tantas otras.

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sábado, 23 de febrero de 2008

Shônen shôjo hyôryûki (Chronicles of the Clueless Age)

  • Título: 少年少女漂流記 -Shônen shôjo hyôryûki- (Chronicles of the Clueless Age)
  • Autor: Usamaru Furuya (dibujo) y Otsuichi (guión)
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Shôsetsu Subaru
  • Años publicación: 2007
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 1

Cada cierta cantidad de años, en todos los campos del saber humano, surgen uno o más genios. Esto es indudable, simple cuestión de estadística. El cómic no es una excepción, y el manga, claro está, mucho menos. La particularidad del manga respecto a otras manifestaciones del noveno arte es que, debido a que hay tantos miles de autores trabajando simultáneamente, por pura matemática la cantidad de genios que surja tiene que ser por fuerza mayor. Sin embargo, la propia industrialización del medio en Japón, donde las grandes editoriales controlan la producción de los autores y les imponen criterios concretos para que sus obras “triunfen”, hace que grandes dotes de creatividad se echen a perder. Sin embargo, no todo está perdido y el manga regala al mundo un buen puñado de genios en cada generación.
Usamaru Furuya es uno de los genios de hornada de los años 90. Hace dos o tres años, tuve la oportunidad de leer su opera prima, titulada Palepoli, de 1994, y quedé alucinado ante la genialidad surrealista de este autor. Palepoli es un recopilatorio de “gags” (si se quieren llamar de esta manera) de una página en los que Usamaru trabaja los más diversos estilos gráficos, con una imaginación y una maestría a los lápices que se hace difícil de creer para tratarse de una primera obra. Además, la propia temática de las historietas, en lo que respecta al guión, también es alucinante, con un nivel de surrealismo y de inteligencia altísimo. Eso sí, Palepoli es sólo para paladares muy selectos, una verdadera delicatessen para los que, entre tanto manga de peleas y de amoríos, queremos tomarnos un descanso estimulante para la mente.
No sé por qué, supongo que porque hay tantas cosas por leer en esta vida, mi camino no volvió a cruzarse más con el de Usamaru Furuya... Hasta que en mi último viaje a Japón descubrí un libro en una librería que me robó el corazón por lo bello que era: era este Shônen shôjo hyôryûki (subtitulado en inglés The Chronicle of the Clueless Age, aunque el título japonés se traduce literalmente como “Crónica de la deriva de chicos y chicas”).
No descubriré la sopa de ajo si digo que los libros en sí me gustan mucho: el papel encuadernado, las cubiertas, las sobrecubiertas, etc. Para mí, cada libro es un tesoro. Y si se trata de un libro bonito, todavía más. Y éste es directamente precioso: el libro está enfundado en una cajita de cartón bastante dura, con tinta dorada para las cenefas que decoran el título y un troquel en medio de la portada desde la que se puede ver parte de la portada del libro que hay dentro, con un dibujo de ocho chicos volando. Aunque no hay páginas a color, el papel del interior es también excelente, lo que hace que leérselo sea un verdadero placer, primero para la mente (por el contenido), pero también para los sentidos de la vista (perfecta impresión), el tacto y el olfato (buen papel).
El libro está firmado por Usamaru Furuya, que principalmente se encargó del dibujo, y por Otsuichi, que hizo más que nada de guionista. Hablo en estos términos porque en la conversación entre ambos que se recoge al final del tomo se revela que Furuya también tuvo un papel prominente en el guión, dando varias ideas, y Otsuichi sugirió ideas visuales para que Furuya las plasmara en el papel, quedando así difuminada la línea entre el “dibujante” y el “guionista”. Otsuichi, prominente novelista de historias de misterio y terror, es conocido en España por ser el guionista de Goth, así como de Missing Holiday (de próxima publicación) y alguna más que caerá durante este 2008.

¡El ataque del imperio de los dulces!

¿Y de qué va este manga? Pues recopila un total de ocho historias autoconclusivas cuyos protagonistas son los ocho adolescentes que figuran en la portada del libro, narrándonos sus paranoias y metiéndonos de lleno en sus mundos de fantasía. Por ejemplo, una de las historias va de un chaval muy introvertido al que le fascinan las hormigas y se imagina a todos sus compañeros de clase como formando parte del hormiguero, con su jerarquía (obreras, guerreras y reina) incluida. Otra va de una chica que está obsesionada con adelgazar pero que paradójicamente le encantan los dulces. En un momento dado, le entra la paranoia que el “Imperio de los Dulces” quiere conquistar la Tierra y ella es la única que, comiéndoselos, puede salvarla. En resumen, las historias son una representación de las paranoias y manías de la adolescencia, esa edad a la que uno va “a la deriva”, como tan bien indica el título. Esa edad tan complicada en la que se forma el carácter de cada cual, y durante la que los triunfos y fracasos del día a día dentro del instituto, o con la pandilla de amigos, pasan a ser el centro neurálgico alrededor del que gira absolutamente todo. Un detalle genial del libro es que las ocho historias parecen no tener relación entre sí, hasta que al final, el libro se cierra con un noveno capítulo en el que todo confluye, un cierre que deja un fantástico sabor de boca para lo que ya de por sí es una delicia en forma de manga.
Con un dibujante del montón, este libro habría pasado sin pena ni gloria. De acuerdo que el guión está bien, pero la destreza gráfica de Furuya, con sus increíbles recursos y su capacidad innata de crear escenas surrealistas de una plasticidad extraordinaria, convierten a la obra en una verdadera maravilla. Entre los autores que conozco y admiro, solamente monstruos como Suehiro Maruo o Shintarô Kago pueden comparársele a la hora de crear pesadillas, seres y mundos surreales, en el apartado gráfico. Yo, a partir del momento en el que leí este libro, y después de recordar que era del mismo autor que ese fantástico Palepoli que tanto me gustó en su momento, me declaré fan de Usamaru Furuya, y decididamente voy a agenciarme más obras suyas para esos momentos en los que, cansado de ir a comer el menú del bar de la esquina que representa el manga mainstream, me apetezca ir a un restaurante con alguna estrella Michelín.

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miércoles, 20 de febrero de 2008

¡Atención, fans de Mitsuru Adachi!

Esta vez me apetece compartir con vosotros una curiosidad realmente interesante. Muchos de vosotros conoceréis a Mitsuru Adachi, o al menos su obra. No en vano, una de sus obras más conocidas, Touch, llegó al España con el título de Bateadores en aquella época dorada para el anime que representaron los primeros años de las televisiones privadas.
Pues veréis, hace un año o dos, compré en Japón un ejemplar de la revista COM, la famosa revista de manga editada por Osamu Tezuka, para que formara parte de mi modesta colección. Concretamente, es el número 9 de 1967. Era una revista muy interesante, francamente, enfocada por un lado a fans del buen manga (huyendo de lo estrictamente comercial), y por el otro a estudiosos y futuros dibujantes y creadores, incluyendo secciones sobre teoría del manga, entrevistas a autores, la importancia de contar con buenos personajes, buenos guiones, etc. Actualmente, que yo sepa no hay ninguna revista así en todo Japón. Y es una lástima.
A lo que íbamos. Entre sus secciones, también había varios concursos o secciones donde las que jóvenes mangaka enviaban sus obras para que las valoraran expertos. ¡Y cuál fue mi sorpresa al encontrar, por pura casualidad, que un jovencísimo Mitsuru Adachi, de 16 años, había mandado su obra a la COM! ¡Y justo la que tengo yo! ¿Queréis saber cómo dibujaba Adachi a los 16 años? Pues aquí va:


Como podéis ver, ya a esa joven edad daba muchas pistas sobre cómo evolucionaría su dibujo hasta debutar cuatro años después, en 1970, y finalmente crear su primera obra famosa, Touch, en 1981. La historia que mandó quedó segunda en ese concurso en particular, constaba de 20 páginas y se titulaba Mushi to shônen (Los insectos y el chaval). Aquí, podemos ver cómo el jurado le dio 355 puntos, concretamente:
  • Guión
    • Tema: 70
    • Historia: 45
    • Manejo de las viñetas: 50
  • Dibujo
    • Personajes: 70
    • Composición de página: 50
    • Dibujo: 70
En los comentarios, el jurado comenta bastante minuciosamente la obra de Adachi y le comenta sus puntos débiles y fuertes. Aparte de que salga Adachi o no, qué gran sección, ¿verdad? Reputados críticos dando su opinión y orientando a jóvenes artistas, ¡qué grande era Tezuka...! Ojalá esta iniciativa hubiese tenido continuidad o alguna otra revista hubiese cogido el testigo tras la defunción de la COM, porque actualmente todas las revistas en Japón son estrictamente "de" manga, y no hay ni una sola que sea "sobre" manga.

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lunes, 18 de febrero de 2008

Cutie Honey

  • Título: キューティーハニー (Cutie Honey)
  • Autor: Gô Nagai
  • Editorial: Akita Shoten
  • Revista: Shônen Champion
  • Años publicación: 1973-74
  • Clasificación: shônen
  • Tomos: 2
Gô Nagai es un autor de esos típicos que o bien lo odias o bien lo amas, sin término medio. Es curioso porque, durante su carrera, se ha dedicado a realizar cuatro tipos de obra muy distintos entre sí, y en todos estos cuatro géneros ha conseguido el éxito rotundo. En Occidente, Nagai es famoso por ser el autor de Mazinger Z y, efectivamente, el género de robots gigantes es uno de los cuatro en los que se ha especializado, siendo la propia Mazinger y UFO Robo Grendizer sus obras cumbre en esta área. El terror y violencia extremas es la segunda de sus especialidades, con ejemplos como Devilman o Violence Jack. Su tercera especialidad sería el humor cafre y escatológico, con referencias sexuales a mansalva: en este ámbito, destacan por ejemplo Abashiri Ikka (La familia Abashiri) y Harenchi Gakuen (La escuela indecente). Finalmente, su cuarto género favorito es el erótico-festivo, con escándalos como Kekkô Kamen (en el que la protagonista reparte hostias "vestida" solamente con botas, una bufanda, guantes y una máscara -sí, habéis leído bien, para no llevar no lleva ni bragas ^_^-).


¡Tías y hostias!

La obra que comento en esta ocasión, Cutie Honey, es un poco atípica porque está un poco en medio de tres de los cuatro géneros maestros de Gô Nagai. Solamente le faltan los robots gigantes; en Cutie Honey caben dosis de humor, erotismo y terror (bueno, más bien de monstruitos y bichos raros). Más o menos, la historia va de que un tal doctor Kisaragi crea un androide en forma de chica a la que llama Honey. Este androide contiene un aparato revolucionario llamado "dispositivo de fijación de elementos del aire", que básicamente sirve para tomar elementos presentes en el aire y combinarlos del modo que uno desee. Sin embargo, Honey Kisaragi no tiene ni idea de que es un androide, y su padre prefiere que sea así. Por eso, la manda a una escuela-residencia sólo para chicas (más bien bolleras y más quemadas que el cenicero de un bingo, si se me permite el añadido) situada en unas montañas remotas, lejos del bullicio de la ciudad. Luego descubrimos que hace esto porque una malvada organización súper cutre de gente disfrazada de panteras y jefecillos con aspecto ridiculísimo, llamada Panther Claw (Garra de pantera), anhela conseguir el cacharro de marras para sus propios fines (conseguir riquezas para conquistar el mundo y bla-bla-bla). Total, que en las primeras páginas del manga, los Panther Claw atacan el laboratorio del doctor Kisaragi. Honey, pese a escuchar su llamada de auxilio, llega tarde al rescate, encontrando moribundo a su padre, que expira en sus brazos. Poco después, debido a una grabación holográfica que dejó su padre para que fuera reproducida en caso de que muriera, la pava a más no poder Honey se entera de que es un androide y de que, si se toca el corazón que lleva en su collar y, a la vez, grita "Honey Flash!", podrá activar el mecanismo y transformar su cuerpo en lo que ella desee, pudiendo usar las habilidades inherentes al traje o aspecto que tome.

Transformaciones en el anime

A partir de este momento, Honey se dedicará a esquivar las embestidas de los Panther Claw, metiéndose en toda clase de peleas rebosantes de acción, y transformándose, con el grito de "Honey Flash", en motorista, luchadora, chica mona, reportera, azafata, etc. Por supuesto, siendo Gô Nagai el autor, hay numerosas escenas de "fan service", en las que lo único que no le vemos a Honey (y a otras chicas buenorras que salen) es la entrepierna. Pero aparte de la entrepierna, el autor no se cansa de mostrar cacho, lo que tampoco resulta tan sorprendente si conoces mínimamente la obra de Nagai.
Al igual que ocurrió con Mazinger Z y Devilman, Cutie Honey fue una serie pensada para la televisión por Gô Nagai, en asociación con Tôei Animation. Así, el manga, dibujado por el propio Nagai, se serializó en la revista Shônen Champion durante la emisión de los 25 episodios de la serie animada. Su duración es solamente de dos tomos, y el segundo termina bastante abruptamente (supongo que la atención de Nagai se desviaría hacia otro de sus muchos proyectos de la época), sin embargo, como es habitual en las obras de este autor, existen varios refritos, como por ejemplo el de su "esclavo imitador" favorito Ken Ishikawa (con el mismo título y también serializado entre 1973 y 1974), y varias otras series realizadas por varios autores en los años 90. También destaca Cutie Honey Tennyo Densetsu, obra realizada por el Nagai entre 2001-03 que ya casi-casi raya en el porno, por lo absolutamente escandalosa que llega a ser. Es el no-va-más, realmente.
La serie de anime fue un éxito alucinante en su momento y, a pesar de que está muy edulcorada respecto de la versión manga que aquí comento, dio bastante de que hablar en su momento, por las numerosas escenas en las que Honey aparece en pelota picada. La canción de opening es todo un clásico de los karaokes, siendo pegajosa y cursi como pocas. De hecho, la de Cutie Honey es una de las canciones de anime más conocidas y famosas de todos los tiempos. Por experiencia os digo que cantar Cutie Honey y Gatchaman en un karaoke con los amigotes puede animar la fiesta que da gusto ^_^. También destaca la versión cinematográfica en imagen real, de 2004, dirigida por Hideaki Anno (el director de Evangelion), que tiene bastante guasa pero que, sorprendentemente, se deja ver y es bastante entretenida. Ésta es una serie legendaria en Japón, con montones de secuelas en varios medios (manga, anime, imagen real, videojuegos...) y su canción ha sido versionada infinidad de veces.


Opening y ending del anime clásico

Pasando a las valoraciones del manga en sí... A ver, es simpático y resulta hasta encantador por su estilo extremadamente kitsch y su argumento totalmente desfasado y pillado por los pelos, así como la cursilería intencionada de Honey (del estilo "iya yo, mitsumecha iya..." -nooo, ¡no me mireees así!- con vocecita de pava integral). Pero el estilo de dibujo de Gô Nagai... Buf, ¡a mí me resulta muy cargante, y a veces, sinceramente dibuja fatal, el tío! Y creo que no soy el único que piensa así. Este mangaka tuvo mucha suerte en acertar tantas veces con tantas obras distintas, es un verdadero visionario en lo que respecta a la cultura popular de los años 70 (lo que le merece mi más absoluto respeto) y eso le ha permitido seguir trabajando en este sentido incluso bien entrado el siglo XXI. Su estilo de dibujo setentero podría perdonarse en ese momento, puesto que es lo que se llevaba en la época, ¡pero es que actualmente sigue dibujando exactamente igual! ¡No ha evolucionado ni un ápice! Pero bueno, supongo que se le puede perdonar y,cuando ya has leído varias de sus obras, acaba resultando incluso simpático.
Una última curiosidad: fijaos en la portada del tomo 1 que he puesto al principio del post. ¿No veis algo raro? Efectivamente, pone "Chônen Champion Comics" cuando debería poner "Shônen Champion Comics". Ésta es una errata bastante legendaria que sólo aparece en las primeras ediciones del manga (la mía es de 1976), ya que lógicamente fue corregida con posterioridad, y demuestra que los japoneses solamente leen las letras japonesas, siendo las letras romanas muchas veces un mero adorno para ellos, un recurso de diseño más. Ahora, las ediciones con la errata están bastante buscadas entre el público coleccionista, cómo no.

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sábado, 16 de febrero de 2008

Más sobre KochiKame

No sé si debido a mi post de KochiKame de hace unas semanas o a la casualidad, en algunos foros se ha comenzado a hablar sobre la posibilidad o no de que una editorial saque en España este manga. Evidentemente, como decía en ese post original, editar íntegramente KochiKame es una temeridad mayúscula, primero por la cantidad de tomos de que consta (158 y contando), segundo porque es una serie muy "japonesa", tercero porque algunos episodios se basan en cosas de actualidad japonesa y según qué temas ya están más que pasados de moda (recuerdo que sobre el tomo 110 y pico hay un capítulo dedicado a qué es mejor, si los sistemas de teléfono móvil o los sistemas PHS - años después, el PHS está prácticamente en desuso), etc.
Pero existen alternativas que hacen factible una hipotética edición parcial de KochiKame, de forma similar a lo de Golgo 13 (serie de 150 tomos y contando, de la cual Glénat sacó un "Best of" en 2 tomos de 1200 páginas en total). En casa tengo estos cuatro ejemplos, pero conociendo el tirón de esta serie en Japón, seguro que hay muchos más. Amigos editores, si os pasáis por aquí tomad nota, por favor. Ahí van:

1. KOCHIKAME SENRYÔBAKO
Año: 2005 / Páginas: 259 / ISBN: 4-08-873725-3

Para mí, la mejor opción y la más fácil de cara a negociar con la editorial japonesa por ser muy reciente. Se trata de un tomo unitario de tipo Kanzenban ("edición completa", es decir, tamaño grandecito, papel de calidad superior, algunas páginas a color, igual que las ediciones de Planeta de Dragon Ball o Marmalade Boy o las de Glénat de Fushigi Yûgi -català- o la futura de Rurôni Kenshin). Aquí se recopilan las mejores historias (no se especifica según el criterio de quién) de los primeros 30 años de vida de la serie. Una de las historias, quizás la más famosa, de titulo El día que desaparecieron las chimeneas fantasma, ha recibido el trato especial de ser coloreada íntegramente para este libro. El punto flaco es que muchas de las historias son de las de la infancia de Ryôtsû, las que explotan el factor natsukashii (nostalgia) que tanto gusta a los japoneses en plan "ah, qué buenos viejos tiempos eran aquellos". En Japón funciona muy bien el factor nostalgia, pero no creo que en España los lectores se emocionen mucho al recordar "aquel día de 1964 en que derribaron las cuatro chimeneas de la central eléctrica de Tokyo Denryoku en Senju", más que nada porque dudo que nadie sepa nada sobre esas chimeneas. Las historias de la infancia de Ryôtsû me gustan bastante porque aprendo muchas cosas sobre la Tokio de los años 60, pero son las más aburridas para el lector occidental desde mi humilde punto de vista.

2. KOCHIRA KATSUSHIKA-KU KAMEARI KÔEN-MAE HASHUTSUJO
-DOKUSHA GA ERABU KESSAKUSEN- TOKUBETSU CHÛMON

Año: 1996 / Páginas: 249 / ISBN: 4-08-852690-2

Otra gran opción de tomo unitario con "lo mejor de", esta vez totalmente en blanco y negro y con el mismo tamaño y calidad (malilla) que un tomo normal tipo shônen. Es este caso, se especifica que es la elección de los lectores, por lo que volvemos a encontrar unas cuantas historias de la infancia de Ryôtsû, pero menos que en el tomo que he presentado en el punto 1. Este tomo se publicó con la intención de presentar las 10 mejores historias de los 20 primeros años de la serie. La mala suerte es que algunas se repiten respecto al tomo del punto 1, pero solamente son dos (una de ellas, la de las chimeneas de las narices, pero esta vez en el blanco y negro original). Este tomo no lo he visto en librerías normales, pero curiosamente siempre está presente en las librerías de los aeropuertos, ya que es una gran opción para leer durante un vuelo.

3. KOCHIKAME '82
Año: 2001 / Páginas: 183 / ISBN: 4-08-106118-1

Esta colección me parece muy interesante por su contenido, tal vez la más interesante de todas, pero creo que será muy difícil de licenciar si alguien se lo propone. Me explico: yo sólo tengo el tomo cuya portada pongo aquí, pero por lo visto forma parte de una colección de "lo mejor de KochiKame de cada año", siendo este tomo el correspondiente a 1982. Si se editó en 2001, entonces cabe suponer que la colección tendrá unos 23-24 volúmenes si no la han ampliado desde entonces. El tema es que es casi imposible obtener más información sobre esta colección. En Japón, existe un mercado secundario para el manga que consiste en realizar recopilaciones en calidad malísima (papel malo, cubiertas de cartón blando sin sobrecubiertas, etc), pero muy-muy baratas. Estas recopilaciones se venden sobre todo en los llamados convini o "tiendas de conveniencia", ubicuas en todo el archipiélago japonés. Así, este tomo lo compré en un convini una vez, supongo que para amenizar un viaje en tren o algo así. Estos tomos no se consideran colecciones como tales, sino revistas, por lo que no aparecen en bases de datos y no hay ni rastro de ellos en la web de Shûeisha, por lo que, a menos que se pregunte a la editorial Shûeisha, es imposible saber cuántos tomos son, y también es complicadísimo encontrarlos de segunda mano (ya que este tipo de tomos son para "leer y tirar", básicamente, y en las tiendas de segunda mano apenas se encuentran).
Sin embargo, una colección de 20-25 tomos de KochiKame con lo mejor de cada año no estaría nada mal, ¿verdad? Desde luego, mucho menos arriesgado que la serie regular de 158 tomos...

4. KOCHIKAME TSUKIGIME
CHÔ SELECTION

Año: 2004 / Páginas: 187 / ISBN: No figura (??)

Otro de esos tomos de convini de los que hablaba en el punto 3. Para mí es la peor opción de las cuatro. El título sugiere que era una colección mensual (tsukigime significa "cada mes") y éste era el correspondiente a diciembre, como se puede deducir de la portada. Estaría muy bien si fuera una colección de 12 números con historietas referentes a cada mes del año, y que por ejemplo ésta de diciembre incluyera historias sobre la Navidad en Japón y otras cosas interesantes que ocurren en esas fechas (Comiket, Jump Festa, fin de año, cumpleaños del Emperador, etc.). Pero no, se trata de una recopilación de historias y punto, sin ningún tema principal en concreto. Qué oportunidad más mal aprovechada, ¿verdad?

5. CHÔ KOCHIKAME
De este libro no pongo ISBN ni nada, porque no lo considero apto para ser publicado en España (imposible, debido a las muchas ilustraciones de muchos autores que hay, y que conociendo a los japoneses, se debería obtener permiso de toooodos y cada uno de ellos, ¡urgh!), pero es una curiosidad muy interesante. Es un libro de tamaño A4 de 325 páginas, varias de ellas a color, con un CD-ROM de regalo, que fue editado en 2006 para conmemorar el 30º aniversario de KochiKame. Está repleto de datos sobre la serie, entrevistas al autor, etc. Lo más curioso de todo es que hay varias historias de crossover, de KochiKame con alguna otra serie famosa. Concretamente, con Golgo 13 (la serie de más tomos -KochiKame- contra la más longeva -Golgo 13-), con Lupin III, con Musculman (anda que no), con Dragon Ball (Ryôtsû contra Freezer ^_^!!) y un "súper remix" delas cinco series de humor de la Shônen Jump en ese momento (KochiKame, Bobobo, Pyu to fuku Jaguar, Taizô Mote King Saga y Maison du Penguin). También hay un montón de ilustraciones de KochiKame realizadas por mangakas famosísimos, y sus mensajes de felicitación. Si queréis ver a Ryôtsû dibujado por Tite Kubo, Masashi Kishimoto, Tetsuo Hara, Kôsuke Fujishima, Hiromu Arakawa, etc., sólo lo encontraréis aquí.
Además, en este libro salen también los recopilatorios de KochiKame, y hay dos que yo no tengo y que deberían figurar también en este post por puro completismo:
6. KOCHIRA KATSUSHIKA-KU KAMEARI KÔEN-MAE HASHUTSUJO -SHITAMACHI FUNSENKI- Recopilatorio de lo mejor de los 10 primeros años de la serie.
7. EDICIÓN DE BOLSILLO (BUNKO-BAN). De 26 tomos, recopila lo mejor hasta el tomo 80 de la serie regular, y cuenta con una "secuela" de 4 tomos más. Existe una tercera colección de bolsillo, pero recopila íntegramente los tomos 81 a 100 en un total de 10 volúmenes (no es una selección, sino todo el material).

En fin, ya nadie tiene excusa para no editar algo de KochiKame en España. No creo que una hipotética editorial se forrara con esta serie, pero puede ser una buena curiosidad, ¿no? Además, contando con el apoyo del anime que se emite en varias cadenas autonómicas, seguro que no se vende mal del todo.

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lunes, 11 de febrero de 2008

El manga en España - Algunas estadísticas

Durante mis dos años de master en japonología en la Universidad de Estudios Extranjeros de Osaka me dediqué a estudiar las posibilidades de utilizar el manga como una herramienta más dentro de los estudios de lengua y cultura japonesas. Es decir, básicamente lo que hice fue establecer la base teórica detrás del método Japonés en viñetas para, por encima de esa base, construir toda una teoría sobre los beneficios del uso del manga en estos estudios de japonés. Afortunadamente para mí, el resultado fue muy positivo y creo que conseguí que por lo menos unos cuantos profesores de japonés se tomaran en serio el tirón del manga como generador de motivación para los estudiantes. Y no solamente como generador de motivación, sino como herramienta para mantener esa motivación, evitando así deserciones masivas en cuanto los estudiantes descubren que la gramática, los kanji o lo que sea se les atragantan.
En cualquier caso, para dar fuerza a mi tesis, primero tenía que demostrarles a los japoneses que el manga, el anime y la cultura popular japonesa son realmente un grandísimo factor, que muchísimos estudiantes de todo el mundo occidental se sienten atraídos por Japón gracias al manga y el anime y que deciden estudiar lengua y/o cultura japonesas. Esto, que puede parecer tan obvio, no lo es tanto cuando tienes que contárselo a un montón de profesores más bien carrozas que no tienen ni idea de lo de moda que se ha puesto el manga en Occidente. Así, el primer capítulo de mi tesis fue un estudio sobre el auge del manga en Occidente, presentando datos básicamente de Francia, los Estados Unidos y España, pero centrándome especialmente en España.
Lamentablemente, en España no tenemos un Gilles Ratier que se curre todos los años un informe tan exhaustivo e increíble como el suyo del mercado francés, ni tampoco las editoriales presentan datos sobre tiradas o umbrales de venta. Así, básicamente tuve que ponerme a hacer las estadísticas yo solito para demostrar lo mucho que estaba creciendo el manga en España. Me costó lo mío, la verdad, pero quedé muy satisfecho de mis estadísticas.
Una vez de vuelta en Barcelona, a menudo me invitan a hacer conferencias sobre Japón, idioma japonés o directamente manga, así que siempre he ido aprovechando estas estadísticas que hice en su momento, desarrollándolas todavía más y actualizándolas según iba pasando el tiempo. Ahora hacía tiempo que no lo hacía, pero el próximo día 22 de febrero tengo que hacer una conferencia sobre "El manga actual en Japón y Catalunya" en Girona y este fin de semana estuve actualizando los datos. Como sería una pena que se quedaran en mi disco duro y en el dossier de los oyentes de la conferencia, y aprovechando que ahora tengo esta plataforma pública en forma de blog, me he decidido a ofrecer estos datos.
Ya aviso que yo, de estadística, poca idea tengo. Simplemente me he dedicado pacientemente a ir tamizando los datos que tan amablemente ofrece Norma Sabadell a través de su boletín semanal de novedades, sacando de entre esos datos las novedades manga, manhwa y manua y haciendo un simple recuento.

Novedades manga (unidades) 2001-2007

Empezamos por un gráfico en el que vemos el crecimiento en novedades año a año. Solo entre 2005 y 2006 el crecimiento es negativo (solo un tomo menos), debido a que la editorial Shûeisha dejó de licenciar títulos nuevos durante ese período por culpa de su restructuración interna. Entre 2006 y 2007, el crecimiento ha sido de más del 18%, llegando a 747. En Francia tuvieron el doble de novedades en 2007, un total de 1428, pero eso sí que es un despitote.
747 novedades significan más de 62 novedades al mes, y prácticamente estamos hablando de 62 tomos de 180-200 páginas, cuando no hace tantos años se publicaba bastante material en "medios tomos" y otros formatos. Es decir, que si lo contamos por número de páginas la subida es todavía más acuciada. ¿Está el mercado español preparado para absorber la friolera de 62 novedades de manga al mes? ¡Eso son más de dos tomos nuevos al día! No lo sé, pero ésta es la realidad y parece que la tendencia todavía sigue al alza, a juzgar por la cantidad de nuevas licencias que Glénat, Ivrea y Planeta ya han anunciado para 2008 tan sólo estando a mediados de febrero.

Distribución de novedades por editorial

En el plano editorial, siempre según mi modesto recuento y confiando plenamente en la exhaustividad de las listas de Norma Sabadell (la única fuente que lista las novedades ininterrumpidamente desde el año 2001, nada menos), Glénat sigue siendo de lejos la editorial número 1 en el mercado del manga, con un total de 225 tomos publicados en 2007, lo que da más de 21 tomos por mes. La siguen Ivrea, con el 20% (149 tomos, 12,4 al mes); Norma, con el 13% (100 tomos, 8,3 al mes); Planeta, con el 11% (79 tomos, 6,6 al mes) y Mangaline, con el 9% (64 tomos; 5,3 al mes). Luego, tenemos una serie de "otras editoriales", de las cuales Panini es la "mayor de las pequeñas", con 30 tomos publicados en 2007, seguida por La Cúpula (18), IcedLands (14), Ponent Mon (14), Filabo (10), Banzai (7), Medea (6) y Recerca (2).
Es curioso porque tenemos 13 editoriales en España que publican cómic asiático en 2007, pero solamente cinco de ellas representan el 87% de todo lo que se publica. Ojo, en Francia, siempre según Ratier, la cosa es todavía más acusada: de un total de 40 editoriales, solamente siete copan el 94% de todo lo publicado. Impresionante.
En fin, esto no es más que una serie de datos que me dedico yo a recopilar para tener material para mis conferencias, tampoco lo toméis como un dogma. No tengo ni idea de estadística, así que seguramente he hecho algo mal, no lo sé. Ojalá surgiese algún profesional tipo Ratier que me facilitara la vida... Lamentablemente, no lo hay (todavía) y tengo que echar mano de cálculos rudimentarios que me guiso y me como yo mismo.
En cualquier caso, ya que estoy, me permitiréis que dé un poco de publicidad sobre mis próximas conferencias o actos en los que participo, donde expongo estos datos y más. Igual podemos vernos y charlar, yo qué sé.

MANGA I ANIME: SÈRIES ACTUALS AL JAPÓ I A CATALUNYA

Dónde: Nipponia. Centre de Llengua i Cultura Japoneses (GIRONA)
Cuándo: 22 de febrero (viernes), de 19.30 a 21.30 h
Más información y contacto: www.nipponia.es

LA TRADUCCIÓ DE MANGA AL CATALÀ
Dónde:
Biblioteca Víctor Balaguer, Vilanova i la Geltrú, dentro del marco del XVI Seminari sobre la Traducció a Catalunya.
Cuándo: 1 de marzo (sábado), a las 11 h.
Más información y contacto aquí.

EL MANGA Y EL BOOM DE LOS ESTUDIOS JAPONESES
Dónde: Cercle d’Amics de la UNESCO (BARCELONA)
Cuándo: 4 de marzo (martes) tarde (por confirmar)
Más información y contacto aquí.

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domingo, 10 de febrero de 2008

Hatsukare (Mi primer novio)

  • Título: ハツカレ 初彼 -Hatsukare- (Mi primer novio)
  • Autor: Miyoshi Tômori
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Margaret
  • Años publicación: 2003-2006
  • Clasificación: Shôjo, romance
  • Tomos: 10


Ya he comentado varias veces que me gusta estar informado sobre cómo está el mercado actual de manga, friki que es uno. Sin embargo, viendo este blog, supongo que se evidencia que el shôjo no es especialmente santo de mi devoción ya que, aunque quiera intentar buscar un equilibrio consciente entre shônen-shôjo-seinen-josei y también entre manga actual y clásico, me cuesta encontrar obras shôjo que tenga ganas de leer y, por lo tanto, de reseñar. Por otro lado, no quiero dejar escapar el carro del shôjo y trato de leer tanto como pueda.
Así, cada vez que voy a Japón, como las librerías ejercen una especie de magnetismo sobre mi persona y parecen "tirar" de mí cuando paso cerca de una, irremediablemente acabo entrando a muchas. En ellas, por supuesto, acabo visitando la zona de manga. En las librerías japonesas, los tomos están colocados primero por género (básicamente shônen, shôjo y seinen), dentro de cada género, la segunda clasificación es por editoriales. A continuación, por colección o revista en la que se publicó cada obra y, finalmente, por autor, en el orden "silabárico" propio del japonés. Así, si quisiéramos encontrar, por ejemplo, los tomos de esta obra que reseño ahora, Hatsukare, iríamos a la zona de shôjo, subzona Shûeisha; dentro de Shûeisha buscaríamos la colección "Margaret Comics" (normalmente, el diseño de los lomos es característico de cada colección y, cuando estás acostumbrado, un vistazo basta para localizarlos) y dentro de Margaret buscaríamos por orden "silabárico", buscando los apellidos de autores que empiezan por TO, que están justo después de la TE y antes de la NA. ¡Ajá, ahí está! Hatsukare, de Miyoshi mori.
Sin embargo, también es muy fácil en Japón saber qué obras son las que más se venden o tienen más éxito potencial (porque se hace un anime, dorama o película de ellas): debajo de las estanterías suelen tener dispuesto un espacio horizontal en el que se apilan los tomos de las series destacadas, siendo perfectamente visibles sus portadas. Como yo no entiendo mucho de shôjo, suelo guiarme por "títulos que me suenan" (por haberlos leído en blogs o donde sea) o bien por qué series están destacadas en estas pilas. Hatsukare es una de las segundas, y supongo que estaría destacada porque en 2006 se hizo una película de imagen real basada en ella.

Chiro y Hashimoto se pasan toda la historia
ruborizándose sin parar. ¡Qué monos!


Hatsukare es una historia muy dulce, muy pastelosilla, y la verdad es que me gustó bastante. La protagonista es Chihiro (a la que sus amigas llaman Chiro), una chica muy tímida y modosita que cada mañana va al instituto en tren, como tantos miles y miles de estudiantes. En el tren, se topa siempre con un chico, Hashimoto. En la página 2 del manga, Hashimoto se declara a Chiro y le dice que si quiere salir con él. Ella se corta bastante, se ruboriza, y le dice que "vale", sin conocerle en absoluto (claro que el chico es guapito). A partir de aquí, se desarrolla la historia entre los dos, muy tímidos ambos, que se ponen colorados a la mínima, y que se van enamorando poco a poco (es curioso porque la historia va al revés de lo habitual, donde siempre dan mil millones de vueltas antes de declararse su amor mutuo y de empezar a salir, normalmente en la última escena del manga).
Más tarde, también entran en escena los amigos de él y las amigas de ella, y probablemente habrá lío entre ellos a partir del tomo 2. La relación de Chiro (me encanta este apodo, es muy cariñoso, no sé) y Hashimoto no es un camino de rosas, ya que ni Chiro había salido antes con ningún otro chico (ni siquiera había hablado con chicos desde la guardería, ya que siempre ha ido a colegios femeninos), ni tampoco Hashimoto había tenido experiencia con chicas. Al cabo de poco aparece también en escena Ibushi, un tío que, en la guardería, se metía siempre con Chiro y la llamaba "unko" (literalmente "mierda"). Ibushi se ha cambiado de instituto y ahora va al de Hashimoto y, de hecho, se hace colega de él, un poco "a la fuerza"... Ibushi recuerda perfectamente a Chiro y, cómo no, sigue llamándola "unko", ante lo que ella reacciona con extrema timidez y vergüenza (y más si está Hashimoto delante). En fin, imagino que Ibushi dará bastante de qué hablar en los tomos sucesivos, cómo no.
Otro tema. En la reseña de Lovely Complex comentaba que Love Com había roto el tabú que existía hasta entonces de no utilizar dialectos del japonés fuera del estándar de Tokio (leed esa reseña para más detalles). Qué sorpresa la mía al empezar a leer Hatsukare por pura casualidad (simplemente cogí uno de los shôjos de la pila de manga que tengo en la pila de "lecturas futuras") y comprobar que en todo el manga, íntegramente, se utiliza el dialecto de Kansai. La historia ocurre en una zona ficticia de Japón, imagino que situada imaginariamente dentro de Kansai, concretamente en la zona de Osaka a juzgar por las expresiones que usan. No deja de ser curioso, ya que Love Com tenía cierta excusa para usar el dialecto de Kansai (es una especie de función de manzai mezclada con romance), pero es que en Hatsukare no hay ningún motivo en especial para usar este dialecto. Según veo, la autora es nativa de esta zona de Japón y posiblemente quiso usar su propio dialecto en su obra, sin ningún motivo en particular. Y como Love Com rompió el tabú y consiguió un éxito arrasador, imagino que su editor le dejaría hacerlo sin ningún problema. Creo que es una tendencia muy sana y además, como "kansaiero" de pro que soy al haber vivido unos años en Osaka y Kioto, sinceramente me alegro.

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jueves, 7 de febrero de 2008

Dibujantes occidentales en Japón - El Morning Manga Fellowship

Varios comentarios, e-mails e investigaciones posteriores al post de Rosario me han permitido empezar a arrojar más luz sobre lo de la beca de Kôdansha Morning Manga Fellowship. He decidido resumirlo todo en este post, que iré actualizando a medida que vaya averiguando más cosas. No hace falta ni decirlo, vuestra colaboración es valiosísima y cualquier nueva información que podáis hacerme llegar (a través de los comentarios o del mail) será muy bienvenida.

Españoles que publicaron en Japón en los años 90:
  • Jaime Brocal Remohí. Serializó Kami no ude en la revista Afternoon. La obra fue publicada posteriormente en tomo, en abril de 1994, y acabó siendo traducida y editada en España por Planeta deAgostini, con el título El brazo de dios. (Reseñada aquí).
  • Juan Carlos Beneyto. Su obra Kabel Imagines (reseñada aquí) se serializó irregularmente en la revista Afternoon entre los números de febrero de 1993 y enero de 1996 (puesta a la venta a principios de diciembre de 1995). Posteriormente se recopiló en un tomo publicado en diciembre de 1995.
  • Kaffa. Publicó 11 entregas de Planeta viviente en la revista Morning, entre el 9 de abril de 1993 y el 3 de agosto de 1995. Parte de esta obra está disponible on-line, curiosamente. (Click aquí)

  • Ignacio. Su obra Majo -Stranger- (La bruja) fue presentada dos veces en la sección Pierre et ses amis de la revista Morning, el 9 de septiembre de 1993 y el 12 de mayo de 1994.

  • Calpurnio. Cuttlas sería presentada en la sección Pierre et ses amis dos veces (9 de diciembre de 1993 y 7 de abril de 1994) y posteriormente tres entregas de la misma obra serían serializadas entre el 23 de marzo y el 23 de noviembre de 1995.

  • Maldonado. Serializó Rosario en 12 entregas entre el 30 de marzo y el 22 de junio de 1995. Única historieta de un autor español publicada en la Morning posteriormente recopilada en libro. (Reseñada aquí)

  • Abel Ippólito. Fue uno de los becarios españoles, pero sólo consiguió publicar cuatro historias de La familia Sapo (reaprovechadas de antes) y algunas ilustraciones.
  • Ricard Castells. Publicó su obra Poco (¿en la Afternoon?).
Una curiosidad:
  • En la beca Manga Morning Fellowship se cobraban 500.000 yenes al mes (587.368 pesetas de la época = 3530,15 euros) y Kôdansha pagaba el alojamiento.
Otros autores occidentales que publicaron en Japón, para Kodansha, durante los años 90 (fuera del marco de la sección Pierre et ses amis):
  • Pierre-Alain Szigeti (editor y cazatalentos - Francia)
  • Vittorio Giardino (Italia)
  • Christophe Kourita (Francia)
  • Bruno Leandri (Italia)
  • Joly Guth (Francia)
  • Edmond Baudoin (Francia)
  • Frédéric Boilet (MMF - Francia)
  • Moebius (Francia) / Jirô Taniguchi (Japón)
  • Baru (Francia)
  • Cizo (Francia)
  • Eric Violet (Francia)
  • Marcello Jori (Italia)
  • Alex Barbier (Francia)
  • Andreas Dierssen (Alemania)
  • Alex Varenne (MMF - Francia)
  • Beb-Deum (Francia)
  • David Mazzuchelli (MMF - USA)
  • Paul Pope (MMF - USA)
  • Tom Hart (USA)
  • Igort (Italia)
  • Silvio Cadelo (Italia)
Página de Super Trouble, obra de Paul Pope para Kôdansha

FUENTES E INFORMACIÓN DETALLADA


Hara, Masato.
1990年代『モーニング』の海外マンガ紹介について (Acerca la presentación de cómic extranjero en la Morning en los años 1990). Manga Kenkyû, vol. 13. for Japan Society for Studies in Cartoon and Comics, 2008.

INFO NÚMERO 1

[El MMF (Morning Manga Fellowship) se fundo en Kodansha en 1992 para celebrar el decimo aniversario del magazine Morning. Esta encarado a beneficiar a autores, editores, periodistas o estudiosos sobre el manga y la vida en japon, viviendo un año en Japon con el apoyo de Kodansha, o sea, estudiando la materia que te interese en sus oficinas.]

Pregunta: (...) Abel sí que quiso iniciar una trayectoria profesional y en otro país, ¿no?

Abel Ippólito: Exacto: Me fui a Japón en octubre de 1997 y estuve allí un año y un mes becado por la poderosa empresa Kodansha, que me pagaba alojamiento y 500.000 yenes al mes. Una pasta. Aunque la idea de irme al otro lado del mundo me imponía, preví que a lo mejor podría asentarme allí como profesional y, luego, venirme, montar un estudio en España con la idea de de que Enrique [Carlos Martín] actuase como entintador.

P: ¿A qué atribuyes que te aceptasen entre todos los españoles que se presentaron: Castells, Maldonado...?

AI: Los japoneses venían buscando sobre todo narradores y, según yo creo, como no se trajeron una traductora, contrataron a buenos dibujantes, buen material visualmente, no leyeron los textos de las historietas. Yo creo que no era el tipo de narrador que buscaban, buscaban narradores con nuevas ideas, pero también buscan un cierto tipo de dibujo, muy elaborado, como el de Das Pastoras.

Los de Kodansha allí publicaban las revistas / tocho Afternoon y Morning. En la primera, que es para frikis, publicaban autores de renombre y con obra de aspecto esplendoroso; sale una vez al mes y es como una guía telefónica muy gorda. En Morning había siempre mejores guiones y peores dibujantes, y se publicaba semanalmente, algo más delgadita. Cuando yo llegué a Japón me contrataron para el Afternoon, donde me encontró con que Mazzuchelli discutía mucho con el director editorial. Fíjate que solamente a Luis Alberto Maldonado y a mí nos dieron una beca de un año entero. Era porque los japoneses no se atrevían a imponer a los autores viejos, experimentados, que aprendiesen la narratividad propia del cómic japonés. Los cambios a que le obligaban, no satisfacían a Mazzuchelli nunca, por ejemplo, pero con nosotros, al vernos jóvenes, sí que se propusieron enseñarnos esa manera de narrar; y nosotros nos prestamos a ello. Aprendimos el idioma y nos dispusimos a trabajar duro. Cada semana teníamos que entregar un “nemu”, que en japones viene a significar aproximadamente story-board, una historieta de 40 páginas esbozada en el dibujo pero con los diálogos perfectamente acabados. Vamos, que se pudiera leer.

P: ¿Ese ritmo... todas las semanas?

AI: Sí, había que inventarse nuevas propuestas cada semana: El editor lo corregía y el jefazo emitía una decisión final. Era un ritmo terrible, y se publicaba muy poco de ese trabajo. Yo tengo hechos 20 ó 30 nemus. En mi caso se publicaron... ninguno. “La familia Sapo”, que es lo que allí publiqué, fueron 4 historias que ya habían sido dibujadas en España, más dos ilustraciones para anunciar un concurso, tanto en Afternoon como en Morning. Maldonado publicó Rosario, seriada primero en Morning y luego recogida en libro. Aparte de eso, Maldonado únicamente creo allí unos chistes. Ahora que recuerdo... también participé en un acto de creación comunitaria, colectivo, una historia con dibujos de todos los autores de la casa (Takeshaki, Kenishi Sonoda, Hiroaki Samura, Fujishima...) para publicarla en Afternoon. No te lo pierdas: Me llamaron desde Japón hace una semana, después de 6 años de diferencia, ¡para pedirme permiso para reeditarlo y también para pagarme esa colaboración! 7500 pesetas por un dibujo minúsculo. Desde luego, son los tíos más honrados del mundo

P: ¿Porqué volviste del Japón?

AI: Cuando yo llegué ya me avisaron de que las cosas no estaban muy bien, que no eran prometedoras. Maldonado entró en un estudio a trabajar como colaborador, pero el ritmo de trabajo era demasiado duro incluso para él. Además, ellos no te enseñan; te dicen lo que está mal pero no te lo corrigen nunca, porque su filosofía de vida les impide condicionarte. El director comercial del departamento de Kodansha al que yo estaba ligado comenzó a vigilar más las publicaciones porque la recesión del manga nos alcanzó antes de poder empezar a disfrutar del éxito, o del fracaso, y decidió que los autores extranjeros se marchasen de Japón. Comenzaron a tratarnos con algo más de desinterés y, aún así, yo me quedé allí 6 meses más que los demás, porque pagaban bien y aún tenía algo de esperanza. Volví cuando me abandonó la esperanza.

Fuente: Tebeosfera, Entrevista a Tremendo Estudio, realizada por Manuel Barrero en Sevilla, en II-2002

INFO NÚMERO 2

“Todo empezó en el año 93. Entonces la editorial Kodansha, que no es la más importante de Japón pero forma parte del grupo editorial más fuerte de Asia, decidió ir por todo el mundo buscando ilustradores para sus tebeos, o manga. Entonces ellos llevaban dos revistas. ‘Morning’, un semanal que tiraba un millón de ejemplares y ‘Afternoon’, un mensual que rondaba los ochocientos mil.

Llegaron a España buscando nuevas ideas y, al principio, se quedaron muy impresionados por los dibujos. En Japón lo más importante es la historia que se cuenta y no están acostumbrados a dibujos tan elaborados como lo son los españoles. Yo entré en contacto con la editorial en la feria del cómic de Barcelona. Les gustó mi trabajo y comenzó la aventura. De hecho terminaría viviendo en Japón desde el 96 hasta el 98. Pero la cosa no fue fácil. Los autores occidentales fracasamos todos, incluso los consagrados, como Moebius.

No hubo muchos autores que se quedaran allí. Sólo Alberto Maldonado y yo decidimos instalarnos. A nosotros nos trataban de forma un poco distinta porque, como éramos muy jóvenes, intentaban instruirnos, dentro de lo respetuosos que son los japoneses, en su forma de hacer tebeos. Pero no hubo manera. Incluso aprendimos japonés, pero su forma de contar las cosas es muy especial. Es como intentar contar un chiste muy bueno en polaco, que termina perdiendo la gracia… En fin, nosotros allí hablábamos polaco”.

En el 98 la editorial entró en crisis y decidieron terminar con el proyecto de los dibujantes extranjeros que, al fin y al cabo, era un proyecto de riesgo. Así que regresamos a España. Aquí hay muy poca gente que pueda vivir profesionalmente del cómic. Una vez aquí decidí no vivir del cómic y seguir mi propio ritmo. De alguna manera el estilo manga me había influido. Sobre todo la cadencia con que cuentan las historias. Aquí tienes muy poco espacio para un tebeo –puedes contar, más o menos, con ocho páginas mensuales si publicas regularmente- y allí es casi ilimitado –unas 22 páginas semanales que son fácilmente ampliables. El tiempo pasa en manga como en aquellos dibujos japoneses, ‘Oliver y Benji’, donde había mucha acción y la trama era tan rápida como lo es un partido de futbol, pero donde todo pasaba muy, muy lentamente.

Fuente: Dibunet.com, a partir de un artículo publicado en El País.

INFO NÚMERO 3
Poco, de Ricard Castells

¿De qué va? // Ambientado en la Barcelona de 1923, narra la historia de la amistad de Poco, un vampiro amnésico de maneras apocadas, con una peculiar niña de clase baja que decide "adoptarlo" y cuidar de él, a la vez que ayudarlo a recuperar la memoria perdida.

Sobre el cómic
// Poco nació como un encargo de la gigantesca editorial japonesa Kodansha, que en 1994 contrató a diversos autores occidentales (entre los que figuraban nombres de la talla de Trondheim, Baudoin o Mazzucheli) para que realizaran historietas directamente para el mercado nipón. La editorial dió a Castells absoluta libertad para hacer lo que quisiera y así vieron la luz varias entregas de Poco que unos años más tarde (en 1999) serían recuperadas para el mercado español por Sinsentido en forma de álbum. En el 2001 la misma editorial publicó un segundo álbum, creado ya expresamente para España, y que resultaría nominado a la Mejor Obra del 2001 en el Salón del Cómic de Barcelona.

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R.C: Tal vez más... Hay un álbum que se llama " Ecuador " que hice entre los años 80 y 84, hay un conjunto de historias breves realizadas entre el 84 y lo de "Lope..." y posteriormente alguna historia más, también breve; y después las 46 páginas de mi relación con la editorial japonesa Kodansha, más unas cuarenta páginas más...

R. de V: ¿Y para Kodansha qué hacías? ¿"Manga" por así decirlo, o no?

R.C: Llámalo como quieras...

R.de V: Lo digo porque "Lope..." no tiene nada que ver con el "manga" ¿no?

R.C: No, no, y el manga tampoco era manga, Era manga en cuanto a la lectura, que era de derecha a izquierda.

Fuentes: Ficha sobre el álbum Poco, en Guía del Cómic y Entrevista a Ricard Castells por Ruiz de Villalobos y La i.

INFO NÚMERO 4
"El Brazo de Dios. En 1994 los cazatalentos de la editorial nipona Kôdansha se desplazaron a Europa para refrescar la estética de sus publicaciones en busca de nuevo público, y sorprendentemente contrataron al veterano valenciano Brocal Remohí para hacer un manga sobre mitología japonesa. Brocal hizo un jidaimono excesivo donde mezclaba el sintoísmo con lo bárbaro titulado Kami No Ude. En España obtuvo edición por Planeta-DeAgostini en la colección de comic books El Brazo de Dios al año siguiente." (Referencia)

"En 1996, se convierte en el primer europeo en dibujar un Manga, por cierto, "excepcional". La historia de Kami no ude, muy original y la realización de Brocal, nos da una historia en cinco partes para quitarse el sombrero." (Referencia)

"En 1996 se convierte en el primer europeo en dibujar un Manga "Kami No Ude", una adaptación orientalizada de sus héroes vikingos." (Referencia)

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miércoles, 6 de febrero de 2008

Rosario

  • Título: ロサリオ -Rosario-
  • Autor: Maldonado
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 1995
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 1


Esta entrada va a ser un poco atípica. Primero, porque quiero contar un tema que hace mucho tiempo que me interesa y del cual no hay información por ninguna parte. Hace años que quiero investigar esto (haciendo entrevistas y tal) y no acabo de ponerme, porque nunca he encontrado el momento. Segundo, porque me gustaría que fuera un post "interactivo", a ver si surge algún lector que proporciona información complementaria para investigar entre todos un poco el caso que comentaré.
Bien, no sé si a alguno de vosotros (tal vez a los veteranos sí) le sonará que a principios-mediados de los años 90, Kôdansha se sacó de la manga (nunca mejor dicho) una especie de beca, llamada "Morning Manga Fellowship", con la que invitaba a autores europeos y americanos a Japón para que trabajaran para la revista Morning. Aparentemente, su intención era renovar un poco el género, buscar nuevos autores, en el extranjero, que pudieran aportar algo al mundo del cómic japonés, y para ello ficharon a prometedores autores jóvenes. El primero de ellos fue Frédéric Boilet, que más tarde fundaría el movimiento de la "nouvelle manga" y conseguiría cierto reconocimiento. De hecho, y aquí adelanto un poco los acontecimientos, es el único que acabó fijando su residencia permanente en Japón y tener cierto renombre allí. Otros autores, que yo sepa, son Lewis Trondheim, Baru, Alex Varenne, Benoît Peeters y Paul Pope. Como veis, amplia representación francesa, y algunos de ellos son pesos pesados actualmente en el mundo de la BD.
El caso es que el experimento no cuajó. En absoluto. Fracaso total y estrepitoso. Según me contó el mismo Boilet durante su visita en el pasado Salón del Manga, los autores extranjeros tenían dificultades para adaptarse a la vida japonesa, y además tampoco era muy bienvenido el típico estilo de los editores japoneses de exigir (bueno, pedir amable pero insistentemente) que se hagan las historias que ellos quieren, no las que los autores quieren dibujar. Como anécdota, me comentaba que el editor del proyecto le pidió que dibujara la historia de un japonés ligoncete en París... Cuando lo que él deseaba hacer, con lo que realmente se sentía identificado y podía poner mucho de sí, era la historia de un francés en Tokio. Al fin y al cabo, me decía, "¿qué narices podía saber yo sobre cómo se sentiría un japonés en París, cómo actuaría, qué haría, etc.?" En cambio, evidentemente, Boilet sí sabía cómo actuaba un francés en Tokio... Al final, el editor se salió con la suya, pero no con Boilet, que nunca cedió, sino con Varenne, que acabó creando Kiro. ¿Y de qué va Kiro, de Alex Varenne? Pues de un japonés que liga con francesas jamonas en París (también tengo este tomo, ya lo comentaré otro día). Boilet también se salió con la suya, por cierto (un poco tozudo sí es el tío ^_^), y publicó con otra editorial Tokio es mi jardín, que incluso podemos leer en español.

¡Ele! ¡Así se baila!

Es curioso, pero muy poca gente sabe que dos españoles han publicado en Japón, en la revista Morning ni más ni menos, y han sacado un tomo cada uno en el mercado japonés. Sorry, jóvenes mangakas, ya no podéis aspirar a ser "el primer español que publica un tomo en Japón" porque este título lo tiene Maldonado, dibujante nativo de Almuñécar para más señas. En su afán por encontrar autores e historias interesantes por el mundo, Kôdansha llegó también a España, donde se asoció con la editorial La Cúpula durante un tiempo. No sé si Maldonado llegó a Kôdansha a través de La Cúpula o si lo hizo independientemente, si alguien lo sabe podremos esclarecer un poco más esto.
Maldonado fue uno de los agraciados que recibió la beca de Kôdansha, hizo las maletas, se fue a Tokio y acabó publicando en la revista Morning, entre los números 15 y 27 de 1995, una historia llamada Rosario. Me imagino al editor diciéndole a Maldonado: "hombre, chico, bienvenido a Tokio. ¿Español, no? Pues venga, márcate una historia de flamenco, que eso a los japoneses nos mola". No sé si a Maldonado le gusta el tema del flamenco o no (creo que sí, por lo que comenta en las historietas autobiográficas del final del tomo), pero fijo que el editor le "invitó amablemente" a crear una historia en la que el flamenco tuviera un papel central, y él tuvo que ceder. Sí, ya, ya sé...
La historia empieza una noche, en un tablao flamenco de una ciudad cuyo equipo está a punto de subir a la segunda división en un partido decisivo. El tablao está vacío y su propietario ha llamado a Rosario, una antigua bailaora, para que cubra las ausencias de las bailaoras titulares. A ese tablao acuden Pedro y Juan... Y casi ningún cliente más, por culpa del "furgo". Pedro es un auténtico fanático del flamenco y sabe algo sobre una tal "Rosario" que era una increíble bailaora, y se ilusiona muchísimo cuando se entera de que alguien con este nombre bailará esa noche. Total, que Rosario baila, Pedro alucina pepinillos, y se prenda de ella. La historia evoluciona con la búsqueda de Rosario por parte del ingenuo y santurrón Juan, ayudado por el pícaro Pedro. En medio de la trama, una historia de drogas, desconfianza, puticlubs... En fin, esa España tan bonita que tenemos.
¿Mi impresión? Argumentalmente, para mi gusto, es un poco aburrido. No sé un japonés qué pensaría, porque ellos cuentan con el factor "exótico" que puede que les mole, pero ciertamente no es una obra destacable por su argumento. En el plano gráfico... Es muy curioso el esfuerzo consciente que Maldonado tuvo que hacer para adaptarse al estilo japonés, pugnando a la vez por mantener su estilo propio. El hecho de usar las tramas, de "descomprimir" la historia para que dure muchas páginas, viñetas grandes, "splash pages", bocadillos en forma vertical para que puedan acomodar al texto japonés... Curiosísimo. Pero, ciertamente, deja bastante que desear.
Si algún día Maldonado lee esto, espero que me perdone, no estoy muy seguro de que él quiera que esta obra vea la luz ^_^ Igual está el tío ahora tranquilo pensando "buf, menos mal que nadie sabe que una vez publiqué 'eso' en Japón". Si me lees y opinas así, lo siento, no lo he hecho con mala intención (es broma) ^_^
Antes he dicho que hubo dos autores españoles en Japón en esta época. Pues bien, esto es parte del "programa interactivo" que me gustaría montar en este post. Yo he tenido en mis manos, hace ya unos años, ese tomo de ese otro autor, pero no recuerdo ni el título ni el nombre del dibujante, ni tampoco he podido encontrar ninguna referencia. Sé que era un cómic muy surrealista, que iba de unos entes con formas raras que flotaban por el espacio, que usaba mucho el color negro y que era francamente raro. Éstas son todas las pistas que tengo. Así, la primera pregunta del "trivial", sería,
  • ¿Alguien sabe el nombre del otro español que publicó para Morning y el título de su obra?
Y más preguntillas:
  • ¿Más autores que participaron en el Morning Manga Fellowship?
  • ¿Cuántos tomos acabaron saliendo? Yo tengo Rosario (de Maldonado) y Kiro (de Varenne)
  • ¿Más detalles sobre la beca? ¿Cuál era la asignación, contratos, por cuánto tiempo, ayudas para instalarse en Tokio...?
  • Otras cosillas que podamos averiguar...
¡A ver si entre todos conseguimos saber un poco más sobre esta interesante iniciativa del Morning Manga Fellowship, que fracasó tan estrepitosamente y sobre la cual hay cero información, al menos en Internet!

ACTUALIZACIÓN: Tras realizar esta entrada, hice unas cuantas investigaciones y decidí recopilar todo lo que iba averiguando en este otro post. De momento, varias preguntas han encontrado respuesta. El otro tomo de un autor español que fue publicado por Kôdansa es Kabel Imagines, de Juan Carlos Beneyto. También tenemos una lista de autores occidentales que gozaron en la beca, o como mínimo publicaron en Japón, así como la cuantía económica que se percibía y varios otros detalles.

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