- Título: サザエさん –Sazae-san–
- Autor: Machiko Hasegawa
- Editorial: Shimaisha
- Revista: Periódicos Fukunichi y Asahi, entre otras publicaciones
- Años publicación: 1946-74
- Clasificación: costumbrista, tiras de periódico
- Tomos: 68
¡Seguimos con la “Semana Machiko Hasegawa"! Ya en el post sobre Sazae-san uchiakebanashi hablé bastante sobre Sazae-san, LA serie japonesa de tiras de periódico por antonomasia, por lo que igual repito algunas ideas aquí.
Machiko Hasegawa, natural de Fukuoka, en la sureña isla de Kyūshū, empezó a dibujar una serie de historietas de cuatro viñetas para el periódico local Fukunichi en 1946, cuando tenía 26 años. En aquella época, era muy infrecuente que hubiera mujeres que se dedicaran al cómic, y de hecho seguiría siéndolo durante al menos una década más, si no dos, lo que convierte a Hasegawa en la gran pionera de las dibujantes de manga.
La serie Sazae-san se centraba en historietas humorísticas protagonizadas por Sazae, un ama de casa bastante pizpireta y espabilada, aunque por otro lado lo cierto es que Sazae, dentro de todo, era una mujer bastante normal y tenía muchísimo en común con la mujer media de la época (mejor dicho, de las épocas, en plural, ya que el personaje evolucionó junto con la sociedad), y lo mismo se puede decir de su familia. Dicho de otro modo, todo el mundo, hombres y mujeres, podía identificarse con ella.
Aunque el área donde se desarrolla Sazae-san empieza siendo la ciudad de Fukuoka, de donde era la autora, cuando esta última se mudó a Tokio, en 1949, Sazae se mudó con ella a la capital. Previamente, en el último capítulo publicado en Fukuoka, Sazae se había casado con el que le acompañaría desde entonces hasta el final de sus aventuras, el bueno de Masuo. Así, Sazae pasó de ser conocida por el apellido Isono a adoptar el apellido de su marido, Fuguda (aunque el apellido Isono seguiría muy vigente en la serie por sus hermanos pequeños Katsuo y Wakame y sus padres Namihei y Fune), e incluso tuvo un hijo, Tarao (huelgan comentarios sobre el nombrecito XD). Por cierto, todos estos nombres tienen que ver con cosas del mar: Sazae es una especie de caracola marina muy grande, Fugu (de Fuguda) es “pez globo”, Isono sería “campo de arrecifes”, Katsuo es “bonito” (el pez), Wakame es un tipo de alga comestible, Namihei sería “olas”, Fune “barco” y Tarao viene de “bacalao”.
En fin... Casualidades de la vida, en casa tengo, cómo no, el número 1 de la serie y, por fortuna, uno de los últimos, el 65, ambos de la edición original de la editorial Shimaisha (empresa “Las hermanas”). Para confeccionar esta reseña he decidido leerlos los dos, y me alegro muchísimo de haberlo hecho, puesto que he podido ampliar mucho mis miras respecto a la serie. Por cierto, la Shimaisha fue la empresa fundada por Machiko Hasegawa junto a su hermana Mariko, que hacía las veces de mánager de Machiko (que, por cierto, nunca se casó ni formó familia).
Para empezar, desde el punto de vista de un occidental, las historias de Sazae-san son generalmente... muy japonesas. Se centran mucho en festividades, maneras de actuar o comportarse, dichos, juegos de palabras, etcétera. Por otro lado, desde el punto de vista del siglo XXI, se puede decir que es una serie extremadamente centrada en su tiempo (no es de extrañar, ya que se publicaba en un periódico a diario). Es decir, aparecen chistes relacionados con sucesos muy concretos de su tiempo, sucesos muy de la vida diaria, como por ejemplo el aumento de 30 a 40 yenes del precio de los autobuses en 1972 y cosas así... Es decir, incluso a mí, que me considero bastante conocedor de la historia japonesa desde la posguerra, se me han escapado muchos chistes por falta de contexto y en muchas tiras me he quedado con un gran interrogante en la cabeza.
Cabe decir, sin embargo, que estoy hablando de la edición original de la Shimaisha, que viene “pelada”, con las tiras y punto, en tomos de unas 100 páginas. Sin artículos ni nada. Por no tener, el primer tomo ni siquiera tiene una mención sobre las fechas de publicación original de las tiras (por suerte, el tomo 65 sí la tiene). Sin embargo, por lo que he podido ver, la edición actualmente disponible de mano de la editorial del periódico Asahi (de 45 tomos en formato bolsillo) contiene artículos explicativos que complementan a la obra y la hacen más entendible. ¡Menos mal! También existe una edición bilingüe inglés-japonés editada por Kōdansha en los años 90 con el título The wonderful world of Sazae-san (de 15 tomos, aunque por supuesto no incluye todas las tiras), que imagino que también tiene muchos artículos de este tipo... O bien ha sido editada a lo bestia para omitir las tiras más “oscuras” y poner solo las más neutras y entendibles, que seguramente es lo que hicieron.
Al leer dos tomos cuyas historietas fueron realizadas con más de 20 años de diferencia he podido ver muy claramente la evolución del estilo de dibujo de la autora (más tosco al principio y mucho más fino hacia el final), así como el cambio tremendo en la actitud de Sazae respecto a su entorno. Esto se puede comprobar perfectamente en las dos tiras de ejemplo que pongo, una del tomo 1 (1946) y la otra del tomo 65 (1972). En el primer tomo, la familia de Sazae se escandaliza cuando ven que la chica prefiere vestirse a lo occidental en vez de llevar kimono, mientras el propio personaje hace picaresca en los mercados negros y con los cupones de racionamiento, interacciona tímidamente con algún que otro soldado americano del ejército de ocupación, etcétera. Sin embargo, a principios de los años 70, Sazae se queja de la inflación, viste totalmente de estilo occidental, está en contra de la guerra de Vietnam, interacciona con los hippies y en general vive de forma muy distinta a como vivía en sus inicios. Francamente interesante la evolución del personaje junto a la propia sociedad japonesa.
Como ya sabéis, Sazae-san tiene anime, un anime que este octubre de 2009 celebra su 40º aniversario (¡desde 1969!) de emisión ininterrumpida los domingos por la tarde y que además siempre, absolutamente siempre, se corona en el primer puesto de los programas de anime más vistos de la semana. Increíble, ¿verdad?
Machiko Hasegawa, natural de Fukuoka, en la sureña isla de Kyūshū, empezó a dibujar una serie de historietas de cuatro viñetas para el periódico local Fukunichi en 1946, cuando tenía 26 años. En aquella época, era muy infrecuente que hubiera mujeres que se dedicaran al cómic, y de hecho seguiría siéndolo durante al menos una década más, si no dos, lo que convierte a Hasegawa en la gran pionera de las dibujantes de manga.
La serie Sazae-san se centraba en historietas humorísticas protagonizadas por Sazae, un ama de casa bastante pizpireta y espabilada, aunque por otro lado lo cierto es que Sazae, dentro de todo, era una mujer bastante normal y tenía muchísimo en común con la mujer media de la época (mejor dicho, de las épocas, en plural, ya que el personaje evolucionó junto con la sociedad), y lo mismo se puede decir de su familia. Dicho de otro modo, todo el mundo, hombres y mujeres, podía identificarse con ella.
Tira de 1946. Sazae a estudiantes: Eh, chicos, no podéis apoyaros en el escalón. / Cartel: A la estación. / Sazae: ¡Que uno no se puede apoyar en el escalón! (y resulta ser el revisor, que tiene un uniforme muy parecido al de los estudiantes).
Aunque el área donde se desarrolla Sazae-san empieza siendo la ciudad de Fukuoka, de donde era la autora, cuando esta última se mudó a Tokio, en 1949, Sazae se mudó con ella a la capital. Previamente, en el último capítulo publicado en Fukuoka, Sazae se había casado con el que le acompañaría desde entonces hasta el final de sus aventuras, el bueno de Masuo. Así, Sazae pasó de ser conocida por el apellido Isono a adoptar el apellido de su marido, Fuguda (aunque el apellido Isono seguiría muy vigente en la serie por sus hermanos pequeños Katsuo y Wakame y sus padres Namihei y Fune), e incluso tuvo un hijo, Tarao (huelgan comentarios sobre el nombrecito XD). Por cierto, todos estos nombres tienen que ver con cosas del mar: Sazae es una especie de caracola marina muy grande, Fugu (de Fuguda) es “pez globo”, Isono sería “campo de arrecifes”, Katsuo es “bonito” (el pez), Wakame es un tipo de alga comestible, Namihei sería “olas”, Fune “barco” y Tarao viene de “bacalao”.
En fin... Casualidades de la vida, en casa tengo, cómo no, el número 1 de la serie y, por fortuna, uno de los últimos, el 65, ambos de la edición original de la editorial Shimaisha (empresa “Las hermanas”). Para confeccionar esta reseña he decidido leerlos los dos, y me alegro muchísimo de haberlo hecho, puesto que he podido ampliar mucho mis miras respecto a la serie. Por cierto, la Shimaisha fue la empresa fundada por Machiko Hasegawa junto a su hermana Mariko, que hacía las veces de mánager de Machiko (que, por cierto, nunca se casó ni formó familia).
Para empezar, desde el punto de vista de un occidental, las historias de Sazae-san son generalmente... muy japonesas. Se centran mucho en festividades, maneras de actuar o comportarse, dichos, juegos de palabras, etcétera. Por otro lado, desde el punto de vista del siglo XXI, se puede decir que es una serie extremadamente centrada en su tiempo (no es de extrañar, ya que se publicaba en un periódico a diario). Es decir, aparecen chistes relacionados con sucesos muy concretos de su tiempo, sucesos muy de la vida diaria, como por ejemplo el aumento de 30 a 40 yenes del precio de los autobuses en 1972 y cosas así... Es decir, incluso a mí, que me considero bastante conocedor de la historia japonesa desde la posguerra, se me han escapado muchos chistes por falta de contexto y en muchas tiras me he quedado con un gran interrogante en la cabeza.
Tira de 1972. Sazae: ¡Señora, ¿cómo puede permitir que ese gamberro cochino se le cuele?! / Señora: ¡Es mi hijo! ¡¡Había ido a por tabaco!!
Cabe decir, sin embargo, que estoy hablando de la edición original de la Shimaisha, que viene “pelada”, con las tiras y punto, en tomos de unas 100 páginas. Sin artículos ni nada. Por no tener, el primer tomo ni siquiera tiene una mención sobre las fechas de publicación original de las tiras (por suerte, el tomo 65 sí la tiene). Sin embargo, por lo que he podido ver, la edición actualmente disponible de mano de la editorial del periódico Asahi (de 45 tomos en formato bolsillo) contiene artículos explicativos que complementan a la obra y la hacen más entendible. ¡Menos mal! También existe una edición bilingüe inglés-japonés editada por Kōdansha en los años 90 con el título The wonderful world of Sazae-san (de 15 tomos, aunque por supuesto no incluye todas las tiras), que imagino que también tiene muchos artículos de este tipo... O bien ha sido editada a lo bestia para omitir las tiras más “oscuras” y poner solo las más neutras y entendibles, que seguramente es lo que hicieron.
Al leer dos tomos cuyas historietas fueron realizadas con más de 20 años de diferencia he podido ver muy claramente la evolución del estilo de dibujo de la autora (más tosco al principio y mucho más fino hacia el final), así como el cambio tremendo en la actitud de Sazae respecto a su entorno. Esto se puede comprobar perfectamente en las dos tiras de ejemplo que pongo, una del tomo 1 (1946) y la otra del tomo 65 (1972). En el primer tomo, la familia de Sazae se escandaliza cuando ven que la chica prefiere vestirse a lo occidental en vez de llevar kimono, mientras el propio personaje hace picaresca en los mercados negros y con los cupones de racionamiento, interacciona tímidamente con algún que otro soldado americano del ejército de ocupación, etcétera. Sin embargo, a principios de los años 70, Sazae se queja de la inflación, viste totalmente de estilo occidental, está en contra de la guerra de Vietnam, interacciona con los hippies y en general vive de forma muy distinta a como vivía en sus inicios. Francamente interesante la evolución del personaje junto a la propia sociedad japonesa.
Como ya sabéis, Sazae-san tiene anime, un anime que este octubre de 2009 celebra su 40º aniversario (¡desde 1969!) de emisión ininterrumpida los domingos por la tarde y que además siempre, absolutamente siempre, se corona en el primer puesto de los programas de anime más vistos de la semana. Increíble, ¿verdad?
5 comentarios:
creo que este manga es uno de los motivos por los que me sabe mal no saber demasiado japonés =_=
Pues para mí Sazae-san y Chibi Maruko-chan fueron los animes imprescindibles de las tardes de los domingos en la Fuji TV durante casi tres años.
En la edición de Kodansha Bilingual Comics, que es la que yo he leído -aunque no la totalidad de los tomos para mi desgracia-, hay pequeñas notas explicativas a pie de página en un 15-20% de las tiras.
Desde luego, "Sazae-san" no vendería nada en España ni en cualquier otro país que no sea Japón, pero es una delicia. En especial, la evolución de los personajes y de los tiempos, como bien dices. Además, Sazae es una mujer adorable, aunque te ríes casi más con las tiras de antes de casarse. La tendencia que tenía la mujer a quedar en ridículo, pobre.
Por cierto, hace como 10 años, cierto editor que ya no ocupa ese puesto, me contó que los japoneses no negociaban por esta obra. La consideraban un símbolo nacional y no querían llevarla a otros países. ¿Te suena que haya llegado a algún mercado asiático u occidental?
Raúl, no me suena que haya salido nunca de Japón, y por lo celosos que son los actuales propietarios de los derechos de Sazae-san (y lo celosa que había sido la propia Hasegawa en vida) dudo que, si no hay algún cambio muy gordo, salga nunca más. De hecho, resulta hasta curioso que se realizara esa versión bilingüe.
Lo que sí sé seguro es que el anime de Sazae-san tiene la etiqueta permanente de "not available". Y aunque sí estuviera disponible dudo que nadie la comprara jamás. La serie es demasiado japonesa!
no sabñia que sazae-san estuviera en los kodansha bilingües... tengo que echarle un vistazo a amazon
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