viernes, 7 de agosto de 2009

Tetería Kitarō

  • Nombre del lugar: 鬼太郎茶屋 Kitarō Chaya (Tetería Kitarō)
  • Dirección: 5-12-8 Jindaiji-Motomachi Chōfu-shi, Tōkyō-to (182-0017) (Google Maps)
  • Cómo ir: En bus Keiō u Odakyū (dirección Chōfu-eki kitaguchi) desde las estaciones de Mitaka o Kichijōji (JR línea Chūō) / En bus Keiō (dirección Jindaiji) desde las estaciones de Chōfū o Tsutsujigaoka (Keiō) / En bus Keiō u Odakyū (dirección Mitaka-Kichijōji) desde la estación de Chōfu (Keiō). Parar en las paradas Jindaiji Iriguchi o Jindaiji Shōgakkō y andar unos cinco minutos
  • Precio: entrada gratuita
  • Horario: De 10.00 a 17.00. Último pedido de comida o bebida a las 16.30. Cerrado los lunes no festivos.
  • Web (solo en japonés): http://www.youkai.co.jp/chaya.html

Cuando Shigeru Mizuki se mudó definitivamente a Tokio, fue a parar a la entonces pequeña ciudad de Chōfu, al oeste de la capital japonesa, y aún vive allí desde hace décadas. Por tanto, en Chōfu también le tienen un aprecio especial al anciano maestro mangaka, y en 2003 decidieron dedicarle un pequeño espacio: esta “Tetería Kitarō” (Kitarō Chaya).

La tiendecida de merchan y paridillas

Fue en marzo de 2008 cuando me entraron ganas de dar un friki-paseo de los míos y decidí ir primero a la Kitarō Chaya y después al bar-restaurante Jackson Hole (de Nana), ya que ambos sitios están en Chōfu y calculé que podía ir por la mañana a la tetería y luego llegar al Jackson Hole justo para la hora de comer. Desde la tetería hasta el Jackson Hole hay un buen trecho, unos 40 minutos andando o así, y no puedo decir que recomiende especialmente el paseo ya que no vi nada interesante en el camino: ninguna tienda rara, ningún templo misterioso, nada. Así que, si quieres ir a la Kitarō Chaya, tal vez es mejor ir y volver en bus y punto.

¿Qué mejor lugar para relajarse que la terracita? ¡Genial!

En fin, ¿y qué es la Kitarō Chaya o “Tetería Kitarō”? Pues se trata de una antigua tetería de madera tradicional japonesa, perfectamente conservada, solo que adornada con motivos yōkai desde que en 2003 fue convertida en lo que es ahora. Es un sitio encantador. En la planta baja tenemos una zona en la que se vende todo tipo de merchandising relacionado con la obra de Mizuki, incluidos libros y mangas suyos, y un apartado con dos o tres mesas donde uno puede sentarse a tomar un té (por supuesto, que por algo es una tetería) y algún dulce. Destaca el Medama oyaji kuri zenzai (Zenzai con castaña del “padre ojo”), donde se nos sirve un delicioso zenzai con una bolita de mochi que representa al padre de Kitarō (básicamente, un ojo con patas). Estaba muy bueno, por cierto. Ah, también destaca la “Cerveza Kitarō” y otras chorradillas del estilo.

Aquí te puedes sentar a tomar tu té o tu comida. Atención a los detallitos y muñequitos.

Luego, se puede subir por una estrecha y empinada escalera de madera al piso de arriba, donde hay una pequeña muestra de estatuillas yōkai y demás, así como una encantadora terracita en la que relajarse un rato en medio de la tranquilidad de la zona, ya que da a un pequeño estanque con tortugas. Lo que más me gustó de la tetería es la generosa cantidad de detallitos que hay por todas partes, como muñequitos de seres sobrenaturales por aquí o por allá, pequeñas representaciones de yōkai pintadas o colgadas en los sitios más inesperados, etcétera. Se nota que lo hicieron con muchísimo cariño.

Detalles encantadores por doquier

La Kitarō Chaya está situada al principio de una pequeña calle que lleva al templo budista Jindaiji. Es una de las típicas “calles de peregrinaje” con numerosos comercios tradicionales que venden recuerdos, comida y amuletos varios (como muñecos daruma). Este tipo de calles que conducen a templos pueden ser encantadoras o más bien sosas, pero en el caso del Jindaiji os aseguro que es una de las calles más con más carisma que he visto en Japón; realmente bonita y con mucha variedad de tiendas, chiringuitos y ambiente.

¡Y más detalles!

Francamente, hay que tener bastantes ganas de ir a este lugar, ya que el acceso es bastante complicado e implica subir a un bus, lo que no es fácil si uno no sabe japonés o va con alguien que sepa. Aun así, tampoco es imposible llegar si uno se enrolla con los pasajeros del autobús o con el conductor y les dice que “avíseme cuando lleguemos al Jindaiji, kudasai”. Si tienes una mañana en Tokio, no sabes qué hacer y te gusta o interesa el mundo de Shigeru Mizuki, recomiendo mucho esta visita. Por cierto, creo que se puede combinar bien con una visita al Museo Ghibli, ya que desde la estación de Mitaka (donde está Ghibli) se puede tomar un bus hacia el templo Jindaiji.

¡Y más estatuillas y detalles!

1 comentario:

Raúl Izquierdo dijo...

No sé yo si estaría muy tranquilo tomando un té ahí dentro, ¿eh? Sobre todo con esas ¿lámparas? con ojos, XD