martes, 29 de enero de 2008

Sakigake! Cromartie Kôkô (¡A por todas! Instituto Cromartie)

  • Título: 魁!!クロマティ高校 -Sakigake! Cromartie Kôkô- (¡A por todas! Instituto Cromartie)
  • Autor: Eiji Nonaka
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Shônen Magazine
  • Años publicación: 2000-2006
  • Clasificación: Shônen, humor
  • Tomos: 17 (completa)

Hay manifestaciones del humor japonés que simplemente no acabo de entender o compartir. A ver, los típicos programas de la tele japonesa que se basan en el "martillazo, risita, otro martillazo y a ver cómo se la pega" tienen su gracia, pero se repiten más que el ajo. Soy consciente de que el humor japonés es complicadillo de exportar, pero quizás en España somos más receptivos a él que en otros países. Sin ir más lejos, aquí han triunfado animes como Shin-chan, Dr. Slump o incluso Musculman, que en otros países occidentales han pasado más bien sin pena ni gloria. Shin-chan, por ejemplo, es un tremendo éxito en España pero en Francia, Estados Unidos, Italia, etc. ha sido un completo y tremendo fiasco. En Estados Unidos ha llegado a haber dos versiones, una traducción normal (fracaso total) y una reescritura a lo bestia -aprobada e incluso impulsada por los japoneses- en la que Shin-chan dice tacos gordos, y es muy-muy grosero. Supongo que lo que buscaban era la provocación, llamar la atención y así ganar audiencia. Pues se ve que así tampoco. Y en cambio, en España parece que el humor japonés del "caca-pedo-culo-pis" sí funciona, o al menos cae en gracia. Si no, ¿a qué se debe el boom Shin-chan aquí y en cambio la indiferencia total en otros países occidentales?
Aunque algunas de las manifestaciones del humor japonés no acaban de gustarme, hay otras que me chiflan. Por ejemplo, parece que soy de los pocos que disfruta como un enano de Gintama, ¡es que yo me parto con las burradas que se inventa su autor y al traducir me río como un gipil$%as, yo solito! Mi serie favorita es Dr. Slump, y la misma Shin-chan, pese a más de 450 episodios de anime traducidos entre nuestro equipo, 35 tomos en catalán, 25 en castellano, unas 10 películas, 4 videojuegos y lo que te rondaré, sigue arrancándome carcajadas. Por lo tanto, no es de extrañar que Cromartie me divierta muchísimo.
El argumento va de que hay un chico, llamado Kamiyama, que es el típico empollón. Tiene un colega que es un macarrilla que además es muy duro de mollera, y le preocupa el hecho de que sus notas no le permitirán entrar a ningún instituto. Kamiyama le anima y le dice que se presente al "Cromartie", el peor instituto de todo Japón, lleno de gamberros que no tienen ni un dedo de frente pero que cuya nota de corte es ínfima (según él, "con sólo que sepas restar, ya entras"). Para probarle su amistad, Kamiyama le dice que se presentará con él al examen... Al final, resulta que Kamiyama aprueba y su amigo no. Así que tenemos a Kamiyama atrapado en medio de un montón de goriloides llenos de cicatrices y caras de malas pulgas, gamberros sin remedio y gente de la peor calaña posible... Que además, son más tontos que una suela de zapato.

El Ikegami del humor

El caso es que Kamiyama acaba adaptándose a todo este nuevo entorno, mejor de lo que él mismo podía imaginar, y se enreda en una serie de situaciones hilarantes. La serie no tiene un hilo conductor como tal, simplemente son un gag detrás de otro en historietas de cuatro páginas aproximadamente. Los gags se apoyan muchísimo en el texto, lo que da como resultado un cómic con una densidad muy grande de texto. La gracia, aparte del propio guión, que es genial, también está en el dibujo, ya que tiene un estilo Ryôichi Ikegami bestial que contrasta muchísimo con la temática humorística del tebeo, lo que aumenta todavía más el efecto cómico. Ese estilo tan estático y de nula expresividad en los personajes de Ikegami (digooo, de Nonaka ^_^) realza las situaciones humorísticas cosa mala.
Aparte de los macarras, en el manga aparecen también personajes que no sé muy bien cómo definir. Por ejemplo, están Freddy (inspirado claramente en Freddy Mercury, de Queen ^_^), que es un tío con bigote, aspecto occidental y pelo en pecho que no habla nada (ni siquiera se sabe si habla japonés); una especie de robot llamado Mekazawa del que nadie (excepto Kamiyama y su quinta) se extraña de su aspecto robótico; o un gorila enorme que parece más inteligente que la mayoría de los alumnos del instituto XDD.

Ahora, al buscar la información sobre los años de publicación y demás para completar la ficha de más arriba, he encontrado algunas perlas sobre esta serie. Una de ellas habla sobre que lo de imitar a Ikegami es totalmente intencionado (ya decía yo), y que el propio Ikegami ha declarado que es un honor que le imiten porque eso es señal de que es un mangaka famoso. No le gustaría que directamente imitaran su estilo como un mono, pero que en el caso de Cromartie no pasa nada porque el registro cómico es totalmente contrario a su registro habitual y que está muy bien. También dijo que le daba cierta rabia que una serie que imita su estilo de dibujo se venda mejor que las suyas propias, ja ja. Por último, también he leído que se ha dado el caso de gente que, leyendo una obra de Ikegami, se ha confundido pensando que estaba leyendo una obra del autor de Cromartie y se ha sorprendido de que un autor de manga cómico pueda cambiar tan radicalmente de registro (^_^).
Otra perlita es sobre el nombre del manga. El autor indica en su obra que, cuando estaban pensando en nombres chungos para el instituto de marras, al tío no se le ocurrió otra cosa que "Cromartie", que es el apellido de un famoso jugador de béisbol que jugó en Japón entre 1983 y 1991: Warren Cromartie. Supongo que Cromartie era conocido por ser muy chungo, no sé. El caso es que al amigo Warren no le hizo ninguna gracia que su apellido fuera usado para un manga donde salen macarras que fuman, se apalean entre ellos y además son tontos de remate, y puso una querella y todo (estos americanos...).
Cromartie tiene una serie de animación (cómo no), de 26 episodios, curiosa porque está formada por episodios de 15 minutos en vez de los 22 minutos habituales. Y además, ¡hay una película de imagen real! Esto hay que verlo, aunque no creo que supere a la fumada de Jigoku Kôshien (Battlefield Baseball), que es de lo más chungo que he visto en película de imagen real. ^_^ Atención al trailer, que tiene una pinta... No sé vosotros, ¡pero yo me la pillo! ^_^ Y además, por lo que oigo, la música es de los Kishidan, ¡no podían encontrar a mejor grupo!

Para los curiosos, sabed que hay una empresa americana, ADV Manga, que ha tenido las narices de publicar el manga en los USA.

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domingo, 27 de enero de 2008

Kingyo-ya koshoten suitôchô (El libro de cuentas de la librería de viejo Kingyo-ya)

  • Título: 金魚屋古書店出納帳 -Kingyo-ya koshoten suitôchô- (El libro de cuentas de la librería de viejo Kingyo-ya) / 金魚屋古書店 -Kingyo-ya koshoten- (La librería de viejo Kingyo-ya)
  • Autor: Seimu Yoshizaki
  • Editorial: Shônen Gahôsha / Shôgakukan
  • Revista: Young King Ours Zôkan Our Girls / Young King Ours Zôkan Ours + / Ikki
  • Años publicación: 2000-2002 / 2004-?
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 2 (completa) + 6 (en curso)


Todos los que escribimos artículos introductorios sobre manga, sea de forma amateur o profesional, acabamos siempre recurriendo a la famosa frase de que "existe manga para todas las edades y estratos sociales, así como para gente de todas las profesiones". Incluso acabamos diciendo (y me incluyo) la famosa frasecita de que "incluso hay manga para amas de casa". Bueno, pues resulta que es verdad.
Ya he comentado alguna vez lo de mi afición por recorrer librerías de viejo japonesas, principalmente las que están especializadas en manga. También sé que hay pocos japoneses que tengan esta misma afición; es decir, existir existen, pero las dimensiones y extensión en páginas y tomos de los manga son inversamente proporcionales al espacio que el japonés medio tiene disponible para almacenarlos. Es decir, que muchísimos japoneses consumen manga pero no lo coleccionan porque simplemente no tienen espacio para guardarlo. Lo que hacen es principalmente venderlo a grandes cadenas de tiendas de manga de segunda mano (tipo Book-Off o Furuhon Ichiba), que acaban funcionando como una especie de bibliotecas de pago (empieza uno comprando un manga nuevo, lo vende a la librería, viene otro que lo compra, luego lo vuelve a vender, etc.) Aparte, están las librerías de segunda mano más pequeñitas, que acaban haciendo la misma función, pero a una escala mucho más modesta. Por último, existen unas pocas librerías de viejo especializadas en manga antiguo de verdad, que son las que tienen esas joyas que a mí me fascinan.
Por la cantidad tan reducida de librerías de manga de coleccionista que hay, así como la cara de pasmo en plan "joder, no pensaba que fueras tan friki" que me ponen los japoneses a los que les digo que colecciono este tipo de obras, deduzco que hay poquísima gente con mi misma afición. Pues bien, como reza el tópico del "existe un manga para cualquiera", ahora puedo decir que, pese a que puede resultar increíble, existe un manga para : se trata de este Kingyo-ya koshoten suitôchô. Ojo, porque no tiene pérdida: la tienda Kingyo-ya (tienda del pez de colores) es una librería de viejo situada en una zona residencial, lejos del bullicio, y está especializada en manga antiguo, en verdaderas joyas de coleccionista. Tiene un stock increíble, con una especie de mazmorra interminable repleta de manga hasta donde alcanza la vista (esto es muy ci-fi, pero se lo perdonaré, hala).

Una página de muestra, con interesante nota al margen explicativa incluida. Aquí se habla de Roppu-kun (1965), de Tezuka, y de una obra llamada Dori-chan ikka (1953), de Shôsuke Kurakane, de la cual no existen reimpresiones.

Alrededor de la Kingyo-ya pulula una serie de personajes, ya que la historia se estructura en historias autoconclusivas cada una diferente, de gente que busca un manga en concreto por un motivo en concreto. Por ejemplo, una de ellas habla sobre un chico que empieza a leer Touch porque su vecino, al mudarse, le regala una bolsa con 25 tomos de esta serie. El chico se lleva el primer tomo al instituto y, justamente, a la chica que le gusta le llama la atención que esté leyendo Touch y le pide que le vaya prestando un tomo al día. Lo que pasa es que Touch tiene 26 tomos en su versión original, su vecino sólo le ha dado hasta el 25, y en las librerías de libros nuevos ya no tienen esa edición (tienen la de bolsillo o la wide-ban). Al cabo de 25 días, el chico se entera de que la chica tiene que irse a otra ciudad (toma dramón). Finalmente, consigue ese tomo 26 y último en la librería Kingyo-ya y se lo da en el último momento, cuando ella ya está dentro del tren y él tiene que correr por el andén para dárselo a través de la ventana (topicazo, sí, ya lo sé, pero funciona, snifff ^_^).
Otra historia: un chico y una chica que se dedican a ganarse unas perras con el "sedori", el arte de comprar a precios irrisorios ciertas obras en tiendas de segunda mano no especializadas y revenderlas a otras tiendas especializadas, como la Kingyo-ya, a un precio mayor (no tenía ni idea de que existiera gente que se dedicara a eso). El chico y la chica acaban enfrentándose en una especie de "a ver quién puede más"; son el terror de las librerías de viejo.

Otra historia nos narra la relación de un hombre con su padre, coleccionista de todos los tomos de Golgo 13 en su primerísima edición. Se ve que Golgo 13 se edita primero en la revista Big Comic; al cabo de un año, se lanza un tomo llamado "Golgo 13 Series Bessatsu", parecido a una revista; al cabo de otro año, ese material vuelve a editarse, en tamaño un poco más pequeño, en la colección "Big Comic Zôkan Golgo 13"; y, finalmente, al cabo de otro año, sale el tomo normal, que será el que se irá reeditando al largo de los años. Pues bien, el padre del personaje, con el que tiene una relación muy complicada, posee toda la colección de Bessatsu de Golgo 13 menos uno. El protagonista acaba descubriendo el porqué de esa falta en la colección: fue el tomo que salió a la venta cuando él nació y su padre no pudo ir a comprarla porque estuvo con él y su madre en el hospital, al complicarse el parto.

La gracia de este manga está en que, como veis, usa obras reales de manga como hilo conductor de las diferentes historias, lo que permite que aprendamos al mismo tiempo que disfrutamos de las varias historias. Además, el autor nos deleita con notas al margen explicando más datos sobre las obras de las que habla. Muchas veces, los manga que hacen de hilo conductor son bastante desconocidos, sobre todo en Occidente (pero me encanta, porque aprendo muchísimo y salen datos como cuál es el manga más antiguo -con viñetas y bocadillos- y cosas así*), pero otras veces se apoya en manga de sobras conocido como Touch, Ginga Tetsudô 999 o Golgo 13.
*Es Otogi Shô-chan no bôken, de Tôfûjin (1923-1926)
Descubrí este manga por casualidad, en una tienda de manga nuevo. Fue como si me llamara, porque aún no sé por qué -supongo que por la hilera larguísima de 9 kanji del título-, el lomo me llamó la atención. Al sacarlo de la estantería, vi la faja publicitaria que ponía algo así como "el manga para los frikis del manga", lo ojeé y, al ver de qué iba, inmediatamente decidí comprarlo. De hecho, compré los dos tomos disponibles, lo que pasa es que hay otra colección que de momento lleva 6 tomos y todavía no la tengo...
Me explico: la serie tuvo un mal inicio, ya que empezó a publicarse en una revista de la editorial Shônen Gahôsha. La revista quebró y la serie pasó a otra revista... que también quebró. Así, Kingyo-ya se quedó en sólo dos tomos. Unos años más tarde, la editorial Shôgakukan decidió recuperar la idea y darle a su autor Seimu Yoshizaki la posibilidad de continuarla en la revista Ikki, especializada en manga alternativo. En la revista, el título de la serie fue abreviado (quedándose sólo en Kingyo-ya koshoten -La librería de viejo Kingyo-ya-, perdiendo la parte "Suitôchô") y, a día de hoy, lleva seis tomos publicados y sigue en curso. Y ya que estaban, los de Shôgakukan decidieron republicar esos dos primeros tomos, que son los que yo acabé consiguiendo.
Ya cuento los días que faltan para mi próximo viaje a Japón para hacerme con los seis tomos de la nueva serie. ¡Es que es "mi" serie! Por cierto, ¿habéis encontrado vosotros "vuestra" serie?

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martes, 22 de enero de 2008

Kodomo no jikan (La hora de los niños)

  • Título: こどものじかん -Kodomo no jikan- (La hora de los niños)
  • Autor: Kaworu Watashiya
  • Editorial: Futabasha
  • Revista: Comic High!
  • Años publicación: 2005-en curso
  • Clasificación: Moe, ¿seinen?
  • Tomos: 4 (en curso)


La reseña de esta vez tiene un contenido bastante polémico, y lo cierto es que no sé muy bien cómo enfocarla. Así que iré escribiendo y ya me saldrá lo que me saldrá, ¿vale? Vamos a ver... Hace un par de meses, la casualidad quiso que tuviera la oportunidad de visitar, después de un par de años, al editor Tooru Masuo de la editorial Futabasha en su oficina. Igual os suena Masuo de los cómics de Shin-chan, ya que aparece como personaje (al que siempre le dicen que "aunque no lo parezca, es un buen tío" XDDD) haciendo, cómo no, de editor de Yoshii Usuto, el mangaka perro y rastrero que es el alter ego del autor original, Yoshito Usui ^_^. En fin, que tuve la oportunidad de ir a tomar unas copas con él y con su compañero y tuvimos una agradable conversación. Hablando y hablando, no sé cómo surgió el manga de MPD Psycho en la conversación y él me preguntó que si no había problemas en España al editar manga tan violento y bestia como MPD Psycho. No me lo pensé dos veces y dije que en España, básicamente no hay problemas con nada, que tenemos una mente bastante abierta y que en general nadie pone el grito en el cielo por que se publiquen cosas violentas (por muy bestias que sean) ni siquiera por sacar material pornográfico de lo más basto (recordad que en Japón existe una ley de censura que prohíbe mostrar los genitales -aunque muchos se la salten casi-casi olímpicamente en la actualidad-).

Sin embargo, de repente caí en la cuenta de que hay un tema que en Japón está muy en boga, una industria nada desdeñable, ante la cual una amplia mayoría de la población española, conservadores y progres, se llevaría las manos a la cabeza. Estoy hablando del "lolicon", o "lolita complex", que es básicamente el fetichismo de tipo sexual orientado a chicas de apariencia virginal o directamente infantil. Un fetichismo que muchos tildarían directamente de "pederastia". El "lolicon" se manifiesta básicamente en el manga y en el anime, aunque por supuesto también se ha extendido al AV (adult video) y otros tipos de entretenimiento erótico o pornográfico. Hay grados y grados en el "lolicon", por supuesto, pero a mí me preocupa porque cada vez lo llevan más al extremo. He visto mangas aberrantes, enfermizos, terribles... Sinceramente, me preocupa muchísimo este aspecto del otakismo japonés, porque veo que cada vez va de mal en peor.
En España, concretamente, el tema de la pederastia es básicamente tabú, y con razón, y este tipo de manga o anime "lolicon", si hubiese alguna empresa con las narices de traerlo, ciertamente no creo que recibiese muy buenas críticas. Yo creo que se montaría un buen pollo.

Es la hora de los niños

El manga que comento esta vez, precisamente editado por la editorial Futabasha a la que pertenece el editor Masuo, está en la frontera de lo aceptable o no en España. Yo creo que más bien cabe dentro de lo que no es aceptable, pero no soy yo quien debe juzgarlo. Desde luego, si yo tuviese una editorial de manga o anime, no me arriesgaría a jugármela con este título. Kodomo no jikan nos cuenta la historia del profesor Aoki, un maestro de primaria novato que acaba de entrar a trabajar en un colegio. Allí, le encargan la tutoría de una clase en la que destaca la pequeña Rin Kokonoe, de nueve años. Nada más entrar el profesor al aula, se encuentra a Rin en pelotas, cambiándose de ropa; entonces, ella decide que él le gusta y se dedica a perseguirle y a insinuársele, afirmando querer ser su novia y forzando al profesor a que le diga que le gusta y cosas así. Cierto es que el acoso proviene de parte de la niña y no al revés (porque si no, sería cuestión de apaga y vámonos), pero es que las situaciones no están exentas de polémica porque están bastante subidas de tono, llegando fácilmente al nivel sexual. Es decir, no es un simple encaprichamiento cariñoso, ¡es que la niña incluso llega a quitarse las bragas delante del profesor! Y luego están todos esos planos en la que se nos muestra a Rin (o a alguna otra de sus virginales amigas) en posturas eróticas, etc. ¡Buf!
A ver, el manga tiene su gracia y si en vez de ser una niñita de nueve años se tratara de una adolescente más crecidita no creo que me enganchara (porque yo prefiero otros géneros), pero posiblemente me entretendría más. Kodomo no jikan, sinceramente, me parece que va un poco más allá de lo que estoy dispuesto a considerar "normal", y no me considero precisamente un mojigato. O tal vez es que soy más conservador de lo que pienso, no sé...
En Estados Unidos este manga llegó a estar licenciado y a punto de salir al mercado, pero el editor al final decidió desestimar su publicación. Al parecer, el tomo 1 tiene un contenido más light, y a partir del tomo 2 la cosa sube de intensidad (me parece increíble, porque el 1, que es el que he leído, tiene cada escena...). El editor supongo que por un lado se asustó ante lo que tenía entre manos, y por el otro también vio como los libreros se negaban a hacerle pedidos de esa obra y al final decidió no publicarla.
Kodomo no jikan es uno de los manga de moda entre el público otaku más acérrimo de la actualidad, ése que está enganchado al "moe" (chicas monas de estilo 100% manga, ojazos enormes, cabelleras imposibles y un toque de pavería importante). De hecho, ya se ha realizado un anime y todo, que tiene 12 episodios más un OVA. Como dato curioso, el anime está producido por un estudio, sito en Tokio, llamado "Studio Barcelona" (?). Otra curiosidad es que existe otro manga, que no tiene nada que ver con éste, que se llama Otona no jikan (La hora de los adultos), publicado en España con el título de Adult Time (es un shôjo). Por el título, parece que sean historias complementarias, pero no es así.
Bueno, ya está la reseña. ¿Qué os ha parecido? Para haberla escrito del tirón y sin pensar en absoluto en lo que iba a decir, creo que no me ha salido mal. Se la dedico a R.I., que me ha pinchado un par de veces para que le dijera mi opinión sobre ella. ¡Espero que no te haya defraudado! Por otra parte, me gustaría montar un pequeño debate en los comentarios, si os parece bien, porque no sé si es que soy yo el mojigato o bien mi opinión es compartida por los demás. ¿Qué me decís?

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sábado, 19 de enero de 2008

Pied Piper

  • Título: パイドパイパー Pied Piper
  • Autor: Trawar Asada
  • Editorial: Gentôsha
  • Revista: Comic Birz
  • Años publicación: 2002-2006
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 6 (completa)


Pasamos a comentar una obra más actual, que no sabría catalogar como seinen o como shônen, ni siquiera si llamarla "gafapasta" o directamente de piños. Ciertamente, es complicado clasificar a esta obra. El argumento va de disputas de bandas juveniles en una Tokio situada en una especie de dimensión paralela, por lo que si fuera solamente por esto diríamos que es claramente un shônen de peleas. Sin embargo, las escenas violentas que contiene, así como algunas escenas pseudo-impresionistas y de fumadilla psicológica (hay alguna escena que recuerda a Maruo y todo), así como el brillante dibujo lleno de experimentos, podría situarlo en la línea del seinen de tipo "gafapasta". Total, al final no es ni una cosa ni la otra.
También es complicado definir el argumento de Pied Piper más allá de decir que va de bandas juveniles, ya que tiene un desarrollo muy confuso que no ayuda en absoluto al lector a situarse. En la Tokio del futuro próximo que nos presenta la obra, viven bastantes extranjeros, y las bandas multinacionales de jóvenes que se forman luchan entre ellas por el territorio. Pied Piper nos cuenta la historia de una de estas bandas, llamada "357", formada por personajes japoneses, hongkoneses/americanos, chinos y coreanos. Entre ellos destaca el andrógino Natsuhiko, un tío de estética gótica que da bastante "yuyu", y al que le mola auto infligirse heridas (es el tío de la ilustración de la portada). ¡Brrr!

El dibujo de esta obra es un portento

Ésta es de las típicas lecturas que requieren un elevado grado de concentración y, aun así, resultan complicadas de entender. No soy muy amante de este tipo de obras, ya que si yo leo manga lo hago para entretenerme y pasar un buen rato, no para que el autor juegue conmigo y me dificilte la comprensión de su propia historia. Por eso, en el plano argumental, debo decir que esta obra directamente no me ha gustado.
Pero el dibujo... ¡Ah, el dibujo! Es lo que le merece a esta obra el apelativo de rareza digna de estudio, puesto que su autora (firma con nombre masculino, pero se ve que es mujer) es un portento de la experimentación gráfica y domina de maravilla las posibilidades de la aplicación del diseño gráfico por ordenador en los cómics. Su uso del ordenador da un plus muy interesante al dibujo, trufado de dinámicas viñetas con muchísimo volumen, efectos muy bien utilizados y un uso estéticamente bellísimo de las onomatopeyas similar al de, por ejemplo, Oh! Great en Air Gear. Como dijo un amigo al que le presté el manga, "del argumento no he entendido un pijo, pero este manga podría ser un bonito 'table book' para admirar su dibujo". (Un table book es uno de esos libros tipo Taschen: grandes, llenos de fotos a todo color, que básicamente son para dejar en una mesa y hojear de vez en cuando y maravillarse.)
Pied Piper se ha publicado en Italia por la editorial d/visual. Precisamente he encontrado el dossier de prensa de esta editorial en PDF y la verdad es que se lo han currado mucho, con muchas informaciones e imágenes del interior. Aunque está en italiano, no es difícil de entender grosso modo. Por supuesto, como es de la propia editorial, su reseña habla maravillas de la obra (aunque avisa de que resulta "complicada" de entender), pero no por ello se debe descartar como simple "propaganda". Es un gran dossier, sí señor. Podéis verlo aquí.

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viernes, 18 de enero de 2008

Wild 7

  • Título: Wild 7
  • Autor: Mikiya Mochizuki
  • Editorial: Shônen Gahôsha
  • Revista: Shônen King
  • Años publicación: 1969-1979
  • Clasificación: Shônen
  • Tomos: 48

Ésta, directamente, era una serie que me tenía mosqueado. Como ya he dicho en alguna ocasión, una de mis aficiones es visitar tiendas de manga de segunda mano en Japón, y salir de ellas con algunos tomos de manga, sobre todo de los años 60, 70 y 80. He tenido la gran suerte de vivir unos años en el país del Sol Naciente, y por lo tanto de entrar en este tipo de tiendas una vez cada semana o cada quince días. Pues bien, os podéis imaginar que el proceso consiste básicamente en tomárselo con filosofía: entrar tranquilamente a la tienda e ir curioseando entre las estanterías, que no necesariamente están ordenadas por autor, editorial, género... Bueno, depende de la tienda más o menos sí están ordenadas, pero este orden muchas veces deja mucho que desear, sobre todo en las tiendas que más "molan", las pequeñitas perdidas en alguna calle trasera regentadas por viejecitos, de donde puedes sacar verdaderas rarezas entre los libros polvorientos. Los que conozcáis el aspecto que tienen los tomos japoneses en las estanterías sabréis que normalmente los diseñadores no usan demasiados colores estridentes en los lomos (al menos en los manga más antiguos, y si exceptuamos los rosas de los shôjo).
Pues bien, siempre había una serie de manga, con muchísimos tomos (48, casi nada) y encima con lomo de amarillo chillón, que impepinablemente me encontraba en las estanterías. Una tal Wild 7, que, oye, debía de haber tenido mucho éxito en su momento, ¡porque esos lomos amarillos chillones son verdaderos invasores de las tiendas de segunda mano de manga! Efectivamente, más tarde, cuando ya empecé a saber un poco más de manga, supe más sobre sobre esta Wild 7, una serie que tuvo mucho éxito en los años 70, aunque quedó eclipsada detrás de los manga de deporte tipo Ashita no Joe o Kyojin no Hoshi, las grandes obras setenteras de Tezuka (Black Jack, Hi no tori, Mitsume ga tooru...), el space opera de Leiji Matsumoto o los excesos del amigo Gô Nagai, con Harenchi Gakuen, Mazinger Z y Cutie Honey en cabeza.
Total, que un día me decidí a comprar los dos primeros tomos del famoso Wild 7, harto ya de ver esos lomos chillones en las tiendas de segunda mano. Y, sinceramente, quedé gratamente sorprendido. Se trata de una historia muy bestia, muy fascitoide, pero que tiene un ritmo trepidante y una agilidad de dibujo que ya querrían para sí muchos de los dibujantes actuales que tienen muchos más recursos que los que tenía su autor en los años 70.

Acción a raudales

La historia va tal que así: la ley japonesa se revela poco menos que inútil contra cierta clase de criminales de gran envergadura, que utilizan varios recursos (buenos abogados, influencias en la policía, algún que otro soborno a los jueces...) para salir prácticamente impunes de cualquier arresto o acusación que puedan sufrir. Total, que a un lumbreras de la policía se le ocurre reclutar a gamberros y fueras de la ley para crear un cuerpo de siete policías motorizados con "licencia para matar". Básicamente, están por encima de la ley y pueden cargarse a cualquiera así, por las buenas. Así, estos siete individuos, que son todos unos bestias de agárrate y no te menees, montan cada pifostio que es para verlo (y si hay que disparar misiles, pues se disparan, oye, ya ves).
El prota es el típico jovenzuelo guaperas de los años setenta, un chaval llamado Dairoku Hiba que además va de malillo en plan James Dean (vamos, es que es una fotocopia del Dean, para qué esconderlo). El resto del grupo de los "siete salvajes", pues más o menos clavado a los del grupo de Cyborg 009, básicamente todos feíllos menos el prota (excepto que en Wild 7 no hay fémina en el grupo, curiosamente). Ya veis que Mochizuki no fue muy original en lo referente a diseño de personajes ni en su composición básica en plan "grupo". De hecho probablemente se copió descaradamente de lo que había funcionado, que era Cyborg 009.
Sin embargo, no me negaréis que el planteamiento de la historia tiene su miga, porque no está en absoluto exento de polémica. ¿Hasta qué punto unos tíos tienen potestad de ir a cargarse a cualquiera que ellos consideren un "criminal atroz"? En cualquier caso, ésta es una de las maravillas de las obras antiguas, que no se planteaban casi para nada el tema ético ni tenían miedo de que viniese quien fuera a meterles un pleito (ahora a veces nos pasamos de "corrección política" en todo lo que hacemos, imponiéndonos una autocensura brutal para no ofender a nadie, ¿no os parece? -y yo me incluyo, ojo-) Pues bien, Mochizuki no se corta y, por encima de esta premisa del grupo policial brutal y con potestad para hacer lo que le dé la gana, construye un manga lleno de acción trepidante, muy bien dibujado y que ciertamente hace que el lector se quede embobado pasando página tras página sin parar. Además, el formato es muy interesante, ya que presenta historias autoconclusivas que normalmente abarcan ciclos de dos tomos, unas 400 páginas, ni muy largos (cansarían), ni muy cortos (darían ganas de más). Así, en los 48 tomos de los que consta la primera serie, tenemos 21 historias completas. Aparte de estos 48 tomos, hay varios spin-off que sumarían un total de 19 más (o sea, que hay 67 en total, ¡fiu!) y, cómo no, una serie de imagen real setentera, unos OVA y un anime bastante reciente (de 2002), de 13 episodios.
En definitiva, una serie interesante para los amantes del manga clásico shônen de aventuras pero que, debido a su larga extensión, es ciertamente complicado que la veamos en Occidente, al menos a corto o medio plazo.

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martes, 15 de enero de 2008

Love Com (Lovely Complex)

  • Título: ラブ★コン (LoveCom) -Lovely Complex-
  • Autor: Aya Nakahara
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Bessatsu Margaret
  • Clasificación: Shôjo
  • Tomos: 17 (completa)
Desde mis inicios como traductor de japonés, siempre he dado gracias a los kami por haber conducido mi trayectoria durante la mayor parte de mi estancia en el país nipón alrededor de la zona de Kansai. Y dentro de esta zona, haber vivido concretamente tres años en Osaka y uno en Kioto es como una bendición del cielo para un traductor de manga. ¿Por qué digo esto? Porque es muy común que en los manga aparezcan personajes que hablan en dialecto de Kansai. Concretamente, personajes graciosillos, macarrillas y vivalavirgen en la modalidad autóctona de Osaka (ejemplos: gracioso: Kero-chan de Card Captor Sakura; macarrilla: Heiji Hattori de Detective Conan; vivalavirgen: Mitsune "Kitsune" Konno de Love Hina...) y básicamente geishas y chicas de buena familia en la modalidad kiotense.
El dialecto de Kansai no es exageradamente difícil de comprender si uno tiene un alto nivel de japonés, pero ciertamente ayuda mucho haber vivido en aquella zona y haber dominado el arte de hablarlo (por cierto, que suele tener un efecto muy positivo para "romper el hielo" hablarle en dialecto de Kansai a un japonès ^_^). Sobre todo por las expresiones distintas que usan y la forma diferente de conjugar algunos verbos. Y, para un traductor de manga y anime, ¡es vital conocerlo y dominarlo!
Parece que a la gente de Osaka no le molesta, pero el estereotipo de personaje que habla en dialecto de Kansai en los manga es básicamente de personaje gracioso, tacaño, macarra, vividor o directamente yakuza. A mí me tocaría la moral, de hecho. Esto es debido a la fama que Osaka se ha granjeado de cuna del humor nacional, de ciudad de comerciantes extremadamente ahorradores y de crimen organizado. Un estereotipo que, bueno, no se ajusta 100% a la realidad, por supuesto, aunque sí es cierto que, en general, la gente de Osaka es mucho más abierta y divertida que la de Tokio. Como mínimo, ¡Osaka es la cuna del kitsch y de la exageración, y a mí me encanta!
Por otro lado, aunque en Kioto se habla también una modalidad del dialecto de Kansai, su pronunciación mucho más suave y pausada, así como el uso de ciertas conjugaciones, se relacionan con la finura, la elegancia y el buen gusto de la antigua corte imperial y también de las geishas, por lo que su imagen es muy refinada. Es curioso esta diferencia de perspectiva, sobre todo estando Kioto y Osaka separadas por sólo media hora larga de tren corriente y moliente...

El enano y la jirafa...

En fin, que me voy por las ramas. Digo todo esto porque el manga que comento en esta ocasión es un soplo de aire fresco en este sentido, y una pesadilla para un posible futuro traductor que no esté familiarizado con el dialecto de Kansai. Y es que éste es uno de los pocos manga en el que casi todos los personajes hablan en este dialecto, una verdera rareza y, hasta hace muy poco, una particularidad que era prácticamente tabú en los manga no ambientados 100% en Osaka, con personajes de la capital de Kansai. Lo cierto es que sólo por esto, este manga ya merece una mención de honor en la tarea de "normalización" del dialecto de Kansai, ya que por una vez sus hablantes no son necesariamente graciosos, macarras o vivalavirgen, sino estudiantes normales y corrientes. Quizá no lo percibáis como algo raro, pero os diré que, por ejemplo, Platonic Venus, pese a estar ambientado en la ciudad de Kobe (donde se habla también dialecto de Kansai), ¡los personajes hablan en japonés estándar! ¿Cómo se come esoooo? Yo me imagino al autor y al editor reunidos, en plan "oiga, señor editor, que como soy de Kansai, me gustaría hacer un manga en el que los personajes hablaran en mi dialecto" y el editor "si haces eso, nos arriesgamos a no vender ni uno solo de tus manga, así que mejor passsando".
Sin embargo, Aya Nakahara, nativa de Osaka, se salió con la suya (good for you *_^!). Lovely Complex es la típica historia estudiantil shôjo de "chico conoce a chica", pero enfocada desde un punto de vista humorístico de comedia romántica. La historia nos presenta a los dos protagonistas, Ôtani y Koizumi, un par de jóvenes con unos complejos de tomo y lomo (de ahí el título). Ôtani, el chico, mide sólo 1,56 m y encima su nombre, 大谷 Ôtani (gran valle), incluye el kanji 大, que significa "grande". Koizumi, la chica, mide 1,70 m y su nombre se escribe 小泉 (pequeña fuente), con el kanji 小 de "pequeño". Tanto es así, que la gente suele cachondearse de ellos "equivocándose" y llamándoles 小谷 Kotani (pequeño valle) y 大泉 Ôizumi, (gran fuente). Total, que los dos tienen una fuerte relación de amor y odio. Odio, porque cuando están juntos la gente se cachondea de ellos (el enano y la jirafa) y amor, porque es evidente desde el tomo 1 que entre ellos dos salta una especie de chispa, por mucho que pugnen por ocultarlo y engañarse a sí mismos tratándose de convencerse de lo contrario y odiarse.
Lo del dialecto de Kansai en la obra no es gratuito. El dueto que forman Koizumi y Ôtani recuerda a un dueto cómico de manzai, popularísimo en Osaka y también en todo Japón. Prácticamente todos los artistas de manzai son de Osaka (o imitan el dialecto de Osaka), y cada uno de los integrantes de los duetos responden a un estereotipo muy concreto: ambos deben ser muy distintos entre sí (gordo y flaco, alto y bajo, guapo y feo...), y uno debe ser el "atontado" (boke), haciéndose (o siendo) despistado y alerdado, y el otro, el "puyas" (tsukkomi), listo y agudo, especialista en meterle cortes al otro, a menudo acompañados de collejas. Esto está reflejado perfectamente en Lovely Complex, siendo la chica la despistada y el chico el despierto. Todo esto convierte a esta obra en una monumental función de manzai que dura 17 volúmenes y que nos viene empaquetada en la poco ortodoxa forma de una comedia romántica shôjo. Original lo es un rato, y divertido también.
Pese al éxito que ha tenido en Japón esta serie, con peli de imagen real y serie de anime, es curioso que todavía no se haya licenciado en España. No creo que tarden mucho en hacerlo y, aunque debo advertir que todo el efecto del dialecto de Kansai se perdería en una traducción al castellano, y que no se disfrutaría tanto si no se conociera todo el trasfondo que acabo de describir en este post, sigue siendo una serie muy divertida y apta para el disfrute de los lectores de todo el mundo.

ACTUALIZACIÓN ÚLTIMA HORA: Acabo de ver una noticia que dice que Planeta ha licenciado esta serie, sólo un par de horas después de escribir yo este post. ¡Juro que no está hecho adrede, je je! Menuda casualidad, ¿no?

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sábado, 12 de enero de 2008

Bradherley no basha (Los carros de Bradherley)

  • Título: ブラッドハーレーの馬車 -Bradherley no basha- (Los carros de Bradherley)
  • Autor: Hiroaki Samura
  • Editorial: Ohta Shuppan
  • Revista: Manga Erotic F
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 1
Hiroaki Samura es internacionalmente conocido por ser el autor de la soberbia Mugen no jûnin (La espada del inmortal), una obra que tengo el placer de traducir y que personalmente me fascina. Aparte de su maestría con los lápices, el ritmo narrativo que impone Samura a su obra es capaz de hacer que me cueste despegarme de ella, y eso es algo que pocos autores consiguen conmigo. Por ejemplo, es de los pocos que logra que, al pasar página, a veces me dé incluso un sobresalto (incluso me pasa traduciendo, me pregunto qué pensarán mis compañeros en la oficina las (pocas) veces que me ocurre ^_^). Y es que su capacidad para la sorpresa se ve apoyada por una destreza gráfica que consigue perfectamente transmitir lo que está pasando. Por ejemplo, las crudas escenas de la tortura y violación de Hyakurin en el tomo 10, o la tensión electrizante del interrogatorio en el paso fronterizo del tomo 8, o cuando le revientan el ojo al cabrón de Kagimura Habaki, entre muchas otras, son escenas que se han quedado grabadas a fuego en mi mente.
A juzgar por sus escritos en las solapas y en los extras de la Espada, Hiroaki Samura es un tío raro-raro. Los que sigáis la Espada ya sabréis a qué me refiero. Siempre que sale un tomo nuevo y llega a mis manos, lo primero que hago es mirar a ver si hay extras, porque es una auténtica pesadilla traducirlos. Nunca sabes por dónde te saldrá el hombre, y sus paranoias son tan absolutamente bizarras* que traducirlas es un reto enorme (para un ejemplo, leed los extras del tomo 20, ¡menuda fumada!). Para fumadas, tampoco os perdáis la delirante Ohikkoshi, que tiene detalles dignos de mención. La faceta rarilla de Samura se amplifica cuando uno se entera de que a veces se dedica a dibujar dôjinshi de corte sado-maso (he leído alguno, y ¡buf!) y a hacer ilustraciones para las portadas de una publicación también sado-maso.
A mediados de diciembre, me sorprendió muchísimo saber que iba a salir un nuevo tomo de Samura, éste que comento ahora, puesto que no tenía ninguna noticia de que estuviera publicando ninguna historia aparte de la Espada. Y encima, el tomo sale de la mano de una editorial muy pequeña, Ohta Shuppan, tras haber sido serializado en una revista llamada Manga Erotic F. Como Samura me encanta, les pedí a unos amigos que justamente pasaron las Navidades y el Año Nuevo en Japón (¡thanks, Manu e Irene!) que me lo trajeran, preparado a leer una historia súper heavy en plan hard porno sadomasoquista.
"Chicas Samura" a tutiplén

Pues sí y no. Sí, porque la historia es muy dura; no, porque apenas hay escenas de sexo o violencia, sólo unas pocas en el primer tercio del libro. Luego he sabido que la revista Manga Erotic F, pese a su título, se dedica principalmente al manga de corte adulto, pero sin recrearse en el sexo explícito, así que ya me cuadra más la cosa. La historia, ambientada en algún lugar semejante a la Inglaterra del siglo XIX (dice Samura en el epílogo que ya estaba harto de dibujar kimonos y que quería probar con vestidos occidentales de época ^_^), nos cuenta la tragedia de las niñas huérfanas de aquel país. La influyente familia Bradherley regenta un prestigioso teatro y, cada año, selecciona a una adolescente huérfana de cada orfanato para que forme parte del mismo. Todas las chicas, ilusionadísimas, pasan sus días en el orfanato intentando mejorarse a sí mismas, practicando canto, baile e interpretación y soñando con que un día llegue el carro de caballos de Bradherley a buscarlas. Sin embargo, tras este bonito panorama se oculta una tremenda verdad: la mayoría de las adolescentes seleccionadas, en vez de ir a la mansión Bradherley, acaban en cárceles del país, donde una vez al año se celebra el "Festival de Pasca", consistente en echar a las chiquillas en manos de los brutales reclusos para que hagan lo que quieran con ellas. Así, la peregrina teoría dice que los reclusos se amansan y dejan de actuar con violencia y de amotinarse.
El planteamiento del manga es turbador, muy en la línea del Samura más siniestro, pero en vez de recrearse en las escenas más puramente "gore", lo que hace el autor es centrarse principalmente en el punto de vista de las chicas, presentándonos sus ilusiones y anhelos, para inmediatamente después dejarnos ver cómo esos anhelos acaban hechos añicos de forma brutal a manos de los reclusos y de la crueldad del gobierno de ese país y de los Bradherley. La lectura de este magistral manga no puede dejar indiferente a nadie.
Aparte del argumento en sí, para los fans del dibujo de Samura, y en especial de sus chicas (¡qué absolutamente bonitas las dibuja el tío!), este tomo representa un verdadero caramelo. No sé cuándo tardaremos en verlo publicado por aquí, pero no me cabe ninguna duda de que acabará saliendo. Y ojalá me toque a mí traducirlo.

* Ya sé que la palabra "bizarro", estrictamente, no significa "raro", pero me da igual. ^_^

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viernes, 11 de enero de 2008

Mister Ajikko, el rey del sushi

  • Título: ミスター味っ子 -Mister Ajikko, el rey del sushi-
  • Autor: Daisuke Terasawa
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Shônen Magazine
  • Clasificación: shônen culinario
  • Tomos: 19
A veces, cuando estoy en plan nostálgico, me sorprendo a mí mismo recordando esas tardes cuando, después de volver del colegio, me sentaba con mi merienda delante de la tele y ponía TV3, la tele catalana, para tragarme una hora o dos de programación juvenil en forma sobre todo de animación japonesa (y series de imagen real francesas, malísimas pero que enganchaban). Con especial cariño recuerdo la época en la que primero echaban Dr. Slump, mi serie favorita de todos los tiempos, seguida de la grandiosa Dragon Ball. Era como un sueño hecho realidad. Sin embargo, llegó el día del fin de Dr. Slump, que fue sustituido por una serie absurda que iba sobre un cocinero que se llamaba Sushi. Todavía no sé si el título de la serie en catalán era El petit xef o El gran Sushi, porque era de las típicas en las que el nombre del protagonista acaba convirtiéndose en el título de facto de la serie. En fin, el cambio me tocó mucho la moral al principio, y debo confesar que odié al papanatas de Sushi con toda mi alma...
Pero eso duró poco, porque en vez de mantener la tele apagada hasta que empezara Dragon Ball, el hombre es un animal de costumbres, y yo seguía llegando del colegio y encendiendo la tele con el bocata de Nocilla en la mano a la misma hora de antes. Al poco, estaba enganchadísimo a las aventuras del bobalicón de Sushi, y conmigo, toda una generación de televidentes catalanes, gallegos y vascos.
Ahora, tantos años después, hemos empezado a traducir por primera vez al castellano esta serie de animación que tanto me enganchó de pequeño. Debo confesar que me lo estoy pasando en grande, porque la serie es tan absurda y absolutamente exagerada que me resulta imposible aborrecerla. Esta nueva traducción significará que, por fin, toda la gente del país podrá disfrutar de las aventuras culinarias de Ajikko. El título de la serie en español, Míster Ajikko, el rey del sushi, será fiel al original y a la vez tendrá un guiño al nombre con el que el personaje es conocido por su antiguo pase por las autonómicas catalana, gallega y vasca.

¡Umaaaaiii zooooo! (¡Delicioooosooooo!)

Como la amplísima mayoría de las series de animación japonesas, Mister Ajikko está basado en un manga, que es el que presento en esta ocasión. El manga nos cuenta la historia de Yôichi Ajiyoshi, un niño que se ha quedado huérfano de padre y que, junto a su joven madre, se encarga de mantener a flote la tasca que tienen los dos. Un buen día, un prestigiosísimo crítico culinario, el Rey del Gusto (Aji-ô), pasa por delante de la tasca y, ante la perplejidad de su ayudante, se interesa por el menú de katsudón (cerdo rebozado con huevo sobre una base de arroz) que sirven en la misma. Es el mismo Yôichi quien se encarga de prepararla y, como no podría ser de otra manera, el Rey del Gusto queda impresionado con su destreza.
A partir de este momento, Yôichi se embarca en una carrera de "batallas de sabor" contra grandes cocineros de Japón y todo el mundo, siempre buscando nuevas ideas y trantando de superarse a sí mismo. El manga es bastante más soso que el anime, si tengo que decir la verdad. En el anime, las situaciones son exageradísimas, y no es raro ver a los personajes gritando como locos de placer mientras vuelan en medio de volcanes en erupción cuando prueban un plato de delicioso sabor. ¡Incluso los ingredientes se ponen a luchar entre ellos! Toda esta exageración máxima es lo que hace interesante a esta serie, que por otro lado sería de nulo interés para el público occidental, ya que la mayoría de los platos e ingredientes que aparecen son japoneses u orientales. Batallas de sabores de curry, katsudón, ramen, tenpura, sushi, ¡todo lo que uno pueda imaginar! Pero también de espaguetis, gratinados, pizzas...
Ahora que está tan de moda recuperar series antiguas, quién sabe si alguna vez podremos leer el manga de Ajikko en español... Sin embargo, mejor si veis el anime porque, en esta ocasión y contradiciendo a la mayoría de las veces en las que se anima un manga, los animadores hicieron una labor estupenda y superaron al manga. No tengo ni idea de cuándo se empezará a emitir la serie en la tele, pero estad atentos a vuestras pantallas porque, aunque ya tiene unos añitos y se nota un poco viejecita, engancha como muy pocas series actuales pueden enganchar.
¡Y los amantes del yaoi, no os lo perdáis! Si esta serie fuese más actual, estad seguros de que habría mil millones de dôjinshi poniendo a Yôichi como pareja de los demás personajes masculinos. Porque tanta "amistad ardiente" no puede ser normal...

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miércoles, 9 de enero de 2008

Munô no hito (El hombre sin talento)

  • Título: 無能の人 -Munô no hito- (El hombre sin talento)
  • Autor: Yoshiharu Tsuge
  • Editorial: Nihon Bungei-sha
  • Revista: Comic Boku
  • Clasificación: Seinen, alternativo, slice-of-life
  • Tomos: 1
Toca hablar de una obra de uno de los autores más curiosos del panorama del manga: Yoshiharu Tsuge. Un autor curioso, extremadamente modesto, encumbrado por los críticos más enterados y prestigiosos pero que, él mismo, no se considera más que un autor del montón, más bien mediocre. Si quieres ser un "gafapasta" del manga, en tu biblioteca no pueden faltar las obras de Tsuge. La lástima es que este hombre es tan modesto que, según tengo entendido, no considera sus obras suficientemente buenas como para que se publiquen en el extranjero y él mismo impide su contratación. Los únicos ejemplos en lengua no japonesa de las obras de Tsuge son su obra corta más célebre, Neji-shiki (Tipo grifo) - en inglés en el número 250 del Comics Journal- y esta misma obra que comento en esta entrada, publicada en Francia en el año 2004 por la editorial Ergo comme X con el título de L'homme sans talent. Habría que preguntarle a Frédéric Boilet cómo demonios convenció a Tsuge para que le dejara negociar y traducir su obra (fallo mío, se me olvidó preguntárselo cuando vino al Salón del Manga el pasado noviembre, tsk!). También fueron traducidas al inglés un par de sus historias cortas, en la revista RAW, en los años 80, pero probablemente son del todo inencontrables actualmente: se trata de Akai Hana (Flores rojas) y Ôba denki mekki kôgyôsho (Taller de galvanoplastia Ôba).
Aunque seas un lector más bien pasivo, como yo (que leo las obras y simplemente las disfruto, sin pararme a pensar mucho en ellas ni tampoco intentar analizarlas a fondo -mi mente es demasiado práctica-), seguro que leer a Tsuge no te deja indiferente. Para mí, éste es su mayor fuerte, porque Tsuge sabe transmitir la melancolía, la tristeza y la soledad, entre otros muchos sentimientos, como nadie. La gran mayoría de su obra consiste en historias cortas de 20 o 30 páginas, muchas de ellas francamente raras y surrealistas... Al terminar de leerlas, uno se queda bastante estupefacto, en plan "¿de qué coño iba esto?" pero, como he comentado antes, siempre se queda un "algo" dentro y uno se sorprende, horas o incluso días después de haberlas leído, pensando en ellas y analizando esa sensación rara, ese regusto, que su lectura ha dejado como poso en la mente. No sé muy bien cómo describirlo, así que lo mejor es que, si esta reseña os llama la atención, intentéis conseguir ese L'homme sans talent francés y ya me diréis qué tal.
Tsuge empezó como ayudante del grandioso Shigeru Mizuki y, tras pasar por una etapa como dibujante a sueldo para la industria del kashihon'ya (librerías de alquiler) haciendo historias de samuráis y tal, luego se apunto al carro de la revista Garo, la que revolucionó el manga en los 60 y lo acercó al público adulto. Fue entonces cuando empezó a mostrar su faceta más intimista, ésta que le ha hecho famoso entre los críticos nipones. Ojo, sólo entre los críticos y los muy entendidos en manga, ya que si le preguntas al japonés medio si le gusta Yoshiharu Tsuge probablemente te dirá "¿lo cuálo?"

Tengo piedraaaas, buenas, bonitas y baratiiiitas

En fin, vaya parrafada, y todavía no he dicho de qué va esta historia. Pues trata sobre un hombre, un perdedor total, que antes se dedicaba a dibujar manga y todos los críticos encumbraban sus historias como "obras de arte", aunque él no piensa así y piensa que lo que importa es poder ganarse el pan para comer (antes me he dejado en el tintero que Tsuge suele meter bastante chicha autobiográfica en sus historias, especialmente relacionada con su afición a viajar en plan mochilero por el "Japón profundo"). Total, que el hombre es un fracasado total, se queda sin trabajo y, en vez de ir a las editoriales a ver si le encargan algo (como le sugiere su mujer), el tío se dedica a intentar pensar negocietes raros.
Después de varios intentos, descubre un libro sobre piedras ornamentales (algunas de las cuales se pagan muy caras) y decide dedicarse a buscar piedras curiosas o que evoquen paisajes, animales o lo que sea... Lo que pasa es que, como no tiene dinero para ir a sitios donde pueda encontrar buen material, lo hace en el río de cerca de su casa, el que hace de frontera entre Tokio y Kawasaki, y monta el tenderete de venta en la misma orilla del río. Pese a lo que le dice su mujer y varios conocidos de que cómo va a venderle a alguien pedruscos que cualquiera puede recoger ahí mismo del suelo, él sigue en sus trece... Y obviamente, se queda sin vender nada de nada. Mientras tanto, su mujer tiene que deslomarse repartiendo propaganda y el desgraciado de su hijo se asfixia por el asma galopante que padece.

Esto que acabo de comentar abarca tal vez las primeras 50 páginas del tomo. Luego, Tsuge nos presenta otras historias con los mismos protagonistas, unas historias igual de tristes y melancólicas. Incluso en un momento dado nos presenta las anteriores "empresas" del prota y su familia, como el negociete de comprar cámaras de segunda mano, repararlas y revenderlas, entre otras cosas. Cabe comentar que esta historia, de 1985, es una de las últimas obras de manga de Tsuge. Aunque en los últimos años se ha dedicado a escribir ensayos y a intervenir en las películas basadas en sus obras que se han hecho en Japón (curiosamente, hay varias, y son raras-raras-raras, mirad a ver si podéis conseguir la de Neji-shiki porque tiene guasa lo bizarrona que llega a ser ^_^), el hombre confiesa no tener ninguna gana de dibujar más manga. Y es una lástima...

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domingo, 6 de enero de 2008

Tera e... (Hacia Terra...)

  • Título: 地球へ... (Tera e...) -Hacia Terra...-
  • Autor: Keiko Takemiya
  • Editorial: Asahi Sonorama
  • Revista: Gekkan Manga Shônen
  • Clasificación: Shônen-shôjo
  • Tomos: 5


Pasamos a comentar una historia más bien típica de ciencia-ficción, pero con la particularidad de que fue realizada a finales de los años 70 por una autora de shôjo, para una revista y un público shônen. Tera e... conoció un revival en el 2007 debido a la creación y emisión de su serie de anime (en 1980 se realizó una película, pero hasta el año pasado no contó con versión televisiva, 30 años después de que se empezara a publicar).
Keiko Takemiya es conocida sobre todo por ser una de las integrantes del grupo Hana no 24 nen gumi (Grupo floreciente del año 24), unas mujeres mangaka que nacieron en 1949 (año 24 de Shôwa) y que, en los años 70, pusieron las bases del shôjo manga actual, revolucionando los cimientos de lo que hasta entonces era el manga para chicas. Otras integrantes de esta histórica generación fueron, por ejemplo, la célebre Riyoko Ikeda (La rosa de Versalles, La ventana de Orfeo) o Motô Hagio. Takemiya también es famosa por ser una de las precursoras del shônen-ai (o boy's love (BL), yaoi, como lo queráis llamar) con su serie Kaze to ki no uta (La canción del viento y los árboles). Algún día comentaré esta otra serie, ya que la tengo en la pila de lecturas pendientes.
Volviendo a Tera e..., no deja de ser curioso que una de las obras más famosas de Takemiya sea en realidad un shônen. Pero con paliativos, puesto que aunque la temática sea shônen, el estilo de dibujo, los recursos gráficos y la composición de página son 100% shôjo, lo que lo convierte en un híbrido muy curioso y digno de estudio.

Un curioso híbrido shônen-shôjo

El manga nos sitúa en un futuro lejano en el que la Humanidad se ha extendido por toda la galaxia y cuya sociedad está totalmente controlada por los ordenadores. Los nuevos miembros de la sociedad son concebidos in vitro y mandados al planeta Ataxia, donde se les otorga unos padres adoptivos y se les cría hasta los 16 años. En ese momento, deberán pasar el "chequeo de madurez" y, si no hay ningún problema, serán mandados a otros planetas para que ocupen los puestos que los ordenadores hayan decidido más apropiados para ellos. Sin embargo, existe una nueva raza de seres humanos, los Myu, que cuenta con poderes extrasensoriales y que ha conseguido escapar del yugo de los ordenadores. Sin embargo, pese a sus poderes, los Myu son físicamente muy débiles, teniendo la mayor parte de ellos alguna minusvalía.
El manga se centra en la figura de Jomy Marcus Shin, un joven bastante arrogante que está a punto de someterse al chequeo de madurez pero que -cual el Neo de Matrix- resulta ser "un elegido", la esperanza de los Myu para conseguir un líder que les guíe hacia Terra, donde construirán su anhelada sociedad lejos del yugo de los ordenadores.
La historia está bastante bien construida, pero si tengo que ser sincero tuve que volver varias veces a leer algunos pasajes o volver páginas atrás porque había momentos que ya no entendía muy bien lo que estaba pasando. Es de las típicas historias que requieren concentración absoluta en el lector y, tal vez porque cuando lo leí no estaba concentrado al 100%, Tera e... no consiguió engancharme demasiado.
Por si tenéis curiosidad, aquí podéis encontrar una reseña mucho mejor que la mía (en inglés), y aquí unas páginas de muestra de la versión inglesa (publicada en febrero de 2007 en los USA).

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viernes, 4 de enero de 2008

OreTama (Mis pelotas)

  • Título: オレたま -OreTama- (Mis pelotas)
  • Autor: Shigemitsu Harada (guión) y Takahiro Seguchi (dibujo)
  • Editorial: Hakusensha
  • Revista: Young Animal Arashi
  • Clasificación: Seinen erótico-festivo
  • Tomos: 1 (en curso)
Como ya decía en la entrada de Mx0, no sólo leo manga "gafapasta", alternativo o intelectualoide (que me gusta, que conste que no lo digo con desdén), sino que también me gusta estar atento a las novedades más rabiosas de Japón. Evidentemente, con más de 700 novedades mensuales de media (sin contar ediciones recopilatorias en formato bolsillo, "edición perfecta", etc.), es imposible estar a la última de todo lo que se cuece en el país del sol naciente. Pero sí intento tener la antena puesta para saber qué es lo que más éxito está teniendo o resulta interesante. Por eso, un día leí en algún sitio algo sobre esta novísima serie que sólo lleva un tomo recopilado en Japón: OreTama (Mis pelotas), con el subtítulo "¿¡Que yo tengo que salvar la Tierra, dices!?"
Pasen y vean: estamos en julio del año 2XXX, cuando debe cumplirse la profecía según la cual la reina del infierno llegará a la Tierra para reclamarla como suya y de todos los demonios -y de paso exterminar a la Humanidad-. Cuando la amenaza está a punto de cumplirse, llega un ángel decrépito con el último recurso para impedir el desastre: un poderoso conjuro con el que podrá atrapar a la malvada reina demonio dentro de una bola. Ni corto ni perezoso, el ángel lanza el conjuro... Con tan mala suerte que, en vez de encerrar a la reina en la bola de cristal que tenía preparada, la encierra dentro de los cojones del pobre Kôta que, borrachillo perdido, estaba echando una meadíta en ese lugar. Pero bueno, la cosa no parece tan grave para el bando demoníaco, puesto que es fácil liberar a la reina: basta con hacer que Kôta eyacule. Con este propósito, los del mundo infernal envían a una pequeña demonio "lolita" semidesnuda para que se encargue del tema... Tiene todo un mes para hacerlo -estamos a 1 de julio y la maldición caduca en agosto-, y con ese Kôta que va más quemado que el cenicero de un bingo, en principio lo tiene facilísimo...

Vente p'acá, cordero...

Buf, supongo que comprenderéis que, viendo este plan, no pude resistirme a comprar el primer tomo y leérmelo para ver con mis propios ojos hasta qué cotas de absurdidad podía llegar el manga en cuestión ^_^. Pero oye, la verdad es que no está tan mal. El prota va quemadísimo y se muere por "descargar su arma", pero ante la amenaza de ser el responsable del fin de la Humanidad, intenta aguantarse por todos los medios. Pero no se lo ponen fácil, porque delante tiene a chicas que están como un queso, como la propia demonieta ingenua Erith, su compañera de curro Minayo -déjala ir, a la chiquilla, que parece que no haya matado ni una mosca en su vida-, la guarrilla súcubo Airin o la propia reina del mal, toda una "dominatrix" vestida de cuero.
Las situaciones son manidas y forzadas, pero con lo absurdo del planteamiento inicial se le perdona al manga eso y más. La verdad es que original no lo es mucho, pero tiene su gracia y se deja leer. Y el dibujante es más que decente y no se corta a la hora de enseñar cacho, ya que de hecho el guión es sólo una excusa para mostrar chicas ligeritas de ropa o directamente en pelotas. La verdad es que me lo pasé bien leyéndolo y recuerda -sí, ya sé, muy de refilón y con menos pedigrí, no me lo tengáis en cuenta- al celebérrimo Golden Boy.
Supongo que tarde o temprano acabaremos viendo este manga por aquí (cosas muuucho peores se han editado). Y añadiré que también tiene números para que se haga un anime basado en él.

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martes, 1 de enero de 2008

Hyôryû Kyôshitsu (Aula a la deriva)

  • Título: 漂流教室 -Hyôryû Kyôshitsu- (Aula a la deriva)
  • Autor: Kazuo Umezu
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Shônen Sunday
  • Clasificación: Shônen
  • Tomos: 3 (colección Umezz Perfection!)
Como buen aficionado al manga clásico, ya hacía un tiempo que quería leer alguna obra de Kazuo Umezu, uno de los grandes del manga setentero y ochentero. Se ve que Umezu "himself" es todo un personaje, pero de eso posiblemente ya hablaré en otra ocasión Es uno de esos pocos autores cuyo nombre aparece siempre en las listas de mangakas más influyentes de la historia del manga -sin ir más lejos, el grandioso Junji Itô es su heredero más directo-, pero por alguna razón, hasta hace relativamente poco no había leído. Hace un par de años, vi en una librería una nueva edición de su historia Hebi Shôjo (La chica serpiente) y no dudé en adquirirla. Luego resultó que esa edición de Hebi Shôjo no era más que el primer libro en la colección Umezz Perfection! de la editorial Shôgakukan.
En mi viaje más reciente a Japón, el mes pasado, descubrí en una librería un tomo muy grueso y preciosamente editado: era el primer tomo de Hyôryû Kyôshitsu, una de las obras más representativas de Kazuo Umezu y la octava en ser editada en esta colección (aquí están todas las portadas, una pasada todas ellas). Un tomo precioso, de más de 750 páginas, con una calidad de reproducción impresionante, un papel excelente (que, curiosamente, en algunos pliegues es de color beige claro y menos satinado que el normal, desconozco el porqué pero el efecto es genial) y otros detalles que hay que verlos para creerlos. Esta obra se edita completa en 3 de estos tomos y el último acaba de salir en Japón el pasado día 26 de diciembre.
Estamos ante una historia muy cruda, que comienza con un niño que tiene una pelea bastante heavy con su madre y le jura que "no volverá nunca más a casa", a lo que ella replica que "perfecto, porque yo no quiero volver a verte nunca más". Más tarde, el niño va al colegio y, al poco, ocurre un terrible terremoto. Cuando se quieren dar cuenta, el colegio entero se encuentra situado en medio de la nada, un terreno yermo e inhóspito. Por la otra parte, en la ciudad, en el sitio donde estaba el colegio no queda más que un enorme agujero.

Umezu no se corta un pelo

Pese a que el título es Hyôryû Kyôshitsu (Aula a la deriva), la verdad es que es un poco engañoso, ya que no es un aula, sino un colegio entero; ni tampoco va a la deriva, sino que simplemente se traslada a otro lugar. La verdad es que es un poco raro, ¿no? Pero bueno, así es como empieza una historia colosal. Por un lado, el drama del niño y su madre, carcomidos por el arrepentimiento por las fuertes palabras que se dijeron antes de separarse. Por el otro, la situación de un colegio de primaria entero en medio de un lugar inhóspito; el no saber qué hacer, la incertidumbre, el pánico, la locura enfermiza en la que acaban cayendo los maestros; el descontrol y los llantos de los niños más pequeños, etc.
Umezu tiene una forma de narrar increíblemente veloz y cruda, directa. No duda en mostrarnos el lado más perverso del ser humano, lo que contrasta terriblemente con su estilo de dibujo "à la Tezuka". Tiene escenas verdaderamente fuertes y no se corta ni un pelo en "diezmar" las filas de los cientos de alumnos que componen el colegio. Yo he leído los dos primeros tomos y me falta el tercero, así que no sé cómo acabará la historia, pero os aseguro que estoy ansioso de saber cómo soluciona Umezu el embolado en el que mete a sus pobres personajes.
Para mí, leer esta historia ha sido un soplo de aire fresco. Estamos en una época en la que las obras de ficción deben tener un componente "realista" y "verídico" que, a veces, hace que nos compliquemos mucho la vida. En Hyôryû Kyôshitsu, Umezu no se para a contarnos por qué el colegio de marras desaparece de golpe, simplemente es algo que ocurre y ya está. Es un estilo directo y "poco lógico", con un sabor añejo que consiguió devolverme a aquellos días en los que leía un cómic y no le daba vueltas al mismo pensando "esto el autor se lo ha sacado de la manga", "en una situación así, la gente no haría esta cosa", o "en el espacio no se transmite el sonido, por lo tanto es imposible que la explosión de esa nave la hayan escuchado estos tíos" o cosas así.
Esta obra en concreto de Umezu la han publicado en los Estados Unidos con el título de Drifting Classroom, y en Francia como L'école emportée (buen título, si se me permite el inciso, más fiel al contenido del manga que el original), así que es posible que algún día la podamos leer aquí. Sin embargo, actualmente el manga clásico todavía no tiene un nicho de mercado suficientemente grande en España -aún estamos en el estadio "de momento publiquemos a Tezuka" y aun así las ventas son modestas-, así que es complicadillo. Tal vez en unos años...

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