viernes, 26 de septiembre de 2008

Ozu Yasujirô no nazo (El misterio de Yasujirô Ozu)

  • Título: 小津安二郎の謎 -Ozu Yasujirô no nazo- (El misterio de Yasujirô Ozu)
  • Autor: Masahiro Sonomura (guión) / Mariko Nakamura (dibujo)
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 1999
  • Clasificación: seinen, biografía
  • Tomos: 1

Pues nada, todo lo bueno se acaba y mis vacaciones no iban a ser una excepción. Toca volver al trabajo y a la rutina diaria, algo que tampoco me desagrada, francamente. Me encanta viajar y perderme por el mundo, pero también disfruto del día a día normal. En fin, reanudemos el blog con una nueva reseña.
A riesgo de sonar "gafapasta", diré que me encantan las películas de Yasujirô Ozu, considerado uno de los tres grandes directores de cine clásico de Japón junto con Akira Kurosawa y Kenji Mizoguchi. Exacto, estoy hablando de un director de cine cuyas películas más memorables se rodaron en los años 50 (aunque estaba trabajando como director desde los años 30), la amplia mayoría de ellas en blanco y negro y más lentas de desarrollo que el caballo del malo.
Aunque tampoco, por supuesto, le hago ascos a Akira Kurosawa (en Mizoguchi, Naruse, etc. todavía no he entrado), mi favorito de largo en el cine clásico japonés es Ozu. Y esto es porque este director siempre realizó películas contemporáneas a sí mismo, en las que la acción no se desarrolla en el Japón feudal, sino en el Japón de los años 30, 40, 50 o 60 (según el año en el que se rodara la película de turno). Y esta particularidad de su cine, que se centra en las relaciones humanas sobre todo entre familiares, permite abrir una ventana incomparable y totalmente real a un Japón que ya no existe.
Este aspecto es el que a mí me fascina de las películas de Ozu: cómo vivían los japoneses de los años 50, cómo vestían, cómo se comportaban, ¡cómo hablaban! Realmente, en solo 50 años, Japón ha cambiado una barbaridad si comparamos la actualidad con lo que vemos en las pelis de Ozu... ¡Parecían aligenígenas! Esa reverencias, esa sumisión de la mujer, siempre con una sonrisa (muchas veces forzada) en la cara, esas relaciones entre los jóvenes o entre los mayores, o entre mayores y jóvenes, esa manera de hablar con una distinción tan clara entre el lenguaje de los hombres y el de las mujeres, entre el japonés formal y el informal (distinciones que se mantienen hoy en día, pero no de forma tan patente ya que las diferencias se han ido limando con el tiempo). Vamos, para mí, que me gusta el tema clásico y soy un apasionado de la era Shôwa (1926-89), estas películas son verdaderas maravillas.
Porque de acuerdo que una película te cuenta la melancolía de un padre al ver marcharse a su hija de casa para contraer matrimonio (arreglado, por supuesto), otra te cuenta un pique entre dos hermanas y otra las peripecias de unos niños para poder ver la televisión, ¡ese aparato revolucionario que solo unos pocos privilegiados pueden tener...! Sí, las historias pueden parecer anodinas, pero no lo son tanto; y el ritmo de Ozu es lento, lentísimo, pero también absorbente.

Ozu era famoso por su técnica de grabar "desde la altura del tatami", es decir, con la cámara muy baja. Aquí vemos una escena de la grabación de Banshun (Primavera tardía, 1949) donde vemos claramente la posición de la cámara y el director. En la última viñeta, Ozu le da instrucciones al actor Chishû Ryû en la memorable última escena de la peli.

En cualquier caso, como se suele decir, si hay algo, es muy posible que exista un manga sobre ese algo. Y cómo no, existe una biografía de Ozu en forma de cómic, este Ozu Yasujirô no nazo (El misterio de Yasujirô Ozu). Como me dijo un amigo cuando le hablé de este libro, "ah, sí, el misterio de Ozu, sí, claro. Pues es, a saber; poner la cámara a ras de suelo, hablar múuu bajito y moverse múuu despacito". XDD.
De hecho, es el primer libro de un proyecto de Shôgakukan que iba a ser dedicado a varios directores de cine, pero imagino que no les fue demasiado bien porque solo sacaron dos libros más: el de Akira Kurosawa y uno dedicado a Sadao Yamanaka.
El cómic empieza con la visita a Japón de un famoso director de Hollywood, Leslie O. Stan, que contacta con la editorial Shôgakukan para que le ayude durante su visita de incógnito al país a cambio de una exclusiva sobre su visita. La editorial le encarga a la joven Noriko que cuide de Stan y le ayude en todo lo posible; al cabo de poco de llegar Stan, Noriko descubre que su visita se debe a que es un gran apasionado de Yasujirô Ozu y quiere aprender todo lo posible sobre su persona. Así, lo primero que hacen es ir a Kamakura, donde reposa Ozu en una tumba en cuya lápida solo figura el kanji 無 (la "nada"). Por cierto, yo también fui una vez al templo Enryakuji para presentar mis respetos al gran maestro en su tumba... Sí, friki que es uno...
Bueno, sigamos. Stan se queda patidifuso al ver la tumba con el kanji de "la nada" inscrito y se pregunta por qué demonios ese concepto figura en su lápida, en vez de su apellido como sería normal... Así, Stan, Noriko y el joven Hirayama, que se incorpora muy pronto a la historia, realizarán una investigación para averiguar más sobre Ozu, indagar sobre su vida, los conceptos detrás de sus películas, etc. Para ello, se entrevistan con varios actores de la época, técnicos, gente que le conoció (todos gente real, a los que los autores del libro investigaron e incorporaron luego al cómic), lugares que frecuentó, etcétera.
El resultado es un libro muy ameno que nos cuenta la vida de Ozu, sus experiencias, su forma de trabajar, su filosofía y su visión del cine, así como varias anécdotas de sus películas más famosas, como Tokyo Monogatari (Historias de Tokio), considerada su obra maestra. A mí me ha parecido un libro muy interesante. El de Kurosawa también me lo leí hace tiempo y también me gustó mucho, pero este de Ozu es especial para mí, ya que me ofrece una visión de pájaro sobre la persona detrás de esas películas que me fascinan.
Realmente, el cómic es un medio ideal para realizar biografías: uno consigue gozar de una cantidad ingente de datos en forma de texto, pero también de imágenes (muchas de ellas sacadas de fotos reales) para hacerse una idea excelente de cómo fue la vida de una persona. Con las posibilidades que tiene el cómic, no deja de ser bastante irritante que solo en Japón se utilice en todo su potencial didáctico.

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jueves, 4 de septiembre de 2008

Adivina qué mangaka es (IX)

Bueno, gente...
¿Ya habéis vuelto todos de vacaciones? Pues nada, ha llegado aquel momento tan agradable cuando los que no hemos hecho vacaciones durante el verano nos largamos en septiembre y os dejamos con un "aquí os quedáis". ¡Ja, jaaaa! Nah, la verdad es que es la primera vez que hago vacaciones en septiembre, a ver qué tal va la cosa. En cualquier caso, esta será la última entrada hasta dentro de unas tres semanillas, ¡espero que no me echéis (mucho) de menos!
Después de un verano mega intenso, con un porrón de traducciones que preparar para las novedades del Salón del manga, la verdad es que estoy bastante agotado. Y a la vez satisfecho, claro, ya que los objetivos se han cumplido.
Sea como sea, aprovecharé esta entrada para seguir con mi serie "Adivina qué mangaka es". En teoría, esta sería la 8º entrega, pero me parece que el post-esquela de Fujio Akatsuka cuenta también para esta sección, así que he decidido ponerle el número 9.
Veamos, ¿quién es este jovenzuelo de buen ver?


¿Lo sabes? Si no, no tienes más que hacer clic en el link de "Leer el post entero" de aquí debajo y lo sabrás enseguida...

Time machine: unos 20-25 años más tarde...

¡Maestro!

Time machine 2: unos 30-35 años más tarde...

¡Esas gafas de rock star...!

Este caballero de esplendorosa melena leónida en los 80 y lacia y canosa en los 90 es ni más ni menos que Shôtarô Ishinomori 石森章太郎. Sí, he hecho un poco de trampa, ya que justo en el post anterior he comentado una obra suya: Kikaider. La primera foto es de 1972, la segunda es de finales de los años 80 y la tercera de mediados de los 90, de poco antes de dejarnos.
Shôtarô Ishinomori nació en 1938 en el pueblo de Ishinomori (actual ciudad de Tome), en Miyagi. Su nombre tiene bastante guasa, en realidad. Resulta que su nombre real era Shôtarô Onodera, pero como seudónimo eligió para ponerse de apellido el nombre de su pueblo, Ishinomori. Lo que pasa es que lo escribió tal cual era, 石森, unos caracteres que normalmente se leen "Ishimori". Esto provocó que todo el mundo le llamara Shôtarô Ishimori y, aunque a él supongo que no le gustaba demasiado, lo fue aguantando. Hasta que en 1984 decidió que ya tenía bastante y puso una letra "no" en katakana en pequeño en medio de los kanji. Así, todo el mundo lo leería "Ishinomori", que era como él quería que le llamaran. Así, actualmente su apellido nombre se escribe 石森 (con la letra ノ -no- más pequeña).
En fin, da igual. El caso es que este señor, como tantos de su generación, quedó flipado en su infancia por el arte de Osamu Tezuka y decidió hacerse mangaka. Para eso, se fue a Tokio y se instaló, cómo no, en los apartamentos Tokiwa-sô, donde coincidió con Fujio Akatsuka, el dúo Fujio Fujiko y tantos otros de los considerados "padres del manga".
Ishinomori consiguió un gran éxito sobre todo por sus historias de ciencia-ficción, que lo encumbraron a lo más alto. Cyborg 009 es su obra manga más conocida, y Kamen Rider su serie de televisión sentai (adaptada luego al manga por él mismo) con más éxito y de lejos. También se le conoce por haber creado la serie de tres tomos Nihon Keizai Nyûmon (Introducción a la economía japonesa) que fue exportado a Estados Unidos en los años 80 con el título de Japan, Inc., y tuvo mucho éxito porque ofrecía una ventana al entonces misterioso mundo que había detrás del "milagro económico japonés". También destaca su serie Hotel, sobre las peripecias del equipo encargado de un hotel de lujo y la gente que se aloja en él, así como Nihon no rekishi (La historia de Japón) que narra, por supuesto, la historia de Japón en forma de manga.
Como ya comentaba en el post sobre Kikaider, las obras completas de Ishinomori, publicadas en el año 2007 por la editorial Kadokawa, abarcan un total de 500 tomos y 770 historias. Esto le valió a Ishinomori el récord Guiness (póstumo, claro) de dibujante de cómics con más producción publicada. ¡Casi ná!
El apodo de Ishinomori era "el rey del manga"; en contraposición al "dios del manga" que era Osamu Tezuka. Cierto es que sin Tezuka dudo de que Ishinomori hubiese seguido la misma carrera de dibujante (por la evidente influencia que ejerció sobre él, primero como elemento motivador y luego como referente, ya que el estilo del Ishinomori de los años 60-70 se parece enormemente al de Tezuka), aunque si lo hubiera hecho, y si Tezuka no hubiese existido, sin duda sería él quien gozaría actualmente del título de "dios".

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lunes, 1 de septiembre de 2008

Jinzô Ningen Kikaider (Kikaider, el humano artificial)

  • Título: 人造人間キカイダー -Jinzô Ningen Kikaider- (Kikaider, el humano artificial)
  • Autor: Shôtarô Ishinomori
  • Editorial: Akita Shoten
  • Revista: Shônen Sunday
  • Años publicación: 1972-74
  • Clasificación: shônen
  • Tomos: 6


Se suele decir que, si no hubiese existido Osamu Tezuka, el título de "dios del manga" habría recaído en Shôtarô Ishinomori (1938-98). No cabe duda que su prodigiosa capacidad para contar historias, así como su prolífica carrera (de hecho, tiene el Récord Guinness de dibujante de cómics con más títulos editados, tras la edición en 2005 de sus obras completas, que abarcan un total de 500 tomos) tuvo una gran influencia en las generaciones posteriores. No en vano, a Ishinomori le llamaban "el rey del manga". Ya veremos más cosas de Ishinomori en este blog; ahora no es tanto el momento para centrarnos en el mangaka, sino en el manga.
Reseño en esta ocasión Jinzô Ningen Kikaider (Kikaider, el humano artificial), una de sus obras "menores", por pura curiosidad personal. Efectivamente, este mes de septiembre Planeta deAgostini comienza la publicación de Kikaider 02, una obra de siete tomos dibujada por Meimu que está basada en este manga que reseño ahora (es una especie de remake actualizado), y de cuya traducción me encargo yo mismo. No puedo decir que Kikaider 02 sea una de mis obras predilectas ni que lo esté pasando especialmente bien con su traducción,. Pero hay algo con esta obra que me ha dejado una pequeña espina clavada. Normalmente, los cómics de Planeta deAgostini se complementan con uno o más artículos que dan información acerca del entorno de la serie, su autor, etc. Pues bien, algunas veces estos artículos son bastante accesorios, ya que o bien la obra de turno no la necesita, o bien el artículo que se acaba describiendo no aporta nada nuevo al lector. En mi opinión, sin embargo, si hay una obra que necesita un artículo complementario, esta es Kikaider 02, pero lamentablemente, por motivos de paginación, no había espacio para él. Personalmente, creo que el lector que lea Kikaider 02 sin tener ni idea de lo que le rodea se perderá parte de la película, así que este post es más o menos algo que puede sustituir a ese inexistente artículo complementario.
Kikaider 02, el manga publicado por Planeta, contiene un escrito de Shôtarô Ishinomori a modo de introducción y también varios extras, como un par de largas entrevistas en los dos primeros tomos o varios escritos de homenaje escritos por personalidades del mundo del cómic y la animación relacionadas con el mundo de Ishinomori. Todos estos escritos se dedican a loar a Kikaider, tanto el manga original como su adaptación a serie de imagen real para televisión. ambos perfectos desconocidos en España. Todo esto me picó y me instó a conseguir el primer tomo de la obra original para leerlo.

Kikaider contra el robot mantis

Kikaider, el manga original, es una obra muy de su tiempo, con un estilo muy "Ishinomoriesco" y un dibujo muy tezukiano, como todo lo producido por Shôtarô Ishinomori durante los años 60 y gran parte de los 70 (no en vano, Ishinomori fue un gran admirador de Tezuka y también, cómo no, fue uno de los mangaka que vivieron en los "apartamentos del manga" Tokiwa-sô en la primera mitad de los años 50). Pero Kikaider destaca por ser una obra muy oscura y que plantea dilemas muy interesantes relacionados con la ciencia-ficción: ¿Se pueden construir robots "buenos"? ¿Qué es exactamente la "bondad"? ¿Un robot que consiga ser lo más parecido a un humano puede ser "feliz"? Todo esto subyace por debajo de una obra de ciencia-ficción al uso, con luchas entre robots (no gigantes, por cierto) y con una malvada organización que quiere destruir el mundo.
La historia está protagonizada por Mitsuko y Jirô. Ella es la hija de un prestigioso doctor en robótica, el doctor Kômyôji, que hace unos años perdió a su hijo Ichirô y que, para compensarlo, se empeña en crear a un hombre artificial al que pone de nombre Jirô (un poco como el doctor Tenma con su hijo Tobio y Astroboy, pero bastante más oscuro). Pero las cosas se tuercen y el doctor Kômyôji, engañado, acaba aliándose con el malvado profesor Gill Herbert, líder de la malvada organización DARK, para el cual construye trece robots con características similares a las de varios animales en peligro de extinción (un rinoceronte, una mantis, etc.) En cualquier caso, las cosas se lían, ya que al doctor Kômyôji le da por construir, a escondidas de Herbert, ese robot especial al que llama Jirô, y al que dota con un "circuito de la bondad" (el "Géminis") que le impedirá acatar órdenes malvadas. Lo que Kômyôji no contempla es que las cosas se torcerán, el laboratorio en el que trabaja estallará y el Géminis de Jirô no funcionará del todo correctamente. Así, Jirô queda solo y desamparado y, al lado de Mitsuko, tendrá que huir constantemente de los trece robots enemigos y en ocasiones luchar con ellos. Cuando se transforma en modo de batalla, pero, la anomalía en el Géminis provoca que no pueda cambiar por completo y se convierte en Kikaider, un grotesco ser mecánico imperfecto y asimétrico.
Ciertamente, Kikaider 02 se entiende mejor si uno lee antes Kikaider, por varios motivos, casi todos ellos bastante sutiles. Kikaider 02 es una obra pensada originalmente para un público eminentemente cuarentón, que siguió las aventuras del personaje en su versión manga o televisiva en los años 70 y que se sirve del efecto nostalgia para vender. Por lo tanto, Meimu, no sé si consciente o inconscientemente, da varias cosas por sabidas que en Japón seguramente pasan desapercibidas, pero que en España, un terreno "virgen" en lo referente a Kikaider, se convierten en un problema. Aparte, la idea de una organización malvada que quiere conquistar el mundo y un robot que lucha contra ella podía "colar" muy bien en los años 70, pero actualmente, la verdad, a mí me parece pueril y manida. Es cierto que Meimu hace un trabajo encomiable al intentar adaptar el entorno de Kikaider a una problemática más actual y plausible (la contaminación ambiental, la filosofía en general, etc.), pero a mí el rollo de "malvados que quieren conquistar el mundo", en una obra actual, me parece bastante anticuado.
Otras cosas que me habría gustado comentar en ese hipotético artículo para Kikaider 02, si me lo hubiesen encargado, aparte de explicar qué es Kikaider, de dónde viene, quién fue Shôtarô Ishinomori y qué hizo, qué papel desempeñaron las series sentai en la tele japonesa (y, por extensión, en toda una generación) de los años 70 a la estela de Kamen Rider (también creación de Ishinomori, por cierto), son cosas más bien lingüísticas. Por un lado, en el manga Kikaider 02 nunca -excepto en la presentación de personajes- se nombra al personaje como "Kikaider" (es o bien Jirô o bien el "Cero dos"), ni tampoco a su antagonista como "Hakaider". Pues bien, el nombre de estos personajes deriva de las palabras japonesas "kikai" (máquina) y "hakai" (destrucción). Y también otro dato importante para entender mejor la historia es el nombre de tres de sus personajes: Ichirô (hijo mayor del doctor Kômyôji, muerto), Jirô (el humano artificial 02) y Saburô (el humano artificial también conocido como Hakaider). Estos tres nombres son típicos nombres masculinos dados al primer, segundo y tercer hijo, respectivamente, de la misma familia. Me parecen datos importantes que no se han dado.
En definitiva, me ha gustado bastante comparar el manga original de Kikaider con su adaptación moderna, ya que he podido entender mucho mejor el contexto de la obra que estoy traduciendo y lo que significa para el público al que originalmente está dirigida.

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